Exodo  15 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 27 versitos |
1 ° Entonces Moisés y los hijos de Israel entonaron este canto al Señor: «Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria, | caballos y carros ha arrojado en el mar.
2 Mi fuerza y mi poder es el Señor, | Él fue mi salvación. | Él es mi Dios: yo lo alabaré; | el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
3 El Señor es un guerrero, | su nombre es “El Señor”.
4 Los carros del faraón los lanzó al mar, | ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes.
5 Las olas los cubrieron, | bajaron hasta el fondo como piedras.
6 Tu diestra, Señor, es magnífica en poder, | tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
7 Tu gran majestad destruye al adversario, | arde tu furor y los devora como paja.
8 Al soplo de tu nariz, se amontonaron las aguas, | las corrientes se alzaron como un dique, | las olas se cuajaron en el mar.
9 Decía el enemigo: “Los perseguiré y alcanzaré, | repartiré el botín, se saciará mi codicia, | empuñaré la espada, los agarrará mi mano”.
10 Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar, | se hundieron como plomo en las aguas formidables.
11 ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? | ¿Quién como tú, terrible entre los santos, | temible por tus proezas, autor de maravillas?
12 Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra; |
13 guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado, | los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
14 Lo oyeron los pueblos y temblaron, | el terror se apoderó de los habitantes de Filistea.
15 Se turbaron los príncipes de Edón, | los jefes de Moab se estremecieron, | flaquearon todos los habitantes de Canaán.
16 Espanto y pavor los asaltaron, | la grandeza de tu brazo los dejó petrificados, | mientras pasaba tu pueblo, Señor, | mientras pasaba el pueblo que adquiriste.
17 Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad, | lugar del que hiciste tu trono, Señor; | santuario, Señor, que fundaron tus manos.
18 El Señor reina por siempre jamás».
19 Cuando los caballos del faraón, con sus carros y sus jinetes, entraron en el mar, el Señor volcó sobre ellos las aguas del mar; en cambio, los hijos de Israel pasaron en seco por medio del mar.
20 María la profetisa, hermana de Aarón, tomó su pandero en la mano y todas las mujeres salieron tras ella con panderos a danzar.
21 María entonaba: «Cantaré al Señor, pues se cubrió de gloria, | caballos y jinetes arrojó en el mar».
22 ° Moisés hizo partir del mar Rojo a Israel, que se dirigió hacia el desierto de Sur. Caminaron tres días por el desierto sin encontrar agua.
23 Llegaron a Mará, pero no pudieron beber el agua de Mará, porque era amarga. Por eso se llamó aquel lugar Mará.
24 El pueblo murmuró contra Moisés, diciendo: «¿Qué vamos a beber?».
25 Moisés clamó al Señor y el Señor le mostró un madero. Él lo echó al agua y el agua se volvió dulce. Allí el Señor dio leyes y mandatos al pueblo y lo puso a prueba,
26 diciéndoles: «Si obedeces fielmente la voz del Señor tu Dios y obras lo recto a sus ojos, escuchando sus mandatos y acatando todas sus leyes, no te afligiré con ninguna de las plagas con que afligí a los egipcios; porque yo soy el Señor, el que te cura».
27 Después llegaron a Elín, donde hay doce fuentes y setenta palmeras, y acamparon allí junto al agua.

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Introducción a Exodo 

ÉXODO

El Éxodo -cuyo nombre significa «salida»- es uno de los libros bíblicos con mayor carga y densidad teológica. En él ocupan un puesto relevante cuestiones tan importantes como la liberación, la alianza, la teofanía, la ley o el santuario. En todas ellas aparece Dios, con un protagonismo indudable. El Dios del Éxodo aparece como el Señor (Éxo 3:15), el que salva; es un Dios comprometido en los acontecimientos que afectan a su pueblo, pues lo considera como su hijo primogénito (Éxo 4:22 s).

Tras la liberación de Egipto, y una vez convertido en soberano de Israel, el Señor guía y protege a su pueblo por el desierto, dándole el agua (Éxo 15:22-27; Éxo 17:1-7) y el alimento (Éxo 16:1-36) necesarios para sobrevivir; ayudándolo a superar otras dificultades externas e internas (Éxo 17:8-16; Éxo 18:1-27). Viene luego el Sinaí, escenario de la alianza entre Dios y su pueblo (véase especialmente Éxo 19:3-8; Éxo 24:3-8; Éxo 34:10-27). La alianza aparece aquí trabada primero con la teofanía y la ley (Éxo 19:3 - Éxo 24:11) y luego con el santuario (Éxo 24:12 - Éxo 40:38). Si el santuario pretende asegurar la presencia del Señor en medio de su pueblo, la alianza trata de establecer una relación entre ambos.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Exodo  15,1-21*15:1-21 Los cánticos de Moisés y de María celebran la victoria del Señor. En Éxo 15:1-12 se vuelve, en forma poética, sobre los acontecimientos narrados en Éxo 14:1-31, mientras que Éxo 15:13-18 anticipa lo que vendrá después (marcha por el desierto, paso del Jordán y entrada en la tierra prometida).


Exodo  15,22-27*15:22-18:27 Por el desierto, Israel tendrá que enfrentarse con el hambre y la sed, con los amalecitas y con problemas de organización de la comunidad. El mismo Señor que libró a los israelitas de la esclavitud los guiará y ayudará en esta nueva etapa de su historia.