— me iba inflamando: Otras lecturas: “con mi meditación se encendió un fuego”; “de tanto pensar me iba inflamando”. En estos versos iniciales (Sal 39:1-4) el salmista expone los sentimientos y emociones que suscita en él una situación de angustia a la que trata de enfrentarse, sin éxito, con un silencio resignado y sin proferir queja alguna.