Exodo  1 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 22 versitos |
1 ° Estos son los nombres de los hijos de Israel que fueron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia:
2 Rubén, Simeón, Leví, Judá,
3 Isacar, Zabulón, Benjamín,
4 Dan, Neftalí, Gad, Aser.
5 Los descendientes de Jacob eran, en total, setenta personas. José ya estaba en Egipto.
6 Después murió José y sus hermanos y toda aquella generación,
7 pero los hijos de Israel crecían y se propagaban, se multiplicaban y se hacían fuertes en extremo, e iban llenando la tierra.
8 Surgió en Egipto un faraón nuevo que no había conocido a José,
9 y dijo a su pueblo: «Mirad, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y fuerte que nosotros:
10 obremos astutamente contra él, para que no se multiplique más; no vaya a declararse una guerra y se alíe con nuestros enemigos, nos ataque y después se marche del país».
11 Así pues, nombraron capataces que los oprimieran con cargas, en la construcción de las ciudades granero, Pitón y Ramsés.
12 Pero cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más, de modo que los egipcios sintieron aversión hacia los israelitas.
13 Los egipcios esclavizaron a los hijos de Israel con crueldad
14 y les amargaron su vida con el duro trabajo del barro y de los ladrillos y con toda clase de faenas del campo; los esclavizaron con trabajos crueles.
15 Además, el rey de Egipto dijo a las comadronas hebreas, una de las cuales se llamaba Sifrá y otra Puá:
16 «Cuando asistáis a las hebreas, y les llegue el momento del parto: si es niño, lo matáis; si es niña, la dejáis con vida».
17 Pero las comadronas temían a Dios y no hicieron lo que les había ordenado el rey de Egipto, sino que dejaban con vida a los recién nacidos.
18 Entonces, el rey de Egipto llamó a las comadronas y las interrogó: «¿Por qué obráis así y dejáis con vida a los niños?».
19 Contestaron las comadronas al faraón: «Es que las mujeres hebreas no son como las egipcias: son robustas y dan a luz antes de que lleguen las comadronas».
20 Dios premió a las comadronas y el pueblo crecía y se hacía muy fuerte.
21 Y a las comadronas, como temían a Dios, también les dio familia.
22 Entonces el faraón ordenó a todo su pueblo: «Cuando nazca un niño, echadlo al Nilo; si es niña, dejadla con vida».

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Introducción a Exodo 

ÉXODO

El Éxodo -cuyo nombre significa «salida»- es uno de los libros bíblicos con mayor carga y densidad teológica. En él ocupan un puesto relevante cuestiones tan importantes como la liberación, la alianza, la teofanía, la ley o el santuario. En todas ellas aparece Dios, con un protagonismo indudable. El Dios del Éxodo aparece como el Señor (Éxo 3:15), el que salva; es un Dios comprometido en los acontecimientos que afectan a su pueblo, pues lo considera como su hijo primogénito (Éxo 4:22 s).

Tras la liberación de Egipto, y una vez convertido en soberano de Israel, el Señor guía y protege a su pueblo por el desierto, dándole el agua (Éxo 15:22-27; Éxo 17:1-7) y el alimento (Éxo 16:1-36) necesarios para sobrevivir; ayudándolo a superar otras dificultades externas e internas (Éxo 17:8-16; Éxo 18:1-27). Viene luego el Sinaí, escenario de la alianza entre Dios y su pueblo (véase especialmente Éxo 19:3-8; Éxo 24:3-8; Éxo 34:10-27). La alianza aparece aquí trabada primero con la teofanía y la ley (Éxo 19:3 - Éxo 24:11) y luego con el santuario (Éxo 24:12 - Éxo 40:38). Si el santuario pretende asegurar la presencia del Señor en medio de su pueblo, la alianza trata de establecer una relación entre ambos.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Exodo  1,1-22*1-2 El libro comienza con una lista de los hijos de Jacob y reseña luego la muerte de José, de sus hermanos y de cuantos bajaron a Egipto con Jacob. Finaliza así un período y comienza otro realmente decisivo en la historia de Israel: de la familia de Jacob se pasa al pueblo de Israel; con ello se realizan las promesas a los patriarcas. El nacimiento e infancia de Moisés preanuncian el futuro del pueblo. Salvado en circunstancias extraordinarias, está destinado por Dios para salvar a Israel. Tras su fuga de Egipto, su actuación en defensa de las hijas del sacerdote de Madián lo acredita como libertador.