Amos  5 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 27 versitos |
1 Escuchad esta palabra que digo contra vosotros; es una lamentación, casa de Israel.
2 Cayó, no volverá a levantarse la doncella de Israel. Yace en tierra, abandonada, sin que nadie la levante.
3 Porque así dice el Señor Yahvéh a la casa de Israel: La ciudad que sacó mil guerreros quedará con cien, y la que sacó cien quedará con diez.
4 Pues así dice Yahvéh a la casa de Israel: Buscadme y viviréis.
5 Pero no busquéis a Betel, ni vayáis a Guilgal, ni paséis a BerSeba, porque Guilgal será deportada y Betel reducida a la nada.
6 Buscad a Yahvéh y viviréis, no sea que él invada, como el fuego, la casa de José, y devore, sin que haya quien lo apague, la casa de Israel.
7 El es quien hizo las Pléyades y Orión, quien cambia las tinieblas en aurora, quien hace del día noche oscura, quien llama a las aguas del mar y las derrama sobre la superficie de la tierra. Yahvéh es su nombre.
8 El desencadena la ruina sobre la fortaleza, él trae la destrucción sobre la ciudadela.
9 ¡Ay de los que cambian en amargura el derecho y echan por tierra la justicia,
10 odian en la puerta el censor y detestan al que habla con rectitud!
11 Pues bien, ya que aplastáis al indigente y tomáis de él tributo de grano, las casas de piedra tallada que construísteis no las habitaréis, y de las viñas deliciosas que plantasteis no beberéis el vino.
12 Pues conozco vuestras muchas maldades y vuestros enormes pecados. Oprimen al justo, aceptan soborno y atropellan a los pobres en el tribunal.
13 Por eso, el prudente se calla en esta hora, porque es hora de infortunio.
14 Buscad el bien, no el mal, y viviréis; y así sucederá que Yahvéh, Dios Sebaot, estará con vosotros, como decís.
15 Odiad el mal y amad el bien, restableced la justicia en el tribunal. Quizá se compadezca Yahvéh, el Dios Sebaot, del resto de José.
16 Por eso así dice Yahvéh, el Dios Sebaot, el Señor: En todas las plazas habrá lamentación, y en todas las calles se dirá: ¡Ay, ay! Llamarán al duelo el. gañán, y a la lamentación los que saben plañir.
17 En todas las viñas habrá lamentaciones, porque por medio de ti pasaré yo- dice Yahvéh -.
18 ¡Ay de los que desean el día de Yahvéh! ¿Qué será para vosotros el día de Yahvéh? ¡Tinieblas será, y no luz!
19 Será lo mismo que cuando un hombre huye ante un león y es atacado por un oso; o cuando entra en casa, apoya su mano en la pared y le muerde una culebra.
20 ¿No es tinieblas el día de Yahvéh, y no luz, y oscuridad sin claridad alguna?
21 Odio, desprecio vuestras fiestas, no puedo soportar vuestras asambleas.
22 Si me ofrecéis holocaustos, no me complaceré en vuestros dones ni me fijaré en el sacrificio de vuestros novillos cebados.
23 Aparta de mí el ruido de tus cánticos, no quiero oír el son de tus arpas.
24 Corra el derecho como el agua, y la justicia como torrente inagotable.
25 ¡ Sacrificios y oblaciones ya me los ofrecisteis en el desierto durante cuarenta años, oh casa de Israel!
26 Vosotros llevaréis a Sikkut, vuestro rey, y la estrella de vuestro dios Kiyyún, esos ídolos que os habéis fabricado;
27 pero yo os deportaré más allá de Damasco - dice Yahvéh, cuyo nombre es Dios Sebaot -.

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Introducción a Amos 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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