Salmos 89,38

(39) Pero tú lo rechazaste y despreciaste, tú te enfureciste con tu ungido º,

— te enfureciste con tu ungido: Esta cólera divina se concreta en una derrota del rey frente al enemigo (Sal 89:38-45), lo que cuestionaría la fidelidad jurada a David y a su dinastía, tal y como se proclama reiteradamente en el oráculo (Sal 89:19-37). Salmos 89, 38

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