Exodo  7 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 25 versitos |
1 Dijo Yahvéh a Moisés: Mira, yo hago de ti un dios para el Faraón; y Aarón, tu hermano, será tu profeta.
2 Tú le dirás todo lo que yo te mandé; y Aarón, tu hermano, hablará al Faraón, para que deje salir de su país a los hijos de Israel.
3 Pero yo endureceré el corazón del Faraón, y multiplicaré mis señales y mis prodigios en el país de Egipto.
4 El Faraón no os escuchará; y entonces pondré yo mi mano sobre Egipto y sacaré del país de Egipto a mis huestes, a mi pueblo, a los hijos de Israel, con durísimos castigos.
5 Y conocerán los egipcios que yo soy Yahvéh cuando extienda yo mi mano sobre Egipto y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos.
6 Moisés y Aarón lo hicieron así; tal como Yahvéh les había ordenado, así lo hicieron.
7 Tenía Moisés ochenta años y Aarón ochenta y tres, cuando hablaron al Faraón.
8 Dijo Yahvéh a Moisés y a Aarón:
9 Si el Faraón os habla, diciéndoos: Obrad algún prodigio a favor vuestro, dirás a Aarón: Toma tu cayado, arrójalo ante el Faraón y que se transforme en serpiente.
10 Moisés y Aarón se presentaron al Faraón, e hicieron tal y como lo había ordenado Yahvéh. 'Aarón arrojó su cayado ante el Faraón y sus servidores, y el cayado se convirtió en serpiente.
11 Entonces el Faraón convocó también a los sabios y encantadores, y también ellos, los magos de Egipto, hicieron otro tanto con sus artes mágicas.
12 Cada uno de ellos arrojó su vara, que se transformó en serpiente; pero la vara de Aarón devoró las de los otros.
13 Se endureció el corazón del Faraón y no los escuchó, tal y como lo había predicho Yahvéh.
14 Dijo Yahvéh a Moisés: Duro es el corazón del Faraón; se ha negado a dejar partir al pueblo.
15 Sal mañana temprano al encuentro del Faraón, a la hora en que se dirige al río, y espéralo en la ribera del Nilo, teniendo en tu mano el cayado que se trocó en serpiente.
16 Y le dirás: Yahvéh, el Dios de los hebreos, me ha mandado a ti para decirte: Deja partir a mi pueblo para que me rinda culto en el desierto, ya que hasta el presente te has hecho el sordo.
17 Pero he aquí lo que dice Yahvéh: En esto conocerás que yo soy Yahvéh. Con el cayado que tengo en mi mano golpearé las aguas del Nilo, y se convertirán en sangre.
18 Los peces que hay en el río morirán, y el Nilo apestará, de manera que todos los egipcios tendrán repugnancia de beber el agua del Nilo.
19 Yahvéh ordenó a Moisés: Di a Aarón: Toma tu cayado y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus canales, sobre sus charcas y sobre todos los depósitos de agua, para que se conviertan en sangre; y haya sangre en todo el territorio de Egipto, incluso en los recipientes de madera o de piedra.
20 Moisés y Aarón obraron tal y como Yahvéh lo había ordenado: alzó Aarón el cayado y golpeó con él las aguas del Nilo en presencia del Faraón y de todos sus servidores; y todas las aguas del Nilo se convirtieron en sangre.
21 Los peces que había en el Nilo murieron, el Nilo apestaba y los egipcios no podían beber las aguas del río. Y hubo sangre en todo el territorio de Egipto.
22 Pero otro tanto hicieron los magos de Egipto con sus encantamientos; por ello el corazón del Faraón se endureció, y no quiso escuchar a Moisés y Aarón, tal y como había predicho Yahvéh.
23 El Faraón se volvió y entró en su casa, sin prestar atención tampoco a esto.
24 Todos los egipcios cavaron en las orillas del río a la búsqueda de agua potable, porque no podían beber de las aguas del Nilo.
25 Transcurrieron siete días completos desde que Yahvéh golpeó el Nilo.

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Introducción a Exodo 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas