Proverbios 19 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 29 versitos |
1 Más vale el pobre de vida honrada que el embustero, aunque sea rico.
2 Sin reflexión, el celo no es bueno; quien apresura el paso tropieza.
3 La necedad del hombre tuerce su camino; contra Yahvéh se irrita su corazón.
4 La riqueza procura muchos amigos, mientras el pobre sin amigos queda.
5 Testigo falso no queda impune, quien profiere mentiras no se libra.
6 Muchos lisonjean al poderoso, todos son amigos del hombre pródigo.
7 Hasta los hermanos odian al pobre. ¡Cuánto más le esquivarán sus amigos! Si se busca explicación, no la hay.
8 Bien se quiere quien logra sensatez, quien cultiva la prudencia consigue dicha.
9 Testigo falso no queda impune, quien profiere mentiras perece.
10 No corresponde al necio la vida regalada: menos aún al siervo dominar a los señores.
11 La sensatez hace al hombre paciente, tiene por honor disimular una falta.
12 Como rugido de león es la ira del rey; como rocío sobre hierba, su favor.
13 El hijo necio es ruina para su padre; querellas de mujer son gotera continua.
14 Casa y hacienda son herencia paterna; la mujer prudente es un don de Yahvéh.
15 La pereza sumerge en el letargo, el indolente padece hambre.
16 Quien guarda el precepto guarda su vida, quien descuida su conducta morirá.
17 Quien ayuda al pobre presta a Yahvéh ; él le recompensará su acción.
18 Castiga a tu hijo mientras hay esperanza, pero no te excites hasta matarlo.
19 El hombre iracundo sufrirá su castigo; si tú lo perdonas, lo exacerbarás.
20 Oye el consejo y acepta la disciplina, para que seas sabio en el futuro.
21 Hay muchos planes en el corazón del hombre, pero sólo se cumple el designio de Yahvéh.
22 Deseo del hombre es su propio lucro; pero más vale el pobre que el mentiroso.
23 El temor de Yahvéh conduce a la vida: se vive en hartura, sin pasar por la desgracia.
24 El perezoso mete la mano en el plato, y no es capaz de llevarla a la boca.
25 Castiga al insolente, y el simple se hará cuerdo; reprende al sensato, y ganará en saber.
26 Quien maltrata al padre y ahuyenta a la madre es un hijo abyecto y depravado.
27 Si dejas, hijo mío, de oír la instrucción, te apartarás de las palabras de ciencia.
28 El testigo protervo se burla de la justicia, la boca de los malvados devora iniquidad.
29 Los azotes son para los insolentes; los golpes, para la espalda de los necios.

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Introducción a Proverbios

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas