SALMOS
La tradición hebrea dio a esta colección el nombre de «Himnos» o «Libro de himnos». En tiempos anteriores fue llamado «Oraciones». Los epígrafes de los salmos nos brindan una tercera posible denominación: en cincuenta y siete epígrafes aparece el nombre Mizmor, que se refiere a un canto con acompañamiento musical (psalmoi en la traducción griega de los LXX). Salmos o Salterio; es decir, una colección de loas o de encomios, de súplicas o de peticiones; un auténtico manual de oración; un conjunto de poemas oracionales u oraciones poéticas. El Salterio es, en su conjunto, un microcosmos bíblico. Los grandes temas del Antiguo Testamento suenan sinfónicamente. El libro, por tanto, debe leerse e interpretarse escuchando las voces procedentes de otros libros del Antiguo Testamento y percibiendo los ecos que resuenan en el Nuevo Testamento.
Aunque el libro está formado por ciento cincuenta salmos en todas sus versiones, no se sigue en ellas una numeración uniforme; es distinta en el texto hebreo (TH) y en la traducción griega de los LXX. Las versiones latinas y la traducción litúrgica siguen la numeración de los LXX, lo cual origina confusiones u obliga a consignar una doble numeración. En la presente traducción la numeración litúrgica va entre paréntesis.
Salmos 50,1-23*50 Primera parte de un pleito judicial entre Dios y el pueblo, cuya segunda parte es Sal 51:1-19. Dios no echa en cara a su pueblo los sacrificios, sino sus pecados contra el prójimo. Si el pueblo no se arrepiente, sufrirá un castigo inexorable.