II Samuel  15 Dios Habla Hoy (2002) | 37 versitos |
1
Absalón se rebela contra David
Pasado algún tiempo, Absalón [a] consiguió un carro de combate y caballos, y formó una guardia personal de cincuenta hombres. [b]
2 Se levantaba temprano y se ponía a la orilla del camino, a la entrada de la ciudad, y a todo el que llegaba para que el rey le hiciera justicia en algún pleito, lo llamaba y le preguntaba de qué ciudad venía. Si aquella persona respondía que era de alguna de las tribus de Israel,
3 Absalón le decía: ?Realmente tu demanda es justa y razonable, pero no hay quien te atienda por parte del rey.?
4 Y añadía: ?¡Ojalá yo fuera el juez de este país, para que vinieran a verme todos los que tienen pleitos legales y yo les hiciera justicia!? [c]
5 Además, cuando alguien se acercaba a saludarle, Absalón le tendía la mano, le abrazaba y le besaba.
6 Esto lo hacía con todo israelita que iba a ver al rey para que le hiciera justicia, y así les robaba el corazón [d] a los israelitas. [e]
7 Al cabo de cuatro años, [f] Absalón le dijo al rey:
–Ruego a Su Majestad que me permita ir a Hebrón, [g] a cumplir la promesa que hice al Señor.
8 Cuando este servidor de Su Majestad vivía en Guesur, [h] en Siria, prometí al Señor que, si él me concedía volver a Jerusalén, yo le rendiría culto.
9 –Puedes ir tranquilo –le respondió el rey.
Entonces Absalón se fue a Hebrón.
10 Pero al mismo tiempo envió unos mensajeros a todas las tribus de Israel para decirles que, en cuanto escucharan el toque de trompeta, [i] anunciaran que Absalón había sido proclamado rey en Hebrón.
11 Invitó además a doscientas personas de Jerusalén, las cuales fueron con él de buena fe y sin saber nada del asunto.
12 Así mismo, Absalón mandó llamar a uno de los consejeros de David, llamado Ahitófel, [j] el cual vivía en Guiló, [k] su ciudad, para que le acompañara mientras él ofrecía los sacrificios. De modo que la conspiración iba tomando fuerza y seguían aumentando los seguidores de Absalón.

David huye de Jerusalén [l]
13 Un mensajero fue a decirle a David que los israelitas estaban haciéndose partidarios de Absalón.
14 Entonces David ordenó a todos los oficiales que estaban con él en Jerusalén:
–¡Huyamos ahora mismo o no podremos escapar de Absalón! ¡Vamos, daos prisa, no sea que nos alcance y nos cause mucho daño, y mate a filo de espada a todos en la ciudad!
15 Ellos respondieron al rey:
–Estamos dispuestos a hacer lo que Su Majestad ordene.
16 Así pues, el rey salió acompañado de toda la casa real, dejando solo a diez de sus concubinas para que cuidaran del palacio. [m]
17 Y después de haber salido el rey con todos sus acompañantes, se detuvieron en la última casa de la ciudad.
18 A su lado se pusieron todos sus oficiales, mientras que todos los quereteos y peleteos [n] de la guardia real, y los seiscientos gueteos que le habían seguido desde Gat, desfilaban ante él.
19 En ese momento el rey dijo a Itai, [ñ] el de Gat:
–¿Por qué has venido tú también con nosotros? Es mejor que te vuelvas y te quedes con el nuevo rey, pues al fin y al cabo tú eres un extranjero desterrado de tu país.
20 Apenas llegaste ayer, ¿y cómo voy a pedirte hoy que vengas con nosotros, si ni yo mismo sé a dónde voy? Es mejor que te vuelvas y te lleves contigo a tus paisanos. ¡Que el Señor te bendiga y te acompañe siempre!
21 Itai respondió al rey:
–Juro por el Señor y por Su Majestad, que dondequiera que Su Majestad se encuentre, sea para vida o para muerte, allí también estará este servidor suyo.
22 –Entonces ven con nosotros –le contestó David.
De esa manera se fue Itai con David, junto con todos sus hombres y la gente que le acompañaba.
23 Todo el mundo lloraba amargamente. Pasaron todos el arroyo Cedrón; [o] luego pasó el rey, y toda la gente siguió delante de él por el camino del desierto.
24 También iba Sadoc con todos los levitas que llevaban el arca del pacto de Dios, [p] la cual dejaron junto a Abiatar [q] hasta que toda la gente salió de la ciudad.
25 Pero el rey dijo a Sadoc:
–Lleva el arca de Dios de vuelta a la ciudad, pues, si el Señor me favorece, hará que yo regrese y vea el arca y el lugar donde se encuentra.
26 Pero si me dice que no le agrado, aquí me tiene; que haga conmigo lo que mejor le parezca.
27 Dijo también el rey a Sadoc, el sacerdote:
–Mira, tú y Abiatar regresad tranquilamente a la ciudad con vuestros dos hijos. Tú con tu hijo Ahimaas, y Abiatar con su hijo Jonatán. [r]
28 Mientras tanto, yo me quedaré en los llanos del desierto, [s] hasta que me lleguen noticias vuestras.
29 Sadoc y Abiatar llevaron el arca de Dios de vuelta a Jerusalén, y se quedaron allí.
30 David subió la cuesta de los Olivos; iba descalzo y llorando, y con la cabeza cubierta en señal de dolor. Toda le gente que le acompañaba llevaba también cubierta la cabeza y subía llorando.
31 Y cuando contaron a David que Ahitófel era uno de los que conspiraban con Absalón, David rogó al Señor que hiciera fracasar los planes de Ahitófel. [t]
32 Al llegar David a la cumbre del monte, donde se rendía culto a Dios, le salió al encuentro Husai, de la tribu de los arquitas, [u] con la ropa rasgada y la cabeza cubierta de tierra.
33 David le dijo:
–Si te vienes conmigo, me serás una carga;
34 pero si vuelves a Jerusalén y le dices a Absalón: ?Majestad, este siervo suyo estará a su servicio igual que antes estuvo al servicio de su padre?, me ayudarás a deshacer los planes de Ahitófel,
35 pues allí cuentas con los sacerdotes Sadoc y Abiatar. Por tanto, comunícales siempre todo lo que escuches en palacio.
36 Sus hijos Ahimaas y Jonatán también están allí; hacedme saber por medio de ellos todo lo que sepáis.
37 Y Husai, el amigo de David, [v] llegó a Jerusalén en el momento en que Absalón hacía su entrada en la ciudad.


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Introducción a II Samuel 

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Fuente: Dios Habla Hoy (Sociedades Bíblicas Unidas, 1996)

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Notas

II Samuel  15,1-37

Dios Habla Hoy 1996 Notes:



[1] 15.7 Cuatro: según varias versiones antiguas. Heb. cuarenta.

[2] 15.27 La razón de esta orden se explica en 2 S 17.15,17.

[3] 15.31 2 S 17.14.