II Reyes  8 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 29 versitos |
1 Elíseo habló a la mujer a cuyo hijo él había resucitado, y le dijo: Disponte a partir, tú con tu familia, y vete a vivir donde puedas, porque Yahvéh ha llamado al hambre, la cual vendrá sobre este país por siete años.
2 Fue la mujer e hizo como el varón de Dios le dijo: ella con su familia se fue a vivir en el país de los filisteos durante siete años.
3 Al cabo de los siete años, volvió la mujer del país de los filisteos, y se presentó al rey para reclamar su casa y su campo.
4 Estaba el rey hablando con Guejazí, el criado del varón de Dios, y le decía: Cuéntame todos los prodigios que hizo Eliseo.
5 Y cuando estaba contando al rey que había resucitado a un muerto, se presentó la mujer a cuyo hijo había resucitado, para reclamar ante el rey su casa y su campo. Dijo entonces Guejazí: ¡oh, mi señor el rey! Ésta es la mujer, y éste es su hijo, al que resucitó Eliseo.
6 Preguntó el rey a la mujer, y ella se lo contó. Entonces el rey la encomendó a un eunuco diciéndole: Haz que se le devuelva todo lo que le pertenecía, con todos los productos del campo, desde el día en que abandonó el país hasta ahora.
7 Eliseo fue luego a Damasco. BenHadad, rey de Aram, estaba enfermo, y le dieron esta noticia: El varón de Dios ha llegado aquí.
8 Dijo entonces el rey a Jazael: Toma contigo un regalo y vete al encuentro del varón de Dios, y consulta por medio de él a Yahvéh lo siguiente: ¿Lograré sobrevivir a esta enfermedad?
9 Fue, pues, Jazael a su encuentro, llevando consigo, como regalo, todo lo mejor de Damasco, cargado en cuarenta camellos. Llegó y se presentó ante él, diciendo: Tu hijo, BenHadad, rey de Aram, me envía a ti para preguntarte: ¿Lograré sobrevivir a esta enfermedad?
10 Respondióle Eliseo: Ve a decirle: Ciertamente curarás. Pero Yahvéh me ha manifestado que luego irremisiblemente morirá.
11 El varón de Dios, demudado el rostro, quedó paralizado en extremo, y luego rompió a llorar.
12 Jazael le preguntó: ¿Por qué llora mi señor? Respondió él: Porque sé el mal que vas a hacer a los hijos de Israel: entregarás al fuego sus fortalezas, matarás a filo de espada a sus jóvenes, estrellarás a sus niños de pecho y rajarás el vientre a sus mujeres embarazadas.
13 Replicó Jazael: Pero ¿qué es tu siervo, este perro, para hacer cosas tan atroces? Eliseo respondió: Yahvéh me ha revelado que serás rey de Aram.
14 Jazael se alejó de junto a Eliseo y se presentó a su señor, el cual le preguntó: ¿Qué te ha dicho Eliseo? Respondió: Me ha dicho que ciertamente lograrás sobrevivir.
15 Pero al día siguiente Jazael tomó un cobertor, lo empapó en agua y lo extendió sobre el rostro del rey, que murió. Y le sucedió en el trono Jazael.
16 En el año quinto de Yoram, hijo de Ajab, rey de Israel, siendo Yosafat rey de Judá, empezó a reinar Yoram, hijo de Yosafat, rey de Judá.
17 Tenía treinta y dos años cuando subió al trono, y reinó ocho años en Jerusalén.
18 Siguió los caminos de los reyes de Israel, como había hecho la casa de Ajab, pues tomó por esposa a una hija de Ajab. Hizo lo que es malo a los ojos de Yahvéh.
19 No obstante, Yahvéh no quiso aniquilar a Judá, en atención a David, su siervo, a quien había prometido que le daría, a él y a sus hijos, una lámpara perpetuamente.
20 En sus días se rebeló Edom contra el poder de Judá, y proclamaron un rey propio.
21 Pasó entonces Yoram a Saír con todos sus carros, e irrumpiendo de noche, atacó a los edomitas que lo cercaban a él, y a los jefes de los carros, pero el pueblo huyó a sus tiendas.
22 Así se rebeló Edom y se sustrajo al poder de Judá, hasta el día de hoy. También se rebeló Libná por aquel tiempo.
23 Los restantes hechos de Yoram, todo lo que hizo, ¿no están consignados en el libro de los Anales de los reyes de Judá?
24 Yoram descansó con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David. Le sucedió en el trono su hijo Ocozías.
25 En el año doce de Yoram, hijo de Ajab, rey de Israel, empezó a reinar Ocozías, hijo de Yoram, rey de Judá.
26 Tenía Ocozías veintidós años cuando subió al trono, y reinó un año en Jerusalén. Su madre se llamaba Atalía, hija de Omrí, rey de Israel.
27 Siguió los caminos de la casa de Ajab, haciendo lo que es malo a los ojos de Yahvéh, como la casa de Ajab, pues estaba emparentado con ella.
28 Fue con Yoram, hijo de Ajab, a combatir contra Jazael, rey de Aram, en Ramot de Galaad; pero los arameos hirieron a Yoram.
29 El rey Yoram regresó a Yizreel para curarse de las heridas recibidas de los arameos en Ramot cuando combatió contra Jazael, rey de Aram. Y Ocozías, hijo de Yoram, rey de Judá, bajó a Yizreel para ver a Yoram, hijo de Ajab, que estaba enfermo.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas