Genesis 42 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 38 versitos |
1 Viendo Jacob que había trigo en Egipto, dijo a sus hijos: ¿Qué hacéis, mirándoos unos a otros?
2 Y añadió: He oído decir que hay trigo en Egipto. Bajad, pues, allá, y comprad allí trigo para que podamos vivir y no muramos.
3 Bajaron diez de los hermanos de José a Egipto a comprar trigo.
4 No mandó Jacob a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos, pues se decía: No sea que le ocurra alguna desgracia.
5 Bajaron los hijos de Israel a comprar trigo, entre otros que iban también ? a lo mismo, pues había hambre en la tierra de Canaán.
6 José era señor del país y el que vendía el trigo a todos los pueblos de la tierra. Llegaron los hermanos de José, y se postraron ante él rostro en tierra.
7 José vio a sus hermanos y los reconoció; pero él no se dio a conocer a ellos, sino que hablándoles con dureza, les dijo: ¿De dónde venís? A lo que contestaron: De la tierra de Canaán, a comprar víveres.
8 José había reconocido a sus hermanos; pero ellos no lo reconocieron.
9 Se acordó entonces José de los sueños relativos a ellos que había tenido, y les dijo: Vosotros sois espías; habéis venido a conocer los puntos indefensos del país.
10 Le contestaron: No, señor mío; tus siervos han venido a comprar víveres.
11 Todos nosotros somos hijos de un mismo padre; somos gente honrada. Tus siervos no son espías.
12 El les dijo: No; a conocer lo que haya de indefenso en el país habéis venido.
13 Respondieron ellos: Tus siervos eran doce hermanos. Todos nosotros somos hijos de un mismo padre en la tierra de Canaán. El pequeño se halla hoy con nuestro padre, y el otro ya no existe.
14 Díjoles José: Es lo que os he dicho: sois unos espías.
15 Se os someterá a una prueba. Por la vida del Faraón, que no saldréis de aquí mientras no venga aquí vuestro hermano, el pequeño.
16 Enviad a uno de vosotros que traiga a vuestro hermano; los demás, entre tanto, quedaréis prisioneros. Así serán comprobadas vuestras afirmaciones y se sabrá si la verdad está con vosotros. Si no, por la vida del Faraón, que sois unos espías.
17 Y los encerró juntos en la cárcel por tres días.
18 Al tercer día les dijo José: Haced esto y viviréis, pues yo temo a Dios.
19 Si sois gente honrada, quede preso uno de vosotros en la cárcel donde estáis. Id los demás a llevar el trigo para remediar el hambre de vuestras casas,
20 y traedme a vuestro hermano menor para que se confirmen vuestras palabras, y no muráis. Ellos lo hicieron así.
21 Y se decían unos a otros: En verdad somos culpables por lo de nuestro hermano, porque vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos; por esto nos ha sobrevenido esta tribulación.
22 Respondióles Rubén: ¿No os lo advertí yo, diciéndoos: No pequéis contra el niño? Pero vosotros no me escuchasteis, y he aquí que ahora se nos demanda su sangre.
23 Ellos no sabían que José los entendía; pues les había hablado por medio de un intérprete.
24 José se alejó de ellos, y lloró. Después volvió a ellos y les habló. Tomó de entre ellos a Simeón y le hizo prender a la vista de los demás.
25 5 Mandó José que les llenaran de trigo los sacos, que les devolvieran su dinero en el saco de cada uno, y que les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo con ellos.
26 Cargaron ellos su trigo sobre sus asnos, y fuéronse de allí.
27 Cuando llegaron al lugar donde debían pasar la noche, abrió uno su saco para dar pienso a su asno, y vio su dinero en la boca del saco.
28 Dijo a sus hermanos: Me han devuelto mi dinero; aquí está, en mi saco. Sobrecogiéronse y, temblando, se dijeron unos a otros: ¿Qué es lo que nos ha hecho Dios?
29 Y llegados adonde estaba Jacob, su padre, a la tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había sucedido, diciéndole:
30 El hombre que es señor del país nos habló duramente y nos trató como a espías del país.
31 iNosotros le dijimos: Somos gente honrada; no somos espías.
32 Éramos doce hermanos, hijos de un mismo padre. Uno ya no existe, y el menor está ahora con nuestro padre, en la tierra de Canaán.
33 Mas aquel hombre, que es señor del país, nos dijo: En esto conoceré si sois gente honrada: que uno de vuestros hermanos quede conmigo. Tomad el trigo con que remediar el hambre de vuestras casas, e id
34 y traedme a vuestro hermano menor. Entonces sabré que no sois espías, sino gente honrada, y os entregaré a vuestro hermano, y podréis circular por el país.
35 Cuando vaciaron sus sacos, cada uno encontró una bolsa de dinero en su saco. Y al ver las bolsas, ellos y su padre, sintieron miedo.
36 Les dijo Jacob, su padre: ¡Vais a dejarme sin hijos! José ya no existe. Simeón no está entre nosotros. Y ahora queréis tomar a Benjamín. ¡Sobre mí cae todo esto!
37 Rubén contestó a su padre: Podrás quitar la vida a mis dos hijos, si no te lo devuelvo. Confíamelo a mí, y yo te lo traeré nuevamente.
38 Respondió Jacob: No bajará mi hijo con vosotros, pues su hermano murió, y ha quedado él solo. Si le sucede alguna desgracia en el camino que habéis de recorrer, haríais descender con dolor mis canas al Seol.

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Introducción a Genesis

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas