1 LIBRO V El constante amor del Señor [a] Dad gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. [b] |
2 Díganlo los que el Señor ha salvado, los que salvó del poder del enemigo, |
3 los que reunió de entre los países del norte y del sur, del este y del oeste. |
4 Andaban perdidos por el desierto arenoso, sin hallar el camino hacia una ciudad donde vivir; |
5 tenían hambre y sed, ¡estaban a punto de morir! |
6 Pero en su angustia clamaron al Señor y él los libró de la aflicción. [c] |
7 Después los puso en el buen camino hacia una ciudad donde vivir. |
8 Den gracias al Señor por su amor, ¡por lo que hace en favor de los hombres! |
9 Pues él apaga la sed del sediento y da abundante comida al hambriento. [d] |
10 Vivían en profunda oscuridad, presos de tristeza y de cadenas |
11 por rebelarse contra las órdenes del Señor, por despreciar los planes del Altísimo. |
12 Dios los sometió a duros trabajos; tropezaban y nadie los ayudaba. |
13 Pero en su angustia clamaron al Señor y él los salvó de la aflicción; |
14 los sacó de la profunda oscuridad y los libró de las cadenas. |
15 Den gracias al Señor por su amor, ¡por lo que hace en favor de los hombres! |
16 ¡Él hizo pedazos puertas de bronce! ¡Él hizo pedazos barras de hierro! |
17 Enfermos [e] y afligidos por sus propias maldades y pecados, |
18 no soportaban ningún alimento; ¡ya estaban a las puertas de la muerte! |
19 Pero en su angustia clamaron al Señor y él los salvó de la aflicción; |
20 envió su palabra [f] y los sanó; ¡los libró del sepulcro! |
21 Den gracias al Señor por su amor, ¡por lo que hace en favor de los hombres! |
22 Ofrézcanle sacrificios de gratitud y hablen con alegría de sus actos. |
23 Se hicieron a la mar los comerciantes; surcaron las aguas con sus barcos, |
24 y allí, en alta mar, vieron la creación maravillosa del Señor. |
25 A la voz del Señor se desató una tormenta que levantaba grandes olas; |
26 eran lanzados hasta el cielo y hundidos hasta el fondo del mar; ¡perdieron el valor ante el peligro! |
27 Se tambaleaban como borrachos; ¡de nada les servía su pericia! |
28 Pero en su angustia clamaron al Señor y él los sacó de la aflicción: |
29 convirtió en brisa la tempestad y las olas se calmaron. |
30 Al ver tranquilas las olas, se alegraron, y Dios los llevó hasta el puerto deseado. |
31 Den gracias al Señor por su amor, ¡por lo que hace en favor de los hombres! |
32 ¡Aclámenlo al reunirse el pueblo! ¡Alábenlo en la reunión de los ancianos! |
33 El Señor convierte ríos y manantiales en desiertos y tierras secas; |
34 convierte tierras fértiles en salitrosas, por la maldad de sus habitantes. [g] |
35 Convierte desiertos en lagunas y tierras secas en manantiales; [h] |
36 allí establece a los que tienen hambre y ellos construyen sus ciudades. |
37 Siembran campos, plantan viñedos y recogen cosechas abundantes. |
38 Él los bendice, hace que aumenten y que crezca el número de sus ganados. |
39 Y si mueren y su número decrece a causa de la opresión, la desgracia y el dolor, |
40 Dios desprecia a los opresores y los hace perderse en desiertos sin camino. [i] |
41 Él saca a los pobres de su tristeza; ¡hace crecer sus familias como rebaños! |
42 Al ver esto, los hombres honrados se alegran y los malvados cierran la boca. |
43 El que es inteligente, debe tener esto en cuenta y comprender el amor del Señor. [j]
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