Salmos 35 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 28 versitos |
1 Oh Yahweh, defiende mi causa, y contiende contra los que pelean contra mí.
2 Empuña la lanza y el escudo, y levántate en mi auxilio;
3 desenvaina la espada, y hazla fulgurar contra mis perseguidores. Di a mi alma: “Yo soy tu Salvador”.
4 Sean afrentados y confundidos los que pretenden darme muerte; retrocedan y avergüéncense los que maquinan el mal contra mí;
5 sean como el tamo ante el viento, y un ángel de Yahweh los persiga.
6 Oscurézcase su camino y haya en él lugares resbaladizos, y un ángel de Dios los persiga.
7 Porque me pusieron lazos y tendieron red a mi alma;
8 el infortunio les sobrevendrá repentinamente; los atrapará la red que habían tendido, y caerán en el hoyo que habían cavado.
9 Pero mi alma rebosará de gozo en Dios, y se deleitará en su salvación.
10 Todos mis huesos dirán: “Oh Yahweh, ¿quién hay como tú, que libras al pobre de su adversario, y al menesteroso y al necesitado del que lo despoja por la fuerza?”
11 Se levantaron testigos inicuos, y me preguntan cosas que no sé.
12 Me han pagado mal por bien, e hicieron cesar mi vida de entre los hombres.
13 Pero yo, cuando ellos enfermaban, me vestía de cilicio y humillaba mi alma con ayuno, y mi oración se volvía a mi seno;
14 actué como un amigo y como un hermano, y me abatí como el que se sienta en lamento.
15 Cuando tuve adversidad, ellos se reunieron y se regocijaron a causa de mí; se reunían contra mí por largo tiempo, y yo no me daba cuenta.
16 En su arrogancia y en su mofa crujían sus dientes en mi contra.
17 Oh Señor mío, ya he visto bastante; restaura mi alma de la sedición de ellos, y mi única vida de los leones.
18 En la gran congregación te alabaré; te cantaré salmos en medio de muchos pueblos.
19 No se regocijen por causa de mí mis adversarios, ni los mentirosos que me aborrecen sin motivo. Hacen guiños con sus ojos, pero no hablan paz,
20 sino que maquinan engaño contra el manso de la tierra.
21 Abrieron su boca contra mí, y dijeron: ¡Ajá, ajá, nuestros ojos lo han visto!
22 Tú lo has visto, oh Dios, no calles; Señor mío, no estés lejos de mí.
23 Levántate en mi defensa, Dios mío y Señor mío, y mira mi agravio.
24 Júzgame según tu justicia, oh Yahweh, para que no se regocijen por causa de mí,
25 ni digan en su corazón: “Estamos satisfechos; lo hemos hundido”.
26 Sean afrentados y confundidos a una los que quieren mi desgracia, y sean vestidos de deshonra los que se engrandecen contra mí.
27 Cantarán alabanzas y se regocijarán los que se deleitan en mi victoria, y dirán en todo tiempo: ¡Engrandecido es Yahweh, que se deleita en la paz de su siervo!
28 Mi lengua dará gracias por tu justicia y por tus gloriosas obras todo el día.

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Introducción a Salmos

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