Genesis 30 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 43 versitos |
1 Concibió todavía otra vez, y dio a luz un hijo, y exclamó: Esta vez alabaré a Yahvéh. Por eso le llamó Judá. Y cesó de tener hijos.
2 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos o me muero.
3 Jacob se encendió en cólera contra Raquel y le dijo: ¿Estoy yo acaso en lugar de Dios, que te ha negado el fruto del seno?
4 Dijo ella: Ahí tienes a mi sierva Bilhá. Únete a ella; que dé a luz sobre mis rodillas, y tenga también yo un hijo por ella.
5 Y le dio a Bilhá, su sierva, por esposa, y Jacob se unió a ella.
6 Concibió Bilhá y dio a Jacob un hijo,
7 Dijo Raquel: Dios me ha hecho justicia: escuchó también mi voz y me ha dado un hijo. Por eso lo llamó Dan.
8 Bilhá, sierva de Raquel, concibió de nuevo y dio un segundo hijo a Jacob.
9 Dijo Raquel: Luchas sobrehumanas he reñido con mi hermana y he vencido. Por eso lo llamó Neftalí.
10 Viendo Lía que había cesado de dar a luz, tomó a Zilpá, su esclava, y se la dio por mujer a Jacob.
11 Zilpá, esclava de Lía, dio a Jacob un hijo.
12 Lía dijo entonces: ¡Qué suerte! Y lo llamó Gad.
13 Dio Zilpá, sierva de Lía, un segundo hijo a Jacob,
14 y exclamó Lía: ¡Para dicha mía! Pues las mujeres me felicitarán. Y lo llamó Aser.
15 Salió Rubén al tiempo de la siega del trigo, encontró mandrágoras en el campo y se las trajo a Lía, su madre. Dijo Raquel a Lía: Ruégote que me des de las mandrágoras de tu hijo.
16 Mas ella respondió: ¿Te parece poco haberme quitado mi marido, que quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo? Contestó Raquel: Pues bien, que duerma contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo.
17 Cuando Jacob regresaba del campo al atardecer, le salió al encuentro Lía, y le dijo: Únete a mí, pues he comprado el derecho de tenerte por las mandrágoras de mi hijo. Y Jacob durmió con ella aquella noche.
18 Dios escuchó a Lía, que concibió y dio a Jacob el quinto hijo.
19 Lía dijo entonces: Dios me ha dado el salario por haber dado mi sierva a mi marido. Por eso lo llamó Isacar. i Concibió de nuevo Lía y dio a Jacob un sexto hijo.
20 Dijo entonces Lía: Buen regalo me ha hecho Dios; ahora mi marido cohabitará conmigo, pues le he dado seis hijos. Y lo llamó Zabulón.
21 Después dio a luz una hija, a la que llamó Dina.
22 Acordóse Dios de Raquel, la escuchó y la hizo fecunda.
23 Concibió y dio a luz un hijo. Y dijo: Dios ha quitado mi oprobio.
24 Y lo llamó José, pues se decía: Añádame Yahvéh otro hijo.
25 Después que Raquel dio a luz a José, dijo Jacob a Labán. Déjame partir; que yo pueda irme a mi lugar, a mi tierra.
26 Dame mis mujeres por las cuales te he servido y mis hijos, y déjame ir; pues tú sabes el servicio que te he prestado.
27 Labán le respondió: Si he hallado gracia a tus ojos... Por adivinación he sabido que me ha bendecido Yahvéh por tu causa.
28 Y añadió: Fíjame tu salario, y yo te lo daré.
29 Le dijo Jacob: Tú sabes cómo te he servido y lo que, gracias a mí, ha prosperado tu ganado;
30 porque bien poco era lo que tú tenías antes de que yo llegara, pero se ha acrecentado considerablemente, y Yahvéh te ha bendecido a mi paso. Y ahora, ¿cuándo voy a hacer también algo por mi casa?
31 Preguntó Labán: ¿Qué te he de dar? Contestó Jacob: No me des nada; si haces lo que te voy a decir, volveré a pastorear y a guardar tu rebaño.
32 Pasaré hoy por entre todo tu ganado menor, y separaré toda res moteada o manchada: toda res negra entre los corderos, y toda manchada o moteada entre las cabras. Esto será mi salario.
33 Mi honradez responderá por mí el día de mañana, cuando vengas a ver cuál es mi salario: todo lo que no sea moteado y manchado entre las cabras o negro entre los corderos, será que lo he robado.
34 Respondió Labán: Está bien; sea como dices.
35 En aquel mismo día separó él los machos cabríos listados y manchados, y todas las cabras moteadas y manchadas, todo lo que tenía en sí algo de blanco, y toda res negra entre los corderos, y se los entregó a sus hijos.
36 Hizo que los llevaran a una distancia de tres días de camino de donde Jacob se hallaba, y Jacob se quedó apacentando el resto del ganado de Labán.
37 Se procuró Jacob varas verdes de álamo, de almendro y de plátano, las descortezó en bandas blancas, dejando así al descubierto lo blanco de las varas.
38 Después colocó las varas descortezadas en las pilas, en los abrevaderos donde venía a beber el rebaño, delante del ganado, que se encelaba cuando venía a beber.
39 Se apareaba el ganado a la vista de las varas, y paría crías listadas, moteadas y manchadas.
40 Separó Jacob los corderos, e hizo que los animales miraran hacia las reses listadas y hacia todo lo que era negro en el rebaño de Labán. Así se hizo un rebaño aparte, y no lo juntaba con el ganado de Labán.
41 Sucedía que, cuando se apareaban las reses más vigorosas, ponía Jacob las varas en los pilones, delante del ganado, para que concibiesen ante las varas;
42 pero no las ponía cuando eran flacas. Y así las crías endebles eran para Labán y las vigorosas para Jacob.
43 Así que éste se enriqueció muchísimo y llegó a tener rebaños numerosos, siervas y siervos, camellos y asnos.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas