1 Oración de un afligido [a] Oración de un afligido que, en su desaliento, da rienda suelta a su queja delante del Señor. Señor, escucha mi oración, ¡permite que mi grito llegue a ti! |
2 No escondas de mí tu rostro cuando me encuentre angustiado; ¡dígnate escucharme!, ¡respóndeme pronto cuando te llame! |
3 Pues mi vida se acaba como el humo, mis huesos arden como brasas, [b] |
4 mi corazón está decaído como la hierba marchita; ¡ni aun deseos tengo de comer! |
5 La piel se me pega a los huesos de tanto gemir. |
6 Soy como una lechuza [c] del desierto, como un búho entre las ruinas. |
7 No duermo. Soy como un pájaro solitario en el tejado. |
8 Mis enemigos me ofenden sin cesar y usan mi nombre para maldecir. |
9 En vez de pan, como ceniza; [d] en mi bebida se mezclan mis lágrimas |
10 a causa de tu enojo y tu furor, pues me alzaste para derribarme después. |
11 Mis días pasan como una sombra; [e] me voy marchitando como la hierba. |
12 Pero tú, Señor, reinas por siempre; ¡tu nombre será siempre recordado! |
13 Levántate, compadécete de Sión, pues ya se cumplió el tiempo; ¡ya es hora de que la perdones! |
14 Tus siervos aman sus piedras; ¡sienten dolor por sus ruinas! [f] |
15 Todas las naciones y reyes de la tierra honrarán el nombre glorioso del Señor |
16 cuando él reconstruya a Sión y aparezca en su gloria, |
17 cuando atienda a la oración del desamparado y no desoiga sus ruegos. |
18 Que esto quede escrito para las generaciones futuras, para que alaben al Señor los que aún han de nacer. |
19 El Señor miró la tierra desde el cielo, desde su santa altura, |
20 para atender los lamentos de los prisioneros y liberar a los condenados a muerte; |
21 para que en Sión, en Jerusalén, se proclame y se alabe el nombre del Señor |
22 cuando gentes de todas las naciones se reúnan para adorarlo. |
23 Él me ha quitado fuerzas a medio camino; ha hecho más corta mi vida. |
24 Yo le digo: ?Dios mío, no me lleves en la mitad de mi vida.? [g] ¡Tus años no tienen fin! |
25 Afirmaste la tierra desde el principio; tú mismo hiciste el cielo. |
26 Todo ello dejará de existir, pero tú permaneces firme. Todo ello envejecerá, como la ropa; ¡tú lo cambiarás y quedará cambiado, como quien se muda de ropa! |
27 Pero tú eres el mismo; tus años nunca terminarán. [h] |
28 Darás seguridad a los descendientes de tus siervos; en tu misma presencia los establecerás.
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