Jeremías  1 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 19 versitos |
1 Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes de Anatot, en territorio de Benjamín.
2 Vino la palabra del Señor sobre él en tiempos de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, el año decimotercero de su reinado,
3 y después en tiempo de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá, hasta el final del año undécimo de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá; hasta la deportación de Jerusalén en el quinto mes.
4 El Señor me dirigió la palabra:
5 —Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones.
6 Yo repuse: —¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que solo soy un niño.
7 El Señor me contestó: —No digas que eres un niño, pues irás adonde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene.
8 No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte —oráculo del Señor—.
9 El Señor extendió la mano, tocó mi boca y me dijo: —Voy a poner mis palabras en tu boca.
10 Desde hoy te doy poder sobre pueblos y reinos para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar ° .
11 El Señor volvió a dirigirme la palabra: —¿Qué ves, Jeremías? Respondí: —Veo una rama de almendro.
12 El Señor me dijo: —Bien visto, porque yo velo para cumplir mi palabra.
13 El Señor me dirigió nuevamente la palabra: —¿Qué ves? Respondí: —Veo una olla hirviendo que se derrama por la parte del norte.
14 Añadió el Señor: —Desde el norte se derramará la desgracia sobre todos los habitantes del país.
15 Voy a convocar a todas las tribus del norte —oráculo del Señor—. Vendrán y pondrá cada una su trono junto a las puertas de Jerusalén, en torno a sus murallas y a la vista de todas las ciudades de Judá.
16 Entablaré pleito con ellas por todas sus maldades: porque me abandonaron, quemaron incienso a otros dioses y se postraron ante los ídolos que fabricaron sus manos.
17 Pero tú cíñete los lomos: | prepárate para decirles todo lo que yo te mande. | No les tengas miedo, | o seré yo quien te intimide.
18 Desde ahora te convierto en plaza fuerte, | en columna de hierro y muralla de bronce, | frente a todo el país: | frente a los reyes y príncipes de Judá, | frente a los sacerdotes y a la pueblo de la tierra.
19 Lucharán contra ti, pero no te podrán, | porque yo estoy contigo para librarte | —oráculo del Señor—.

Patrocinio

 
 

Introducción a Jeremías 

JEREMÍAS

En el conjunto de los libros proféticos, el de Jeremías se caracteriza, entre otras cosas, por incorporar gran cantidad de material narrativo. Llama también la atención el aparente desorden del material que compone el libro, pues no sigue una línea cronológica clara, aunque existe una cierta continuidad por los relatos biográficos que se ocupan de la vida del profeta a partir del año 608 a.C. En este contexto, todo el libro se mueve pendularmente (y paradójicamente) entre dos extremos: la irremediable destrucción, ya decretada, y la posibilidad de recuperación a partir de la conversión; los oráculos de aniquilamiento sin posibilidad de recurso, y las profecías de restauración. Anunciará con firmeza el establecimiento de una nueva alianza (Jer 31:31 ss) entre Dios y su pueblo, que se hará realidad siglos más tarde en la persona de Jesús, el Hijo de Dios.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

Patrocinio

Notas

Jeremías  1,10*1:10 La misión del profeta tiene un doble cometido: acabar con lo que no tiene posibilidad de recuperación y sembrar esperanza en la reconstrucción futura.