Isaías 1 La Biblia (Traducción en Lenguaje Actual, SBU, 2004) | 26 versitos |
1

Introducción

Dios le habló al profeta Isaías hijo de Amós, y le dio varios mensajes para todos los israelitas que vivían en el reino de Judá. Esto sucedió durante los reinados de Ozías, Jotam, Ahaz y Ezequías.

2

Dios acusa a su pueblo

(2-3) Dios le dijo a Isaías:

«Tengo un pleito

contra los israelitas,

y el cielo y la tierra

son mis testigos.

»El buey y el burro conocen a su dueño

y saben quién les da de comer;

pero a Israel, el pueblo que formé,

le falta inteligencia,

¡se ha rebelado contra mí!

4 »Todos ellos son pecadores

y están llenos de maldad.

Se alejaron de mí,

que soy el Dios de Israel;

¡me abandonaron por completo!

5 (5-6) »Han sido tan rebeldes,

y los he castigado tanto,

que ya no les queda un lugar sano.

De pies a cabeza

están cubiertos de heridas.

Nadie se las ha curado ni vendado,

ni les ha calmado los dolores con aceite.

¡Se han quedado sin fuerzas!

7

El país está en ruinas

»Israel está destruido,

sus ciudades arden en llamas;

ante la mirada de sus habitantes

el enemigo se come sus cosechas.

El país ha quedado desierto,

pues un ejército enemigo

lo atacó hasta destruirlo.

8 »Jerusalén se salvó de la destrucción,

pero se ha quedado abandonada,

tan sola como un guarda

en un campo de melones;

tan sola como una ciudad

rodeada por el enemigo.

9 »Si yo, el Dios todopoderoso,

no hubiera salvado a unos pocos,

Jerusalén se habría quedado en ruinas,

como sucedió con Sodoma y Gomorra».

10

Israel no sabe adorar a Dios

El profeta Isaías les dijo a los jefes de Israel:

«Ustedes, que son tan malos

como fueron los jefes de Sodoma

y los habitantes de Gomorra,

¡escúchenme bien!

¡Atiendan a lo que Dios les dice!

11 »Dios les advierte:

“¿Por qué me traen tantos animales

para presentarlos en mi altar?

¡Ya estoy harto de esas ofrendas;

me da asco ver tanta sangre

de toros, carneros y cabritos!

12 ”Yo nunca les he pedido

que me traigan esos animales

cuando vienen a adorarme;

sólo vienen para ensuciar mi templo

y burlarse de mí.

¡Váyanse de mi templo!

13 (13-14) ”¡Para mí, esas ofrendas

no tienen ningún valor!

¡Ya no quiero que las traigan!

Y no me ofrezcan incienso

porque ya no lo soporto.

Tampoco soporto sus fiestas

de sábado y luna nueva,

ni reuniones de gente malvada.

Me resultan tan molestas

que ya no las aguanto.

15 ”Ustedes oran mucho,

y al orar levantan las manos,

pero yo no los veo ni los escucho.

¡Han matado a tanta gente

que las manos que levantan

están manchadas de sangre!

16 ¡Dejen ya de pecar!

¡No quiero ver su maldad!

¡Dejen ya de hacer lo malo

17 y aprendan a hacer lo bueno!

Ayuden al maltratado,

traten con justicia al huérfano

y defiendan a la viuda.

18 (18-19) ”Vengan ya, vamos a discutir en serio,

a ver si nos ponemos de acuerdo.

Si ustedes me obedecen, yo los perdonaré.

Sus pecados los han manchado

como con tinta roja;

pero yo los limpiaré.

¡Los dejaré blancos como la nieve!

”Entonces comerán

de lo mejor de la tierra;

20 pero si siguen siendo rebeldes,

morirán en el campo de batalla.

Les juro que así será”».

21

Dios castigará a los rebeldes

Isaías dijo:

«Los habitantes de Jerusalén

eran fieles, honestos y justos,

pero ahora son unos asesinos.

22 Eran como la plata,

pero se han vuelto basura;

eran como el buen vino,

pero se han vuelto vinagre.

23 »Los gobernantes son rebeldes

y amigos de bandidos.

A cambio de dinero y regalos

declaran culpable al inocente.

Maltratan al huérfano

y niegan ayuda a las viudas.

24 (24-25) »Por eso, el Dios todopoderoso, dice:

“¡Basta ya!

Ustedes son mis enemigos,

y voy a castigarlos.

Borraré todos sus pecados

como quien quema basura,

como quien quita una mancha.

26 ”Haré que los jueces y consejeros

vuelvan a ser honrados y sinceros.

Se volverá a decir que en Jerusalén

se practica la justicia

y que su gente me es fiel.

27 ”A los habitantes de Jerusalén

que vuelvan a obedecerme

los libraré con mi gran poder

de ese terrible castigo.

28 Pero haré pedazos a los rebeldes

y a los que me abandonen.

29 ”Ustedes van a sentir vergüenza

de esos árboles y jardines,

de los que se sienten orgullosos.

30 ”A ustedes los dejaré arruinados,

y serán como árboles sin hojas,

como jardines completamente secos.

31 El más fuerte de ustedes

arderá en llamas como la paja;

¡y de él no quedará

ni el recuerdo de sus obras!”»


Patrocinio

 
 

Introducción a Isaías

No hay comentario

Fuente: Traducción En Lenguaje Actual Con Deuterocanonicos En Orden Alejandrino (2004)

Patrocinio

Notas