Daniel  10 Septuaginta en Español (Jünemann, 1992) | 21 versitos |
1
Visión de Daniel: Arcángeles auxiliándose a sí, contra demonios.
En el año el primero de Ciro, el rey de persas, decreto fue revelado a Daniel; que era sobrenombrado con el nombre de Baltasar; y verdadera, la visión y el decreto; y la muchedumbre la fuerte verá (a) ; y lo vi en visión.
2 En aquellos días, yo, Daniel, estuve lloroso tres semanas;
3 pan de regalo no comí; y carne y vino no entró en mi boca; con óleo no me ungí, hasta que terminé las tres semanas de días.
4 Y aconteció: el día el cuarto y vigésimo del mes el primero, yo estaba sobre el labio del río, el grande; que es el Tigris.
5 Y levanté mis ojos, y vi, y he aquí un hombre vestido de vestes bísinas y el lomo ceñido de biso, y de en medio de él, luz;
6 y su boca, como de mar; y su semblante, como vista de relámpago; y sus ojos, como lámparas de fuego; y sus brazos y pies, como bronce fulgurante; y voz de su habla, como voz de tumulto.
7 Y vi yo, Daniel, esta visión, la grande; y los hombres que estaban conmigo no vieron esta visión; y temor vehemente cayó sobre ellos, y huyeron en apresuramiento.
8 Y yo quedé solo y vi esta visión, la grande; no quedó en mí fuerza; y he aquí un espíritu se volvió sobre mí, en perdición (b) ; y no me recobré.
9 Y no vi (c) la voz de su habla; yo estaba caído sobre mi rostro, sobre la tierra.
10 Y he aquí una mano se llegó a mí, y me levantó sobre las rodillas, sobre las plantas de mis pies.
11 Y me dijo: «Daniel, hombre compasivo eres; atiende a los mandatos que yo hablo a ti, y está en tu lugar; pues acabo de ser enviado a ti.» Y al hablar él conmigo este mandato, me estuve temblando.
12 Y me dijo: «No temas, Daniel; pues, desde el día, el primero, que diste tu rostro a entender y humillarte delante del Señor, tu Dios, ha sido escuchada tu palabra; y yo he venido a tu palabra.»
13 «Y el estratego del rey de los persas (d) opúsose delante de mí veintiún días; y he aquí Miguel, uno de los príncipes, los primeros, acudió a ayudarme, y a él allí dejé, con el príncipe del rey de los persas».
14 Y dijo: «He venido a manifestarte qué ocurrirá a tu pueblo el postrero de los días; pues aún tiempo para días.» (e) .
15 Y, al hablar él conmigo estos mandatos, di mi rostro sobre la tierra, y enmudecí.
16 Y he aquí una como semejanza de mano de hombre tocó mis labios, y hablé y dije al que estaba en frente de mí: «Señor (y una como visión volvióse sobre mi costado y no quedó en mí fuerza)
17 y ¿cómo podrá el niño hablar con su señor? Y yo he desmayado, y no hay en mí fuerza y aliento no ha quedado en mí.»
18 Y prosiguió y me tocó una como visión de hombre y me confortó;
19 y díjome: «Hombre pasible (f) eres; no temas: sana; envalentónate y recóbrate.» Y, hablando él conmigo, me recobré y dije: «Hable, mi señor, pues me ha confortado.»
20 Y díjome: «¿Sabes a qué he venido a ti? Y ahora retornaré a luchar con el estratego del rey de los persas. (g) Y yo, salía, y he aquí un estratego de helenos entraba.
21 Y bien te manifestaré lo primero en escritura de verdad (h) ; —y nadie había que me ayudara en pro de éstos, sino Miguel, el ángel.


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Introducción a Daniel 

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Fuente: Jünemann (1992)

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Notas

Daniel  10,1
1 a. La milicia celeste vio el misterio. H.: «...la visión; y fuerza grande e inteligencia le fue dada en visión.»



Daniel  10,8
8 b. H.: «Y mi gloria se tornó en corrupción.» V.: «Y el color de mi rostro se demudó hasta desfiguración.»



Daniel  10,9
9 c. Entendí.



Daniel  10,13
13 d. Lo mismo dice el H. —No hay razón para entender, por «jefe de milicia», al ángel custodio del reino.



Daniel  10,14
14 e. Muchos días: falta mucho tiempo aún.



Daniel  10,19
19 f. Tierno, compasivo.



Daniel  10,20
20 g. «Estrategos» son los jefes de las milicias demoníacas enemigas de Israel; mientras los «príncipes» de las milicias angélicas le defienden.



Daniel  10,21
21 h. Lo primero, divinamente determinado; como si escrito en libro de verdad eterna.