(SALMO 28)
La poderosa voz de Dios
(1a) Himno de David
(1-2) (1b-2) Ustedes, que en el cielo
están al servicio de Dios,
denle la honra que merece,
reconozcan su poder
y adórenlo en su hermoso templo.
Dios de la gloria,
retumba como el trueno
sobre los grandes océanos.
la voz de nuestro Dios retumba con poder.
nuestro Dios derriba los cedros del Líbano.
los hace saltar como terneros,
¡como si fueran toros salvajes!
lanza llamas de fuego;
¡nuestro Dios sacude el desierto de Cadés!
y deja sin árboles los bosques.
Nuestro Dios es el rey de las lluvias;
él se sienta en su trono
para reinar por siempre.
En su templo todos lo alaban,
que nos llene de fuerzas
y nos bendiga con su paz.
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