Isaías 40 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 31 versitos |
1 ° «Consolad, consolad a mi pueblo | —dice vuestro Dios—;
2 hablad al corazón de Jerusalén, | gritadle, | que se ha cumplido su servicio | y está pagado su crimen, | pues de la mano del Señor ha recibido | doble paga por sus pecados».
3 Una voz grita: | «En el desierto preparadle | un camino al Señor; | allanad en la estepa | una calzada para nuestro Dios;
4 que los valles se levanten, | que montes y colinas se abajen, | que lo torcido se enderece | y lo escabroso se iguale.
5 Se revelará la gloria del Señor, | y la verán todos juntos | —ha hablado la boca del Señor—».
6 Dice una voz: «Grita». | Respondo: «¿Qué debo gritar?». | «Toda carne es hierba | y su belleza como flor campestre:
7 se agosta la hierba, se marchita la flor, | cuando el aliento del Señor | sopla sobre ellos; | sí, la hierba es el pueblo;
8 se agosta la hierba, se marchita la flor, | pero la palabra de nuestro Dios | permanece para siempre».
9 Súbete a un monte elevado, | heraldo de Sión; | alza fuerte la voz, | heraldo de Jerusalén; | álzala, no temas, | di a las ciudades de Judá: | «Aquí está vuestro Dios.
10 Mirad, el Señor Dios llega con poder | y con su brazo manda. | Mirad, viene con él su salario | y su recompensa lo precede.
11 Como un pastor que apacienta el rebaño, | reúne con su brazo los corderos | y los lleva sobre el pecho; | cuida él mismo a las ovejas que crían».
12 ° ¿Quién ha medido el mar | con el cuenco de sus manos | y mensurado a palmos el cielo, | o con una medida el polvo de la tierra? | ¿Quién ha pesado en la báscula los montes | y en la balanza las colinas?
13 ¿Quién ha medido el espíritu del Señor? | ¿Qué consejero lo ha instruido?
14 ¿Con quién se aconsejó para comprender, | para que lo instruyera | en el camino del derecho, | le enseñara el saber | y le diera a conocer la prudencia?
15 Mirad, las naciones son gotas en un cubo; | pesan lo que el polvo en la balanza. | Mirad, las islas pesan lo que un grano.
16 El Líbano no basta para leña, | ni sus fieras para el holocausto.
17 Las naciones son como nada en su presencia. | Ante él son valoradas como nada y confusión.
18 ¿Con quién podréis comparar a Dios | y qué imagen pondréis en su lugar?
19 ¿Un ídolo? Un artesano lo funde, | el orfebre lo recubre de oro | y un platero le suelda cadenas de plata.
20 Alguno escoge una madera fina | que no se desgaste, | se busca un hábil artesano | para hacerse una imagen resistente.
21 ¿No lo sabéis? ¿No lo habéis oído? | ¿No os lo anunciaron desde el principio? | ¿No habéis percibido quién fundó la tierra?
22 Es él, que tiene su trono sobre el círculo de la tierra, | cuyos habitantes son como saltamontes. | Es él, que extiende el cielo como un toldo, | como tienda habitable lo despliega.
23 Es él, que reduce a nada a los que mandan, | y declara inhábiles a los jueces del país.
24 Apenas plantados, apenas sembrados, | apenas arraigan sus brotes en tierra, | sopla sobre ellos y se agostan, | el vendaval se los lleva como paja.
25 «¿Con quién podréis compararme, | quién es semejante a mí?», dice el Santo.
26 Alzad los ojos a lo alto y mirad: | ¿quién creó todo esto? | Es él, que despliega su ejército al completo | y a cada uno convoca por su nombre. | Ante su grandioso poder, y su robusta fuerza, | ninguno falta a su llamada.
27 ¿Por qué andas diciendo, Jacob, | y por qué murmuras, Israel: | «Al Señor no le importa mi destino, | mi Dios pasa por alto mis derechos?».
28 ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? | El Señor es un Dios eterno | que ha creado los confines de la tierra. | No se cansa, no se fatiga, | es insondable su inteligencia.
29 Fortalece a quien está cansado, | acrecienta el vigor del exhausto.
30 Se cansan los muchachos, se fatigan, | los jóvenes tropiezan y vacilan;
31 pero los que esperan en el Señor | renuevan sus fuerzas, | echan alas como las águilas, | corren y no se fatigan, | caminan y no se cansan.

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Introducción a Isaías

ISAÍAS

El libro de Isaías es uno de los más citados en el Nuevo Testamento, y, exceptuados los Salmos, es el texto del Antiguo Testamento más usado en la liturgia católica. La presencia de más de una copia entre los manuscritos encontrados en el lugar de Qumrán demuestra igualmente que ocupaba un lugar de primer orden en el judaísmo de tiempos de Jesús. Se presenta dividido en tres grandes secciones, designadas frecuentemente como libros del Primer Isaías (caps. Isa 1:1-31; Isa 2:1-22; Isa 3:1-26; Isa 4:1-6; Isa 5:1-30; Isa 6:1-13; Isa 7:1-25; Isa 8:1-22; Isa 9:1-21; Isa 10:1-34; Isa 11:1-16; Isa 12:1-6; Isa 13:1-22; Isa 14:1-32; Isa 15:1-9; Isa 16:1-14; Isa 17:1-14; Isa 18:1-7; Isa 19:1-25; Isa 20:1-6; Isa 21:1-17; Isa 22:1-25; Isa 23:1-18; Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13; Isa 28:1-29; Isa 29:1-24; Isa 30:1-33; Isa 31:1-9; Isa 32:1-20; Isa 33:1-24; Isa 34:1-17; Isa 35:1-10; Isa 36:1-22; Isa 37:1-38; Isa 38:1-22; Isa 39:1-8), del Segundo Isaías (caps. Isa 40:1-31; Isa 41:1-29; Isa 42:1-25; Isa 43:1-28; Isa 44:1-28; Isa 45:1-25; Isa 46:1-13; Isa 47:1-15; Isa 48:1-22; Isa 49:1-26; Isa 50:1-11; Isa 51:1-23; Isa 52:1-15; Isa 53:1-12; Isa 54:1-17; Isa 55:1-13) y del Tercer Isaías (caps. Isa 56:1-12; Isa 57:1-21; Isa 58:1-14; Isa 59:1-21; Isa 60:1-22; Isa 61:1-11; Isa 62:1-12; Isa 63:1-19; Isa 64:1-12; Isa 65:1-25; Isa 66:1-24). Cada una de estas partes, en particular la primera, no son en sí mismas homogéneas y no se puede afirmar que provengan todas ellas de la misma mano. En todo caso, la parte correspondiente al Primer Isaías (también llamado Protoisaías) contiene los textos atribuidos al gran profeta Isaías que desarrolló su actividad en el siglo viii a.C. en Jerusalén; aunque hay excepciones, como el llamado «Apocalipsis de Isaías» (caps. Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13), que es posexílico. Los capítulos atribuidos al Segundo Isaías (o Deuteroisaías) ofrecen, en cambio, un texto fuertemente homogéneo, compuesto tal vez en un breve período de tiempo por un mismo autor durante el exilio. Finalmente Los textos que se subsumen bajo el nombre de Tercer Isaías (o Tritoisaías) tienen rasgos que permiten situarlos en circunstancias diversas o atribuirlos a diferentes autores.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Isaías 40,1-11*40:1-11 Comienza aquí el Segundo Isaías, también llamado libro de la Consolación: a lo largo del mismo se constata que el Señor, que invita a consolar a su pueblo (Isa 40:1), es el único que lo puede consolar (Isa 51:12; Isa 51:19), y lo ha consolado ya (Isa 49:13; Isa 51:3; Isa 52:9).


Isaías 40,12-17*40:12-17 Ante un pueblo escandalizado por la debilidad de su Dios, que ha debido soportar la destrucción del templo y su propio exilio, el profeta procura demostrar que solo el Señor es Dios y que cuanto ha ocurrido tiene un sentido oculto.