Habacuc  2 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 20 versitos |
1 Yo estaré de centinela en mi puesto, a pie firme en mi torre, estaré atento a ver lo que me dice, a ver qué responde a mi querella.
2 Yahvéh, entonces, me respondió diciendo: Escribe la visión y grábala en tablillas, para que pueda leerse de corrido.
3 Porque es una visión para un tiempo fijado, se acerca a su fin y no defraudará. Si tarda, espérala, pues vendrá sin falta y no fallará.
4 Mirad que sucumbe quien no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe.
5 Ciertamente la riqueza engaña al hombre orgulloso, incansable, que dilata sus fauces como el Seol y es insaciable como la muerte, que se apodera de todas las naciones y se adueña de todos los pueblos.
6 ¿No proferirán todos éstos contra él sátiras y dichos burlescos? Dirán: ¡Ay de quien amontona lo ajeno- ¿Hasta cuándo? - y se carga de deudas!
7 ¿No se levantarán de repente tus acreedores, y no despertarán tus exactores? Entonces serás presa de ellos.
8 Puesto que despojaste a naciones numerosas, te despojará a ti el resto de los pueblos: por los homicidios y las violencias hechos al país, a la ciudad y a cuantos la habitan.
9 ¡Ay de quien acumula para su casa ganancia de sórdidos negocios, a fin de poner su nido en la altura y esquivar el golpe del infortunio!
10 Has tramado el deshonor para tu casa: derribando a pueblos numerosos te perjudicaste a ti mismo.
11 Pues la piedra gritará desde el muro, y la viga le responderá desde el envigado.
12 ¡Ay de quien construye una villa con sangre, de quien fundamenta una ciudad con crímenes!
13 ¿No depende de Yahvéh Sebaot que los pueblos se fatiguen por el fuego, y las naciones se agoten por nada?
14 Pero la tierra se llenará del conocimiento de la gloria de Yahvéh, como las aguas cubren el mar.
15 ¡Ay de quien da a beber a su prójimo y mezcla su veneno hasta embriagarlo, para contemplar sus desnudeces!
16 Estás saturado de ignominia, no de gloria. ¡Bebe tú también y muestra tu prepucio! El cáliz de la diestra de Yahvéh se volcará sobre ti, y la ignominia sobre tu gloria.
17 La violencia hecha al Líbano te cubrirá, y el exterminio de los animales te aterrará, por los homicidios y la violencia hechos al país, a la ciudad y a cuantos la habitan.
18 ¿De qué sirve una escultura para que la esculpa su autor; una imagen fundida, un oráculo mendaz, para que en ellos confíe quien fabricó esos ídolos mudos?
19 ¡Ay de quien dice al leño: Despierta. A una piedra silenciosa: Levántate! ¿Responderán acaso? Mirad: está revestido de oro y plata, pero no hay en él señal de vida.
20 Mas Yahvéh está en su santo templo. ¡Calle ante él toda la tierra!

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Introducción a Habacuc 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas