Eclesiastés 12 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 14 versitos |
1 ° Acuérdate de tu Creador en tus años mozos ° , antes de que lleguen los días aciagos y te alcancen los años en que digas: «No les saco gusto»;
2 antes de que se oscurezcan el sol, la luz, la luna y las estrellas, y tras la lluvia vuelva el nublado.
3 Ese día temblarán los guardianes de la casa, y los valientes se encorvarán; las que muelen serán pocas y se pararán; los que miran por las ventanas se ofuscarán;
4 las puertas de la calle se cerrarán y el ruido del molino será solo un eco; se debilitará el canto de los pájaros, las canciones se irán apagando;
5 darán miedo las alturas y en las calles rondarán los terrores; cuando florezca el almendro y se arrastre la langosta y sea ineficaz la alcaparra; porque el hombre va a la morada de su eternidad y el cortejo fúnebre recorre las calles.
6 Antes de que se rompa el hilo de plata y se destroce la copa de oro, y se quiebre el cántaro en la fuente y se raje la polea del pozo,
7 y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva al Dios que lo dio.
8 Vanidad de vanidades, dice Qohélet, vanidad de vanidades, todo es vanidad.
9 Qohélet, además de ser un sabio, enseñó al pueblo lo que él sabía. Estudió, inventó y formuló muchos proverbios.
10 Qohélet procuró un estilo atractivo y escribió la verdad con acierto.
11 Las sentencias de los sabios son como aguijadas, o como clavos bien clavados sus colecciones de textos: todos pronunciados por un solo pastor.
12 Un último aviso, hijo mío: nunca se acaba de escribir más y más libros, y el mucho estudiar desgasta el cuerpo.
13 En conclusión, y después de oírlo todo, teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque eso es ser hombre.
14 Que Dios juzgará todas las acciones, aun las ocultas, sean buenas o malas.

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Introducción a Eclesiastés

ECLESIASTÉS

El término qohelet (ekklesiastes en griego) alude al que reúne o convoca la asamblea, y su identificación -como autor- con Salomón es, como sucede en Prov y Cant, un caso de ficción literaria. Del verdadero autor nada se sabe; la composición del libro suele situarse en la segunda mitad del siglo iii a.C. Como Job, su protagonista desconfía claramente -basándose en la propia experiencia- de la teoría tradicional de la retribución divina, según la cual, Dios premia a los buenos y castiga a los malos. A pesar de sus reflexiones, no logra alcanzar una respuesta satisfactoria a sus interrogantes. Si la misma suerte aguarda al sabio y al necio, ¿qué ventaja aporta entonces la sabiduría? Si nada hay nuevo bajo el sol, ¿a qué buscar? La bancarrota del esfuerzo sapiencial deja paso a otra afirmación radical: la conveniencia de disfrutar de los placeres, que Qohélet entiende, sin embargo, como don divino.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Eclesiastés 12,1-7*12:1-7 Este pasaje considera las funestas consecuencias de la vejez, las huellas del tiempo en el físico humano. Aunque el texto esté repleto de términos en clave (referencias a la debilidad de los miembros, a la falta de dentadura o de visión, etc.), no puede ser calificado estrictamente de alegoría.