Ezequiel  24 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 27 versitos |
1 Vino de nuevo a mí palabra de Yahweh en el noveno año, al décimo día del décimo mes, diciendo:
2 Hijo de hombre, escribe para ti el nombre de este día, porque este mismo día el rey de Babilonia se ha abalanzado en contra de Jerusalén.
3 Presenta una alegoría a la casa rebelde, diciéndoles:
“Así dice el Señor de señores: ‘Toma una olla y vierte agua en ella;
4 echa en ella trozos de carne buenos y gruesos, la espaldilla deshuesada, de las mejores ovejas del rebaño;
5 luego enciende fuego con los huesos debajo de la olla, y quémalos debajo de ella’.
6 “Porque así dice el Señor de señores: ‘¡Ay de la ciudad derramadora de sangre, en la cual está colocada la olla, y cuya iniquidad no ha salido de ella! Córtala pedazo a pedazo, sin que caiga porción sobre ella.
7 ‘Porque su sangre está en medio de ella, y la puso sobre una roca; no la derramó en el suelo para que el polvo no la cubriera.
8 ‘Para que subiera la indignación a fin de tomar venganza, yo puse su sangre sobre una roca desnuda, para que no sea cubierta’.
9 “Por tanto, así dice el Señor de señores: ‘¡Ay de la ciudad derramadora de sangre! Engrandeceré al extranjero y multiplicaré los leños.
10 ‘Yo encenderé el fuego para que la carne se cueza y hierva bien, y los huesos se carbonicen.
11 ‘Luego la pondré a hervir sobre las brasas, para que se caliente, se funda su bronce, se consuma en medio de ella su inmundicia y se complete su castigo.
12 ‘Como higos podridos, su mucha iniquidad no saldrá de ella, pero en el fuego será su castigo.
13 ‘Por cuanto te has contaminado en la prostitución y puesto que quise limpiarte, pero no permitiste que te limpiara de tu inmundicia, ya no serás purificada hasta que yo desahogue mi ira sobre ti.
14 ‘Yo Yahweh he hablado. Yo lo traeré y yo lo llevaré a cabo, y no tendré piedad, ni compasión, ni misericordia. Te juzgaré de acuerdo a tus caminos y de acuerdo a tus obras’ —declara el Señor de señores”.
15 Vino, pues, a mí palabra de Yahweh, diciendo:
16 Oh hijo de hombre: He aquí que yo te quitaré con una herida repentina el deleite de tus ojos. Pero tú no te lamentarás, ni harás duelo, ni derramarás lágrimas;
17 antes bien sufre tormento por la sangre derramada de los muertos, pero no hagas lamentación; ponte tu manto, pon las sandalias en tus pies y no te cubras los labios ni comas pan de hijos de hombres.
18 Entonces hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde falleció mi esposa; y a la mañana siguiente hice como se me ordenó.
19 Y el pueblo me dijo: ¿No nos harás saber qué es esto que estás haciendo?
20 Y yo les respondí: Es palabra de Yahweh que vino a mí, diciendo:
21 “Di a la casa de Israel: ‘Así dice el Señor de señores: “He aquí que yo mismo profanaré mi santuario, el orgullo de su poder, el deleite de sus ojos y la propiciación de sus almas. Sus hijos y sus hijas a quienes ustedes abandonaron, caerán a espada.
22 “Ustedes, pues, harán como yo hice: no se cubrirán los labios ni comerán pan de hijos de hombres.
23 “No se cortarán el cabello y sus sandalias estarán en sus pies. No harán duelo ni se lamentarán, sino que serán consumidos por su iniquidad y se consolarán unos a otros.
24 “Ezequiel, pues, les servirá de señal, harán tal como él hizo; entonces sabrán que yo soy el Señor de señores”’.
25 “En cuanto a ti, oh hijo de hombre, el día que yo los despoje de la fuerza del gozo de su orgullo, del deleite de sus ojos, de la propiciación por sus almas, de sus hijos y de sus hijas,
26 en aquel día vendrá a ti uno que haya escapado para proclamar a tus oídos.
27 “En aquel mismo día, el que había escapado abrirá tu boca, y tú hablarás y ya no estarás mudo, y les servirás de señal; entonces sabrán que yo soy Yahweh”.

Patrocinio

 
 

Introducción a Ezequiel 

Fuente:

Patrocinio