I Crónicas 28 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 21 versitos |
1 Reunió David en Jerusalén a todos los jefes de Israel: a los jefes de las tribus, a los jefes de las secciones que estaban al servicio del rey, a los jefes de los millares y de las centenas, a los intendentes de toda la hacienda y de la ganadería del rey, a sus hijos y también a los eunucos, a los héroes y a todos los guerreros valientes.
2 Y poniéndose en pie, dijo el rey David: Oídme, hermanos míos y pueblo mío. Yo tenía decidido en mi corazón edificar una casa donde reposara el arca de la alianza de Yahvéh, y que sirviera de escabel para los pies de nuestro Dios; e hice los preparativos para construirla.
3 Pero Dios me dijo: Tú no edificarás una casa a mi nombre, porque has sido hombre de guerra y has derramado sangre.
4 Sin embargo, Yahvéh, Dios de Israel, me eligió de entre toda la casa de mi padre para que yo fuera rey de Israel por siempre, pues eligió a Judá por caudillo, dentro de la casa de Judá, a la casa de mi padre; y de entre los hijos de mi padre, puso en mí su complacencia para constituirme rey sobre todo Israel.
5 Y de entre todos mis hijos - pues fueron muchos los que me concedió Yahvéh -, eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Yahvéh sobre Israel.
6 Y me dijo: Tu hijo Salomón será quien edifique mi casa y mis atrios, pues lo he elegido por hijo, y yo seré para él padre.
7 Estableceré su reino para siempre si él se esfuerza en cumplir mis mandamientos y preceptos como lo hace hoy.
8 Ahora, pues, ante los ojos de todo Israel, asamblea de Yahvéh, y ante los oídos de nuestro Dios, guardad y meditad todos los mandamientos de Yahvéh, vuestro Dios, para que podáis poseer esta espléndida tierra y la dejéis en herencia a vuestros hijos después de vosotros para siempre.
9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y ánimo generoso, porque Yahvéh sondea todos los corazones y penetra la índole de todos los pensamientos. Si lo buscas, él se dejará hallar por ti; pero si lo abandonas, te rechazará para siempre.
10 Mira, pues, ahora que Yahvéh te ha elegido para que le edifiques Una casa que sea su santuario. ¡Sé fuerte y hazlo!
11 Y entregó David a su hijo Salomón el diseño del pórtico y de los demás edificios, de los almacenes, de las cámaras superiores, de las piezas interiores y del edificio del propiciatorio;
12 y asimismo el diseño de todo lo que tenía en su mente respecto de los atrios del templo de Yahvéh, y de todas las cámaras del alrededor para los tesoros del templo de Dios y los tesoros de las cosas grandes;
13 para las clases de los sacerdotes y de los levitas, para todo lo referente al servicio del templo de Yahvéh, y para todos los utensilios en servicio del templo de Yahvéh.
14 Y también señaló la cuantía del oro que, en su peso correspondiente, debían tener todos los utensilios del culto, y el de la plata para todos los utensilios de plata según cada uno de los servicios;
15 asimismo entregó el peso de oro para los candelabros de oro y para las lámparas de oro, según el peso de cada candelabro y de cada una de las lámparas; e igualmente el peso para los candelabros de plata, según el peso de cada candelabro y de cada una de las lámparas, conforme al uso a que se destinaba cada candelabro;
16 y el peso de oro para cada una de las mesas de la proposición, y el peso de plata para las mesas de plata;
17 y también el oro para los tenedores, los aspersorios y las jarras de oro puro, y para las copas de oro, según el peso de cada copa, y para las copas de plata, según el peso de cada copa;
18 y para el altar del incienso, el oro puro, según el peso correspondiente; y finalmente el diseño de la carroza, con los querubines de oro que desplegaban las alas y cubrían el arca de la alianza de Yahvéh.
19 Todo esto le había sido comunicado a David por escrito de parte de Yahvéh, que describía toda la obra del proyecto.
20 Dijo luego David a su hijo Salomón: Sé fuerte y ten ánimo; ponte a la obra sin temores ni desmayos, porque Yahvéh Dios, mi Dios, está contigo. No te desamparará ni abandonará hasta que termines todas las obras para el servicio del templo de Yahvéh.
21 Aquí tienes los turnos de sacerdotes y levitas para todo el servicio del templo de Dios; y contigo estarán, para toda la obra, todos los voluntarios hábiles en toda clase de oficios; y los jefes y todo el pueblo estarán completamente a tus órdenes.

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Introducción a I Crónicas

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas