Proverbios 24 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 34 versitos |
1 No envidies a los hombres malvados, no busques estar con ellos,
2 porque su corazón maquina violencias y sus labios profieren maldad.
3 Con sabiduría se construye una casa, con inteligencia se consolida;
4 con prudencia se llena la despensa de todo bien precioso y codiciable.
5 Más vale el sabio que el fuerte, más el hombre prudente que el forzudo,
6 porque con estrategia se hace la guerra y el éxito depende de los muchos consejeros.
7 Muy alta es para el necio la sabiduría: en la puerta no abrirá su boca.
8 A quien piensa en hacer el mal se le llama buscapleitos.
9 La necedad va buscando el pecado, el insolente es odioso a los hombres.
10 Si te muestras débil en el día aciago, tu fuerza es debilidad.
11 Libera a los que son llevados a la muerte, salva a los que son conducidos al suplicio.
12 Acaso dirás: No lo sabíamos. Pero lo conoce el que sondea los corazones, lo sabe el que escudriña tu alma. Él retribuye al hombre por sus obras.
13 Come miel, hijo mío, que es buena: el panal es dulce a tu paladar.
14 Así te será la ciencia de la sabiduría: si la encuentras, tendrás un mañana, y tu esperanza no morirá.
15 No aceches, impío, la casa del justo, no destruyas su morada;
16 pues siete veces cae el justo y se levanta, mientras los malvados sucumben a la miseria.
17 Si tu enemigo cae, no te alegres; si tropieza, no se goce tu corazón;
18 no sea que, al verlo Yahvéh, lo desapruebe y aparte de él su cólera.
19 No te irrites a causa de los perversos, no tengas envidia de los malvados.
20 Porque no existe un mañana para el impío; la lámpara de los malvados se extingue.
21 Teme a Yahvéh, hijo mío, y al rey; no te rebeles contra ninguno de los dos;
22 porque de pronto sobrevendrá su venganza y ¿quién puede conocer su castigo?
23 También esto es de los sabios: No está bien la parcialidad en el juicio.
24 A quien dice al culpable: Tienes razón, lo maldicen los pueblos, lo detestan las naciones.
25 A los que lo castigan les va todo bien, sobre ellos desciende amplia bendición.
26 Da un beso en los labios quien da una respuesta sincera.
27 Organiza tus negocios de fuera, pon orden en tu campo, y después edifica tu casa.
28 No seas falso testigo contra tu prójimo. ¿Acaso vas a engañar con tus labios?
29 No digas: Como me trató, así lo trataré; daré a cada cual su merecido.
30 He pasado por el campo de un perezoso y por la viña de un insensato,
31 y he visto que todo eran ortigas, la maleza cubría el terreno, la cerca se había derrumbado;
32 Lo miré y presté atención, lo contemplé y saqué esta enseñanza:
33 ahora dormir, ahora dormitar, ahora descansar mano sobre mano,
34 y la miseria te llega como un salteador, la indigencia como un hombre armado.

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Introducción a Proverbios

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas