I Reyes 12 Septuaginta en Español (Jünemann, 1992) | 33 versitos |
1
Roboam. Escisión del reino.
Jeroboam y su impiedad.
Y va el rey Roboam a Siquem; porque a Siquem venían todo Israel a enreyecerle.
2 Y aconteció cuando oyó Jeroboam, hijo de Nabat, y estando aún él en Egipto, cuando huyó de faz de Salomón, y se asentó en Egipto, endereza y va a la ciudad de él, a la tierra de Sarirá, la situada en el monte de Efraín. Y el rey Salomón durmióse con sus padres (a) .
3 Y enviaron y llamaron y vino Jeroboam y toda la congregación de Israel, y habló el pueblo al rey Roboam, diciendo:
4 «Tu padre agravó nuestro yugo, y tú ahora aligera de (b) la servidumbre de tu padre, la dura, y del yugo suyo, el pesado, que dio sobre nosotros, y te serviremos.»
5 Y díjoles: «Idos hasta dentro de tres días, y volved a mí.» Y se fueron.
6 Y avisó el rey Roboam a los ancianos, los que estaban puestos a faz de Salomón, su padre, aún viviendo él, diciendo: «¿Cómo vosotros aconsejáis, y responderé, a este pueblo, palabra?»
7 Y habláronle diciendo: «Si en este día fueres siervo a este pueblo, y les sirvieres y les cedieres y les hablares palabras buenas, te serán siervos todos los días.»
8 Y dejó el consejo de los ancianos: lo que le aconsejaran; y aconsejóse con los jovencillos, los criados con él, los puestos ante su faz.
9 Y díjoles: «¿Qué vosotros aconsejáis? y ¿qué responderé a este pueblo, a los que me dicen, diciendo: «Aligera del yugo que dio tu padre sobre nosotros?»
10 Y habláronle los jovencillos, los criados con él, los puestos ante su faz, diciendo: «Esto dirás a este pueblo, a los que te han hablado, diciendo: «Tu padre agravó nuestro yugo, y tú ahora aligera de nosotros.» Esto les dirás: «La pequeñez mía (c) , más gruesa que el lomo de mi padre,
11 y ahora mi padre os aparejó con yugo pesado; y yo añadiré sobre el yugo vuestro; mi padre os castigó en azotes, pero yo os castigaré en escorpiones.»
12 Y llegaron todo Israel al rey Roboam en el día el tercero, conforme les hablara el rey, diciendo: «Volved a mí el día el tercero.»
13 Y respondió el rey al pueblo cosas duras. Y dejó Roboam el consejo de los ancianos: lo que le aconsejaran;
14 Y hablóles según el consejo de los jovencillos, diciendo: «Mi padre agravó vuestro yugo, y yo añadiré sobre vuestro yugo, mi padre os castigó en azotes, y yo os castigaré en escorpiones.»
15 Y no oyó el rey al pueblo porque había aversión ante el Señor, para confirmar su palabra que habló en mano de Ahías el silonita, acerca de Jeroboam, hijo de Nabat.
16 Y vio todo Israel que no oyó el rey a ellos; y respondió el pueblo al rey, diciendo: «¿Cuál a nosotros tiene parte en David? No hay para nosotros herencia en el hijo de Jesé. Huye, Israel, a tus tiendas; ahora apacienta tu casa, David.» Y retiróse Israel a sus tiendas.
17 Y sobre los hijos de Israel los asentados en ciudades de Judá, reinó sobre ellos Roboam.
18 Y envió el rey Roboam a Aduram el sobre el tributo y apedreáronle todo Israel en piedras y murió; y el rey Roboam apresuróse a subir en el carro para huir a Jerusalén;
19 y se rebeló Israel contra la casa de David hasta este día.
20 Y aconteció: cuando oyó todo Israel que había vuelto Jeroboam, de Egipto, enviaron y llamáronle a la congregación, e hiciéronle rey sobre Israel; y no fue en pos de la casa de David sino el cetro de Judá y Benjamín, solos.
21 Y Roboam entró en Jerusalén y convocó la congregación de Judá y el cetro de Benjamín: ciento ochenta (d) millares de jóvenes haciendo guerra, para guerrear contra la casa de Israel a devolver el reino a Roboam, hijo de Salomón.
22 Y vino palabra del Señor a Semeías, hombre de Dios, diciendo:
23 «Di a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá y a toda la casa de Judá y Benjamín y al restante pueblo, diciendo:
24 «Esto dice el Señor: «No subiréis ni guerrearéis con vuestros hermanos los hijos de Israel, vuelva cada cual a su casa; pues de mí ha sido esta palabra.» Y oyeron el verbo del Señor, y cesaron de ir, conforme a la palabra del Señor (e) .

(Y el rey Salomón durmiendo está con sus padres y sepultado con sus padres en la ciudad de David. Y reinó Roboam, su hijo, en su lugar en Jerusalén; hijo siendo de dieciséis años, al empezar a reinar; y doce años reinó en Jerusalén. Y nombre de su madre: Naanán, hija de Ana, hijo de Naás, rey de los hijos de Amón. E hizo lo malo a faz del Señor, y no anduvo en el camino de David, su padre.

Y hubo un hombre del monte de Efraín, siervo de Salomón, y su nombre, Jeroboam, y nombre de su madre: Sarirá, mujer meretriz. Y diole Salomón en príncipe de báculo sobre los tributos de la casa de José. Y edificó a Salomón la Sarirá en el monte de Efraín. Y tenía trescientos carros de caballos. Este edificó el alcázar en los tributos de la casa de Efraín; éste, cercó la ciudad de David; y estábase alzando sobre el reino. Y buscaba Salomón matarle. Y temió y huyó el mismo a Susakim, rey de Egipto. Y estuvo con él hasta que murió Salomón. Y oyó Jeroboam en Egipto, que ha muerto Salomón; y habló en las orejas de Susakim, rey de Egipto, diciendo: «Despídeme, e iré yo a mi tierra.» Y díjole Susakim: «Pide alguna petición y te daré.» Y Susakim diole a Jeroboam a Anó, hermana de Tekemina, la mayor de su mujer, por mujer. Esta era grande en medio de las hijas del rey; y parióle a Jeroboam a Abiá, hijo de él. Y dijo Jeroboam a Susakim: «De una vez despídeme, y partiré.» Y salió Jeroboam de Egipto, y vino a tierra de Sarirá, la del monte Efraín. Y júntase allí todo el cetro de Efraín. Y edificó allí Jeroboam un valladar. Y enfermó el niñito de él de enfermedad fuerte sobremanera. Y fue Jeroboam a consultar acerca del niñito. Y dijo a Anó, su mujer: «Levántate, ve, pregunta a Dios acerca del niñito: si vivirá de su enfermedad.» Y un hombre había en Selom, y su nombre Aquiá (f) ; y éste era hijo de sesenta años y verbo del Señor con él. Y dijo Jeroboam a su mujer: «Levántate y toma en tu mano, para el hombre de Dios, panes y tortas para los hijos y uva y ánfora de miel.» Y levantóse la mujer y tomó en su mano, para el hombre de Dios, panes y dos tortas para sus hijos, y uva y ánfora de vino para Aquiá. Y el hombre anciano, y sus ojos desmayaban para ver. Y levantóse de Sarirá, y va. Y aconteció: viniendo ella a la ciudad, a Aquiá el selonita, dijo Aquiá al niñito de él: «Sal ahora al encuentro a Anó, la mujer de Jeroboam, y la dirás: «Entra y no te detengas; pues esto dice el Señor: «Duras cosas envío sobre ti.» Y entró Anó al hombre de Dios y díjola Aquiá: «¿Por qué me has traído panes, y uva, y tortas y ánfora de miel? Esto dice el Señor: «He aquí tú te irás de mí, y será entrando tú en la ciudad, en Sarirá, tus jovencillas te saldrán al encuentro y te dirán: «El pequeñuelo ha muerto.» Porque esto dice el Señor: He aquí yo exterminaré de Jeroboam a meante en pared; y serán los muertos de Jeroboam en la ciudad devorarán (g) los perros; y al muerto en el campo devorarán los volátiles del cielo; y el pequeñuelo plañirá: «¡Ay, Señor!» por haberse hallado en él palabra bella acerca del Señor.» Y fuese la mujer como oyó. Y aconteció: como entró en Sarirá, el pequeñuelo murió. Y vínole el clamor al encuentro.

Y fue Jeroboam a Síkira, la en el monte Efraín, y congregó allí las tribus de Israel; y subió allí Roboam, hijo de Salomón. Y palabra del Señor vino a Samaías, el elamita, diciendo: «Tómate vestidura nueva, la no ida al agua, y rasgándola diez rasgaduras, darás a Jeroboam y le dirás: «Esto dice el Señor: «Tómate diez rasgaduras para envolverte.» Y tomó Jeroboam; y dijo Samaías: «Esto dice el Señor sobre las diez tribus de Israel.»

Y dijo el pueblo a Roboam, hijo de Salomón: «Tu padre ha agravado su yugo sobre nosotros; y agravado las viandas de su mesa; y ahora aligerarás sobre nosotros, y te serviremos.» Y dijo Roboam al pueblo: «Aún tres días, y os responderé palabra.» Y dijo Roboam: «Traedme los ancianos, y me aconsejaré con ellos qué he de responder al pueblo, palabra en el día el tercero.» Y habló Roboam en las orejas de ellos, según que enviara el pueblo a él. Y le dijeron los ancianos del pueblo: «Así te ha hablado el pueblo.» Y disipó Roboam el consejo de ellos y no plugo a faz de él. Y envió y trajo a los colactáneos de él y díjoles: «Esto y esto ha enviado el pueblo a mí, diciendo.» Y dijéronle sus colactáneos: «Así hablarás al pueblo: «La pequeñez mía, más gruesa sobre el lomo de mi padre: mi padre os azotaba con azotes; pero yo os señorearé en escorpiones.» Y plugo la palabra a faz de Roboam; y respondió al pueblo según que le aconsejaran sus colactáneos, los jovencillos. Y dijo todo el pueblo como varón uno, cada cual a su vecino y vociferaron todos, diciendo: «No hay parte para nosotros en David, ni herencia en hijo de Jesé: cada cual a tus tiendas, Israel; pues este hombre ni para príncipe ni para jefe.» Y dispersóse todo el pueblo, de Síkira. Y se fue cada uno a su tienda, y sobrepúsose Roboam, y se fue y subió en su carro y entró en Jerusalén. Y van tras él todo el cetro de Judá y todo el cetro de Benjamín. Y aconteció empezado el año, congregar Roboam a todo varón de Judá y Benjamín; y subió a guerrear contra Jeroboam a Síkira. Y vino palabra del Señor a Samaías, hombre de Dios, diciendo. «Di a Roboam, rey de Judá y a toda la casa de Judá y Benjamín, y a lo restante del pueblo: «Esto dice el Señor: «No subiréis ni guerrearéis contra vuestros hermanos hijos de Israel; volved cada cual a su casa; porque de mí ha venido esta palabra.» Y oyeron el verbo del Señor y detuviéronse para no ir; según la palabra del Señor).
25 Y edificó Jeroboam a Siquem la en el monte de Efraín y habitaba en ella; y salió de allí y edificó a Fanuel.
26 Y dijo Jeroboam en su corazón: «He aquí ahora volveré el reino a la casa de David.
27 Si subiere este pueblo a ofrecer hostia en la casa del Señor a Jerusalén, volverá el corazón de este pueblo al Señor (h) , y al señor de ellos, Roboam, rey de Judá, y me matará.»
28 Y aconsejóse el rey, y fue e hizo dos becerras áureas, y dijo al pueblo: «Sóbreos ascender a Jerusalén: he aquí tus dioses; Israel, los que te subieron de tierra de Egipto».
29 Y puso la una en Betel, y la una dio en Dan.
30 Y fue esta palabra para pecado: e iba el pueblo ante la faz de la una hasta Dan; y abandonaron la casa del Señor.
31 E hizo casas sobre alturas, e hizo sacerdotes parte alguna entre el pueblo; los que no eran de los hijos de Leví.
32 E hizo Jeroboam fiesta en el mes el octavo, en el quincenio día del mes, según la fiesta, la en tierra de Judá; y subió sobre el ara que hizo en Betel, a sacrificar a las becerras que hizo, y constituyó en Betel a los sacerdotes de las alturas que hizo.
33 Y subió sobre el ara que hizo en Betel el quinceno día, en el mes el octavo, en la fiesta que inventó en su corazón; e hizo fiesta a los hijos de Israel y subió sobre el ara a sacrificar.


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Introducción a I Reyes

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Fuente: Jünemann (1992)

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Notas

I Reyes 12,2
2 a. Desde: «Endereza...» falta en el H.



I Reyes 12,4
4 b. Algo de.



I Reyes 12,10
10 c. Lo más pequeño mío.



I Reyes 12,21
21 d. S.: «Ciento veinte.»



I Reyes 12,24
24 e. Todo el paréntesis (que no está en el H.) contiene, entre pormenores importantes, el mismo relato del capítulo 1Re_14:1.
f. = Ahías.
g. Los comerán.



I Reyes 12,27
27 h. «Al Señor...» falta en el H.