Job  8 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 22 versitos |
1 Bildad de Súaj tomó la palabra y dijo:
2 ¿Hasta cuándo dirás tales cosas, y serán tus palabras viento impetuoso?
3 ¿Puede Dios pervertir el derecho, ni puede Sadday desviar la justicia?
4 Si tus hijos pecaron contra él, ya les hizo pagar su pecado.
5 Si tú recurres a Dios, si suplicas la piedad de Sadday,
6 si eres inocente y justo, entonces él velará sobre ti y restaurará tu mansión de justicia.
7 Tu primera suerte resultará mezquina, comparada con la fortuna que te aguarda.
8 Pregunta, sí, pregunta a la generación pasada, atiende a la experiencia de sus padres.
9 Nosotros nacimos ayer y no sabemos nada, sombra son nuestros días sobre la tierra.
10 Ellos te enseñarán y te hablarán con palabras salidas del corazón.
11 ¿Crece el papiro fuera de la charca? ¿Prospera el junco donde no hay agua?
12 Todavía en flor, sin que nadie lo corte, antes que cualquier otra planta se marchita.
13 Así acaban los que de Dios se olvidan, así termina la esperanza del malvado.
14 Brizna frágil es su confianza; tela de araña, su seguridad.
15 Se apoya en su casa, y ésta se derrumba; a ella se agarra, y se le viene abajo.
16 Lleno de savia a la luz del sol, en el jardín extiende sus retoños;
17 sus raíces se entrelazan en las piedras, vive en medio de las rocas.
18 Pero, al ser arrancado de su lugar, éste le reniega: Nunca te vi.
19 Podrido queda en el camino, mientras del suelo nacen oíros.
20 No; Dios no desprecia al justo, ni presta ayuda a los malvados.
21 De nuevo la risa llenará tu boca, brotará de tus labios la alegría.
22 Serán tus enemigos cubiertos de vergüenza, y la tienda de los perversos dejará de existir.

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Introducción a Job 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas