Malaquías 3 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 18 versitos |
1 He aquí que yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. En seguida vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, el Ángel de la alianza que deseáis.
2 Mirad que ya llega- dice Yahvéh Sebaot -. -¿Quién soportará el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando él aparezca? Porque él será como fuego de fundidor, como lejía de lavandero.
3 Se sentará como fundidor y refinador de plata; purificará a los hijos de Leví y los acrisolará como al oro y la plata, y ellos serán los que ofrezcan a Yahvéh una oblación como conviene.
4 Entonces será grata a Yahvéh la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño, como en los tiempos antiguos.
5 Me llegaré a vosotros para el juicio y seré un testigo expeditivo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran en falso, contra los que avasallan al jornalero en su jornal y a la viuda y al huérfano, y contra los que oprimen al forastero, mostrando así que no me temen- dice Yahvéh Sebaot -.
6 Yo, Yahvéh, no he cambiado; pero vosotros, hijos de Jacob, no cesáis de cambiar.
7 Desde los días de vuestros padres os apartáis de mis preceptos y no los observáis. Volved a mí, y yo volveré a vosotros- dice Yahvéh Sebaot -. Vosotros preguntáis: ¿Cómo volveremos?
8 ¿Puede un hombre defraudar a Dios? Pero vosotros intentáis defraudarme, y preguntáis: ¿En qué te defraudamos? ¡En los diezmos y en las ofrendas!
9 Con maldición estáis ya malditos, pues es a mí a quien queréis defraudar todos vosotros, la nación entera.
10 Llevad todos los diezmos a la casa del tesoro, para que haya alimentos en mi casa. Luego probadme en esto- dice Yahvéh Sebaot -, a ver si no abro para vosotros las compuertas del cielo y no derramo sobre vosotros bendición sin medida.
11 Alejaré de vosotros al devorador, para que no arruine el fruto de vuestra tierra, para que no sea estéril la viña de vuestro campo- dice Yahvéh Sebaot -.
12 Entonces las naciones todas os llamarán dichosos, porque seréis un país de delicias- dice Yahvéh Sebaot -.
13 Duras contra mí son vuestras palabras- dice Yahvéh -. Y vosotros preguntáis: ¿Qué hemos murmurado contra ti?
14 Vosotros decís: Es inútil servir a Dios. ¿Qué sacamos de observar sus preceptos y de andar con vestidos de luto ante Yahvéh Sebaot?
15 Por eso llamamos dichosos a los soberbios: los que cometen la iniquidad prosperan, incluso tientan a Dios y quedan impunes.
16 Hablaron también entre sí los que temen a Yahvéh, y Yahvéh estuvo atento y oyó. Un memorial fue escrito ante él en favor de los que temen a Yahvéh y respetan su nombre.
17 Ellos serán para mí- dice Yahvéh Sebaot -propiedad particular, el día en que yo actúe. Y seré indulgente con ellos, como un hombre es indulgente con el hijo que le sirve.
18 Entonces volveréis a distinguir entre justos e impíos, entre quien sirve a Dios y quien no le sirve.

Patrocinio

 
 

Introducción a Malaquías

No hay comentario

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Patrocinio

Notas