Job  35 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 16 versitos |
1 Elihú continuó de esta forma:
2 «¿Crees que es justo decir: | “Llevo razón contra Dios”;
3 o afirmar: “¿Qué más te da?, | ¿qué saco con no pecar?”.
4 Voy a refutar tus argumentos | junto con los de tus amigos.
5 Contempla atento el cielo, | observa las nubes tan altas ° .
6 ¿Qué mal le haces a Dios pecando?, | ¿en qué le afectan tus muchos delitos?
7 Si eres justo, ¿qué le das?, | ¿qué recibe de tu mano?
8 Tu maldad afecta a mortales como tú; | tu honradez, a los seres humanos.
9 La gente protesta duramente oprimida, | pide socorro ante el poder del tirano;
10 pero no dice: “¿Dónde está mi Hacedor, | que llena la noche de cantos de júbilo,
11 que nos enseña por las bestias de la tierra | y nos educa por las aves del cielo?”.
12 Hay quien protesta, pero él no responde, | por culpa del orgullo de los malvados.
13 Y así, Dios no escucha falsedades, | el Todopoderoso no presta atención.
14 Mucho menos cuando dices: “No lo veo, | le he expuesto mi causa y espero”.
15 Pero ahora que no estalla su cólera | ni parece darse cuenta del delito,
16 Job abre su boca y echa viento, | alargando un discurso sin sentido».

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Introducción a Job 

JOB

Aunque este libro, probablemente, se terminó de escribir entre los siglos vi y iii a.C., contiene un tema y algunos rasgos teológicos cuyo origen es mucho más antiguo. Nos encontramos ante un poeta que sabe hacer un uso genial de todos los recursos estilísticos de la poesía hebrea. Job se ve de pronto desposeído de todo y brota su pregunta: ¿De qué sirve la honradez? ¿Es Dios injusto y caprichoso? Así queda planteado el problema que trata de resolver el autor: la inexistencia práctica de la retribución divina, la acusación de injusticia a Dios, una crítica a la teología convencional, representada por las intervenciones de los tres amigos. El Señor responde indirectamente a las quejas de Job. Si para Job este mundo es un caos, Dios le hace ver que se trata de un cosmos conducido por su sabiduría y su justicia, cualidades divinas que escapan a la comprensión humana. La experiencia vivida por Job desde la «intemperie» ha aumentado su sabiduría: antes conocía a Dios «de oídas», pero ahora lo «han visto sus ojos» (Job 42:5).

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Job  35,1-16*32-37 Después de la última intervención de Job, con la apostilla Fin de las palabras de Job, se esperaría la intervención divina (que no aparece hasta el cap. Job 38:1-41). En su lugar nos encontramos con la intervención de un tal Elihú, que no ha sido hasta ahora mencionado y cuyos discursos casi nada añaden desde la perspectiva de la argumentación a los de los tres amigos. Por otra parte, ni Job ni Dios le responden, aunque en algunos momentos parece anticipar ideas que encontramos en los discursos del Señor.


Job  35,5*35:5s Los tres amigos de Job opinaban que la honradez de las criaturas no afecta al Señor. Elihú da un paso más: tampoco el mal puede afectarle, alejado como está de los seres humanos en su majestad (Job 35:5). También Job había hecho esta observación (véase Job 7:20; Job 19:4). La aporía está servida, pues, si el pecado no afecta a Dios, ¿por qué se ha cebado en la desgracia de Job? Su actitud para con Job sería absurda, arbitraria e injusta, como el propio Job confiesa reiteradamente.