Salmos 86 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 17 versitos |
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Salmo 86 (85) °

Oración para tiempos de aflicción

(1) Oración de David. Inclina tu oído, Señor, escúchame, | que soy un pobre desamparado;
2 (2) protege mi vida, que soy un fiel tuyo; | salva, Dios mío, a tu siervo, que confía en ti.
3 (3) Piedad de mí, Señor, | que a ti te estoy llamando todo el día;
4 (4) alegra el alma de tu siervo, | pues levanto mi alma hacia ti, Señor;
5 (5) porque tú, Señor, eres bueno y clemente, | rico en misericordia con los que te invocan.
6 (6) Señor, escucha mi oración, | atiende a la voz de mi súplica.
7 (7) En el día del peligro te llamo, | y tú me escuchas.
8 (8) No tienes igual entre los dioses, Señor, | ni hay obras como las tuyas.
9 (9) Todos los pueblos vendrán | a postrarse en tu presencia, Señor; | bendecirán tu nombre:
10 (10) «Grande eres tú, y haces maravillas; | tú eres el único Dios».
11 (11) Enséñame, Señor, tu camino, | para que siga tu verdad; | mantén mi corazón entero | en el temor de tu nombre.
12 (12) Te alabaré de todo corazón, Dios mío; | daré gloria a tu nombre por siempre,
13 (13) por tu gran piedad para conmigo, | porque me salvaste del abismo profundo.
14 (14) Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, | una banda de insolentes atenta contra mi vida, | sin tenerte en cuenta a ti.
15 (15) Pero tú, Señor, | Dios clemente y misericordioso, | lento a la cólera, rico en piedad y leal,
16 (16) mírame, ten compasión de mí. | Da fuerza a tu siervo, | salva al hijo de tu esclava.
17 (17) Dame una señal propicia, | que la vean mis adversarios y se avergüencen, | porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.

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Introducción a Salmos

SALMOS

La tradición hebrea dio a esta colección el nombre de «Himnos» o «Libro de himnos». En tiempos anteriores fue llamado «Oraciones». Los epígrafes de los salmos nos brindan una tercera posible denominación: en cincuenta y siete epígrafes aparece el nombre Mizmor, que se refiere a un canto con acompañamiento musical (psalmoi en la traducción griega de los LXX). Salmos o Salterio; es decir, una colección de loas o de encomios, de súplicas o de peticiones; un auténtico manual de oración; un conjunto de poemas oracionales u oraciones poéticas. El Salterio es, en su conjunto, un microcosmos bíblico. Los grandes temas del Antiguo Testamento suenan sinfónicamente. El libro, por tanto, debe leerse e interpretarse escuchando las voces procedentes de otros libros del Antiguo Testamento y percibiendo los ecos que resuenan en el Nuevo Testamento.

Aunque el libro está formado por ciento cincuenta salmos en todas sus versiones, no se sigue en ellas una numeración uniforme; es distinta en el texto hebreo (TH) y en la traducción griega de los LXX. Las versiones latinas y la traducción litúrgica siguen la numeración de los LXX, lo cual origina confusiones u obliga a consignar una doble numeración. En la presente traducción la numeración litúrgica va entre paréntesis.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Salmos 86,1-17*86 Súplica individual. Dios, compasivo, clemente y soberano de todo, no puede olvidar a su siervo. Este salmo de un humilde que se autodenomina siervo, tiene nueva sonoridad en labios de Jesús (véase Hch 4:27).