Jeremías  33 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 26 versitos |
1 Por segunda vez le fue dirigida a Jeremías la palabra de Yahvéh, mientras él se hallaba recluido en el patio de la guardia, en estos términos:
2 Así dice Yahvéh que lo hace todo, Yahvéh que lo forma y lo consolida - Yahvéh es su nombre -:
3 Llámame y te responderé; te anunciaré cosas grandes e inaccesibles que tú no conoces.
4 Porque así dice Yahvéh, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y acerca de las casas de los reyes de Judá que han sido demolidas para hacer terraplenes de asedio y para fines bélicos
5 - se preparan para combatir contra los caldeos -, y para que queden llenas con los cadáveres de los hombres que maté a causa de mi ira y de mi furor, puesto que había ocultado mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad:
6 Mirad que voy a traerles la salud y la curación; voy a sanarlos y a descubrirles la riqueza de. la paz y de la seguridad.
7 Voy a cambiar la suerte de Judá y la suerte de Israel, y a restablecerlos como al principio.
8 Voy a purificarlos de toda la iniquidad con que pecaron contra mí; voy a perdonarles todas las iniquidades con que pecaron contra mí y con las cuales se rebelaron contra mí.
9 Y esto será para mí renombre, gozo, alabanza y gloria en todas las naciones de la tierra que oigan el bien que voy a hacerles, y así teman y tiemblen ante todo el bien y ante toda la paz que voy a procurarles.
10 Así dice Yahvéh: En este lugar, acerca del cual vosotros decís: Es una ruina, sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están desoladas, sin hombres, sin habitantes y sin animales, se volverá a oír
11 el grito de gozo y el grito de alegría, el canto del esposo y el canto de la esposa, el canto de los que dicen: ¡Alabad a Yahvéh Sebaot, porque Yahvéh es bueno, porque su misericordia es eterna!, cuando traigan el sacrificio de alabanza al templo de Yahvéh, porque voy a restablecer la situación del país como era al principio - dice Yahvéh -.
12 Así dice Yahvéh Sebaot: En este lugar, que es una ruina, sin hombres y hasta sin animales, y en todas sus ciudades volverá a haber un aprisco para los pastores que echan a sestear el rebaño.
13 Por las ciudades de la montaña, por las ciudades de la llanura, por las ciudades del Négueb, por el territorio de Benjamín, por los alrededores de Jerusalén y por las ciudades de Judá volverán a pasar las ovejas ante las manos de quien las cuenta - dice Yahvéh -.
14 Mirad que vienen días- oráculo de Yahvéh -, en que cumpliré la prometedora palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá.
15 En aquellos días y en aquel tiempo haré germinar para David un germen justo que practicará el derecho y la justicia en el país.
16 En aquellos días se salvará Judá, y Jerusalén morará segura. Y éste es el nombre con que se la llamará: Yahvéh, nuestra justicia.
17 Pues así dice Yahvéh: No faltará a David uno que se siente en el trono de la casa de Israel.
18 A los sacerdotes levitas no les faltará quien ante mí ofrezca el holocausto, queme la oblación y haga el sacrificio todos los días.
19 La palabra de Yahvéh le fue dirigida a Jeremías en estos términos:
20 Así dice Yahvéh: Si pudierais romper mi alianza con el día y mi alianza con la noche, de modo que no hubiera día ni noche a su debido tiempo,
21 entonces podría romperse mi alianza con mi siervo David, de modo que no tuviera un hijo que remara sobre su trono, y con los sacerdotes levitas que me sirven.
22 Como no puede contarse el ejército del cielo ni medirse la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David, y a los levitas que me sirven.
23 La palabra de Yahvéh le fue dirigida a Jeremías en estos términos:
24 ¿No ves lo que dice este pueblo: Las dos familias que Yahvéh había escogido, las ha rechazado, y cómo desprecian a mi pueblo, de modo que para ellos ya no es una nación?
25 Pues así dice Yahvéh: Tan cierto como es que existe mi pacto con el día y con la noche, y que he establecido las leyes del cielo y de la tierra,
26 tanto más cierto es que no rechazaré la descendencia de Jacob y de mi siervo David dejando de tomar de su descendencia gobernantes para la estirpe de Abraham, de Isaac y de Jacob; pues voy a cambiar su suerte y tendré compasión de ellos.

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Introducción a Jeremías 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas