Ezequiel  8 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 18 versitos |
1 Y sucedió en el año sexto, el quinto día del mes sexto, mientras yo estaba sentado en mi casa y los ancianos de Judá sentados frente a mí, que la mano del Señor de señores se posó sobre mí allí.
2 Entonces miré, y he aquí, una figura con apariencia de fuego; de la apariencia de sus lomos hacia abajo había fuego, y desde sus lomos hacia arriba miré como la apariencia de un resplandor, y como la apariencia de Dios.
3 Y extendió algo parecido a una mano, y me tomó de los cabellos; entonces el Espíritu me levantó entre la tierra y el cielo y me llevó en visión de Dios hacia Jerusalén, hacia la entrada de la puerta de la esquina que mira hacia el norte, y ahí estaba el pilar ritual de los celos.
4 Y he aquí que la gloria del Dios de Israel estaba allí, como la visión que había tenido en la llanura.
5 Y me dijo: Hijo de hombre, alza tus ojos hacia el camino del norte. Entonces alcé mis ojos hacia el camino del norte, y he aquí que al norte de la puerta oriental estaba el pilar ritual de los celos, a la entrada.
6 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen, las grandes inmundicias que la casa de Israel comete, porque se han alejado de mi santuario? Vuélvete de nuevo y mirarás las grandes inmundicias que cometen.
7 Entonces me hizo entrar por la puerta del atrio, y miré un agujero en la pared,
8 luego me dijo: Cava en la pared, hijo de hombre. Y cavé en la pared y encontré una puerta.
9 Entonces me dijo: Entra y mira las inmundicias y maldades que ellos hacen aquí.
10 Entré, pues, y vi todo tipo de reptiles, de animales y de inmundicias, y todos los ídolos de la casa de Israel que estaban dibujados en la pared alrededor.
11 Y estaban setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, y en medio de ellos estaba Jazanía, hijo de Safán, y ellos estaban frente a él, cada uno con su incensario en su mano; y el aroma del humo del incienso subía.
12 Luego me dijo: Hijo de hombre, ¿ves lo que los ancianos de la casa de Israel hacen en la oscuridad, cada uno en su cámara secreta?, porque dicen: “Yahweh no nos mirará, pues Yahweh ha abandonado la tierra”.
13 Y me dijo: Vuélvete de nuevo y mirarás las grandes inmundicias que hacen.
14 Entonces me condujo a la entrada de la puerta de la casa de Yahweh que se encuentra hacia el norte, y miré allí mujeres sentadas llorando por Tamuz.
15 Y Él me dijo: ¿Ves esto, hijo de hombre? Vuélvete de nuevo y mirarás inmundicias mayores que éstas.
16 Y me llevó al atrio interior de la casa de Yahweh, y miré en la puerta del templo de Yahweh, entre el pórtico y el altar, como veinticinco varones que estaban de espaldas al templo de Yahweh con sus rostros de frente hacia el oriente, y se postraban ante el sol.
17 Luego Él me dijo: ¿Ves esto, hijo de hombre? ¿Acaso es poca cosa para la casa de Judá la inmundicia que cometen aquí?, pues han colmado la tierra de iniquidad y volvieron a provocarme a ira, y ellos han resoplado.
18 También yo procederé con furor; mi ojo no tendrá piedad ni tendré misericordia; entonces gritarán a mis oídos en voz alta, pero yo no los escucharé.

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Introducción a Ezequiel 

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