Job  36 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 33 versitos |
1 Elihú prosiguió diciendo:
2 Espera un poco, y te instruiré; aún me quedan razones en favor de Dios.
3 Quiero divulgar mis conocimientos, para hacer justicia a mi Creador.
4 Pues mis palabras no son mentirosas; ante ti se encuentra un perfecto sabio.
5 »En verdad, Dios rechaza al obstinado,
6 no deja con vida al culpable, hace justicia a los pobres
7 y no quita la razón al justo. Coloca a los reyes en su trono y los asienta para siempre. Si se engríen,
8 los sujeta con cadenas, los ata con maromas de aflicción.
9 Entonces les muestra sus obras: el pecado de haber sido orgullosos;
10 abre sus oídos a una advertencia, les dice que se conviertan del mal.
11 Si ellos escuchan y son dóciles, acaban sus días con felicidad y sus años llenos de dicha.
12 Pero, si no escuchan, pasan a la fosa, perecen en momento imprevisto.
13 Y los falsos de corazón, los rencorosos, los que no gritan cuando él los encadena,
14 ésos mueren en plena juventud, perecen en la edad juvenil.
15 En cambio, él salva al pobre por su pobreza, le abre los oídos mediante la desgracia.
16 También a ti te librará de la angustia: vivirás en abundancia, sin estrecheces, rebosará tu mesa de pingües manjares.
17 Pero, si juzgas igual que un impío, la condena te alcanzará.
18 Cuida que no te seduzcan con mercedes ni te corrompan con grandes regalos.
19 ¿Acaso te servirá tu riqueza y todo despliegue de fuerza?
20 No suspires por aquella noche en que los pueblos van a su lugar.
21 ¡Guárdate de volver a la injusticia, pues por ella te ha probado la aflicción!
22 ¡Sublime es Dios por su fuerza! ¿Con qué señor se puede comparar?
23 ¿Quién le impone normas de conducta? ¿Quién podrá decirle: Has hecho mal?
24 Acuérdate de ensalzar su obra, que tantos hombres cantaron.
25 Todo mortal la contempla, el hombre la mira desde lejos.
26 Dios es tan grande que no le comprendemos, el número de sus años es incalculable.
27 Él atrae las gotas de agua, pulveriza en vapor la lluvia
28 que luego derraman las nubes vertiéndola sobre las muchedumbres;
29 por ellas alimenta a los pueblos, les da sustento en abundancia.
30 ¿Quién conocerá la evolución del nublado, los estremecimientos de su tienda?
31 El despliega sobre sí su vapor, cubre los fondos del mar.
32 Con sus manos levanta el rayo y le manda alcanzar el objetivo.
33 El trueno anuncia que él viene, que llega la ira contra la maldad.

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Introducción a Job 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas