Mateo 22,32

“Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, tus antepasados”. Por tanto, Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para Dios todos ellos están vivos.[1]

Traducción En Lenguaje Actual Con Deuterocanonicos En Orden Alejandrino (2004)

Mateo 22, 32

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