1 Ruina de Israel y Siria. Invasión de los asirios. Confianza en Dios. Y díjome el Señor: «Tómate un corte de cuero, grande (a) , y escribe en él con estilo de hombre (b) del: «prontamente reparto hacer de botín; pues ya está (c) », |
2 y testigos hazme fieles hombres: a Urías y Zacarías, hijo de Baraquías». |
3 Y me acerqué a la profetisa y en su vientre concibió y parió hijo. Y díjome el Señor: «Llama su nombre: Presto —despoja, velozmente depreda; |
4 por esto: porque, antes de saber el párvulo llamar padre o madre, quitará (d) la fuerza de Damasco, y el botín de Samaria delante del rey de asirios». |
5 Y prosiguió el Señor hablándome todavía: |
6 «Por no querer este pueblo el agua de Siloé que va con sosiego, sino quiere tener a Rasín y al hijo de Romelías, por rey sobre vosotros; |
7 por esto he aquí el Señor sube sobre vosotros el agua del río (e) la fuerte y la mucha: al rey de los asirios, y la gloria de él; y ascenderá sobre toda hondonada vuestra; y caminará sobre todo muro vuestro; |
8 y quitará de la Judea hombre que pueda cabeza alzar, o potente a consumar algo; y será el campamento de él para llenar la anchura de tu región. Con nosotros Dios: |
9 Conoced, gente y sucumbid; escuchad hasta el extremo de la tierra: envalentonados, sucumbid; pues, si de nuevo os envalentonareis, de nuevo sucumbiréis. |
10 Y el acuerdo que acordareis, disipará el Señor; y la palabra que hablareis, no permanecerá, no, en vosotros, que con nosotros Dios. |
11 Así dice el Señor: Por la fuerte mano se apartan de la andanza del camino de este pueblo (f) diciendo: |
12 No sea que digan lo duro; pues todo lo que dijere este pueblo (g) duro es. Pero el temor de él no temáis, no; y no os turbéis, no; |
13 al Señor, a él santificad (h) ; y él será tu temor; |
14 y, si en él estuviereis confiado, te será en santificación; y no como de piedra tropiezo, os encontraréis con él, ni como con de peña ruina. Pero las casas de Jacob (i) , en lazo, y los en hondonada asentados en Jerusalén; |
15 por esto flaquearán en ellos muchos, y caerán y serán quebrantados; y se acercarán y serán prendidos hombres en seguridad. |
16 Entonces manifiestos serán los que son sellados, para la ley no aprender. |
17 Y dirá (j) : «Aguardaré a Dios, al que ha apartado su rostro de la casa de Jacob, y confiado estaré en él». |
18 He aquí yo y los pequeñuelos que me ha dado Dios. Y habrá señales y portentos en la casa de Israel, de parte del Señor de ejércitos; que habita en el monte Sión. |
19 Y si os dijeren: «Buscad a los ventrílocuos, y a los que, de la tierra, vocean, los vaniparlantes, los que, del vientre vocean— ¿acaso la gente a su dios no preguntará?». —¿Qué preguntarán, acerca de los vivos, a los muertos? |
20 Pues ley en auxilio ha dado, para que digan: «No como esta palabra, por la cual no hay dádivas (k) que dar —por ella—». |
21 Y vendrá sobre vos dura hambre; y será: cuando hambreareis, os contristaréis y maldeciréis al príncipe y lo patrio; y mirarán al cielo arriba; |
22 y a la tierra abajo remirarán; y he aquí indigencia estrecha y tinieblas; tribulación y angustia y tinieblas, hasta no verse; —y no desfallecerá, el que en tribulación estuviere hasta tiempo.
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