Salmos 40 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 17 versitos |
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Salmo 40 (39) °

Reconocimiento y súplica

(1) Al Director. Salmo de David.
(2) Yo esperaba con ansia al Señor; | él se inclinó y escuchó mi grito:
2 (3) me levantó de la fosa fatal, | de la charca fangosa; | afianzó mis pies sobre roca, | y aseguró mis pasos;
3 (4) me puso en la boca un cántico nuevo, | un himno a nuestro Dios. | Muchos, al verlo, quedaron sobrecogidos | y confiaron en el Señor.
4 (5) Dichoso el hombre que ha puesto | su confianza en el Señor, | y no acude a los idólatras, | que se extravían con engaños.
5 (6) Cuántas maravillas has hecho, | Señor, Dios mío, | cuántos planes en favor nuestro; | nadie se te puede comparar. | Intento proclamarlas, decirlas, | pero superan todo número.
6 (7) Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, | y, en cambio, me abriste el oído; | no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
7 (8) entonces yo digo: «Aquí estoy | —como está escrito en mi libro—
8 (9) para hacer tu voluntad. | Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas».
9 (10) He proclamado tu justicia | ante la gran asamblea; | no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes.
10 (11) No me he guardado en el pecho tu justicia, | he contado tu fidelidad y tu salvación, | no he negado tu misericordia y tu lealtad | ante la gran asamblea.
11 (12) Tú, Señor, no me cierres tus entrañas; | que tu misericordia y tu lealtad me guarden siempre,
12 (13) porque me cercan desgracias sin cuento. | Se me echan encima mis culpas, y no puedo ver; | son más que los pelos de mi cabeza, | y me falta el valor.
13 (14) Señor, dígnate librarme; | Señor, date prisa en socorrerme.
14 (15) Queden confundidos y avergonzados | los que intentan quitarme la vida; | retrocedan y queden aturdidos | los que desean mi daño.
15 (16) Vuelvan atrás avergonzados | los que se burlan de mí.
16 (17) Alégrense y gocen contigo | todos los que te buscan; | digan siempre: «Grande es el Señor», | los que desean tu salvación.
17 (18) Yo soy pobre y desgraciado, | pero el Señor se cuida de mí; | tú eres mi auxilio y mi liberación: | Dios mío, no tardes.

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Introducción a Salmos

SALMOS

La tradición hebrea dio a esta colección el nombre de «Himnos» o «Libro de himnos». En tiempos anteriores fue llamado «Oraciones». Los epígrafes de los salmos nos brindan una tercera posible denominación: en cincuenta y siete epígrafes aparece el nombre Mizmor, que se refiere a un canto con acompañamiento musical (psalmoi en la traducción griega de los LXX). Salmos o Salterio; es decir, una colección de loas o de encomios, de súplicas o de peticiones; un auténtico manual de oración; un conjunto de poemas oracionales u oraciones poéticas. El Salterio es, en su conjunto, un microcosmos bíblico. Los grandes temas del Antiguo Testamento suenan sinfónicamente. El libro, por tanto, debe leerse e interpretarse escuchando las voces procedentes de otros libros del Antiguo Testamento y percibiendo los ecos que resuenan en el Nuevo Testamento.

Aunque el libro está formado por ciento cincuenta salmos en todas sus versiones, no se sigue en ellas una numeración uniforme; es distinta en el texto hebreo (TH) y en la traducción griega de los LXX. Las versiones latinas y la traducción litúrgica siguen la numeración de los LXX, lo cual origina confusiones u obliga a consignar una doble numeración. En la presente traducción la numeración litúrgica va entre paréntesis.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Salmos 40,1-17*40 Salmo mixto. Solo Dios, cuya ley está inscrita en las entrañas del salmista, merece confianza. El sacrificio que le agrada es el cumplimiento de su ley.