Nehemías 2 Septuaginta en Español (Jünemann, 1992) | 20 versitos |
1
Nehemías ante Artajerjes
Y aconteció en el mes de Nisán del año vigésimo para Artajerjes rey, estar el vino delante de mí; y cogí el vino y di al rey, y no había otro delante de él (a) .
2 Y me dijo el rey: «¿Por qué tu semblante está malo y no estás enfermo? Esto no es sino un malestar de corazón.» Y temí mucho sobremanera;
3 y dije al rey: «El rey por los siglos viva. ¿Por qué no se ha de poner malo mi semblante, por esto: porque la ciudad, casa de sepulcro de mis padres, está desolada, y sus puertas, devoradas por el fuego?»
4 Y díjome el rey: «Pues ¿qué te quieres?» Y oré al Dios del cielo.
5 Y dije al rey: «Si ante el rey le pareciere bueno y si fuere bueno tu siervo delante de ti, que me enviaras a Judá, a la ciudad y sepulcros de mis padres, y la reedificaré.»
6 Y me dijo el rey y la concubina, la sentada a la par de él: «¿Hasta cuándo será tu viaje, y cuándo volverás?» Y pareció bien a faz del rey, y me envió; y yo señalé el término.
7 Y dije al rey: «Si al rey le pareciera bien déme cartas a los sátrapas allende el río para que me conduzcan hasta llegar a Judá;
8 y carta a Asaf, el custodio de la selva que tiene el rey, a fin de que me dé madera para techar las puertas y para el muro de la ciudad y casa en qué entrar yo, en ella.» Y diome el rey esas cartas (b) , por la mano bondadosa de Dios.
9 Y vine a los sátrapas allende el río, y diles las cartas del rey y envió conmigo el rey príncipes de ejército y jinetes.
10 Y oyó Sanabalat, el horonita, y Tobías, el siervo, el amonita, y malo parecióles el haber venido un hombre a buscar bien para los hijos de Israel.
11 Y vine a Jerusalén, y estuve allí días tres.
12 Y me levanté de noche, y varones pocos conmigo y no manifesté a hombre alguno lo que Dios me pone en corazón para hacer con Israel; y jumento no hay conmigo, sino el jumento en que yo ando, en él.
13 Y salí por la «puerta del valle», de noche, y hacia «fuente del dragón» (c) y a la «puerta del estiércol»; y estuve contemplando el muro de Jerusalén que ellos arrasan; y sus puertas, devoradas por el fuego.
14 Y pasé a la «puerta de la fuente» y a la piscina del rey, y no había lugar para pasar el jumento en que iba.
15 Y estuve subiendo por el muro del torrente de noche, y estuve contemplando el muro. Y estuve en la «puerta del valle», y volví.
16 Y los guardianes no sabían a dónde había ido y qué era lo que yo hacía. Hasta entonces no había dicho nada a los judíos, y a los sacerdotes, y a los aristócratas, y a los estrategos y a los demás que hacían la obra.
17 Y les dije: «Vosotros veis esta malaventura en que estamos, en ella: cómo Jerusalén está desierta, y sus puertas han sido dadas al fuego. Venid pues y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no seremos ya más oprobio.»
18 Y les refería cómo la mano bondadosa de Dios había estado sobre mí; y, además, las palabras del rey, que me dijo. Y dije: «Levantémonos, y edifiquemos.» Y fortaleciéronse las manos de ellos para el bien.
19 Y oyó Sanabalat, el horonita; y Tobías, el siervo, el amonita; y Gosem, el árabe, y mofáronse de nosotros, y nos menospreciaron y dijeron: «¿Qué la palabra ésta que vosotros hacéis? ¿Acaso contra el rey os rebeláis?».
20 Y diles respuesta y les dije: «El Dios del cielo, él nos prosperará; y nosotros, siervos de él puros (d) , edificaremos; y vosotros no tenéis parte, ni justicia ni memoria en Jerusalén».


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Introducción a Nehemías

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Fuente: Jünemann (1992)

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Notas

Nehemías 2,1
1 a. H.: «Y no solía yo estar triste delante de él.»



Nehemías 2,8
8 b. Dispuso.



Nehemías 2,13
13 c. S.: «De higueras.»



Nehemías 2,20
20 d. Falta en el H.