Mateo 27 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 66 versitos |
1 Llegada la mañana, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en consejo contra Jesús para entregarlo a muerte,
2 y luego de atarlo, lo trajeron y lo entregaron a Pilato el gobernador.
3 Cuando Judas, el traidor, vio que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y fue y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,
4 diciendo: Pequé al entregar sangre inocente. Pero ellos le dijeron: A nosotros qué. ¡Allá tú!
5 Y tirando el dinero en el templo, se marchó. Y fue y se ahorcó.
6 Pero los principales sacerdotes recogieron el dinero, y dijeron: No está permitido colocarlo en el tesoro del templo, porque es precio de sangre.
7 Después de consultar entre sí, compraron con él el Campo del Alfarero para sepultura de los forasteros,
8 por lo cual ese campo se llama hasta hoy Campo de Sangre.
9 Entonces se cumplió lo que fue hablado por el profeta que dijo: “TOMÉ LAS TREINTA PIEZAS DE PLATA, EL PRECIO FIJADO QUE CONVINIERON los hijos de Israel,
10 y las di por el Campo del Alfarero, como Yahweh me había ordenado”.
11 Cuando estaba Jesús ante el gobernador, éste lo interrogó, diciendo: ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le respondió: Tú lo has dicho.
12 Pero mientras lo acusaban los principales sacerdotes y los ancianos, no contestó nada.
13 Pilato entonces le preguntó: ¿No escuchas cuántas cosas testifican contra ti?
14 Pero nada le respondió, ni una palabra. Y sobre esto el gobernador estaba muy sorprendido.
15 En cada fiesta, era costumbre del gobernador poner en libertad a un preso para el pueblo, al que ellos quisieran,
16 y en ese entonces tenían un renombrado preso llamado Barrabás.
17 Así que, estando ellos reunidos, Pilato preguntó: ¿A quién prefieren que les deje libre? ¿A Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?,
18 porque Pilato se había dado cuenta de que lo habían entregado por envidia.
19 Cuando estaba el gobernador sentado en el tribunal, su esposa le mandó avisar, diciendo: No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños a causa de Él.
20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos instigaban a la multitud para que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús.
21 Entonces el gobernador les respondió, diciendo: ¿A quién de los dos prefieren que les ponga en libertad? Y ellos contestaron: A Barrabás.
22 Pilato les preguntó: Entonces, ¿qué haré con Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado!
23 Pilato les preguntó: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban todavía más, diciendo: ¡Sea crucificado!
24 Al ver Pilato que no lograba nada, sino que el tumulto iba en aumento, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, y dijo: Soy inocente de la sangre de este justo. ¡Allá ustedes!
25 Y contestó todo el pueblo, diciendo: ¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
26 Entonces les dejó en libertad a Barrabás, pero azotó a Jesús con látigos, y lo entregó para que fuera crucificado.
27 Enseguida los soldados del gobernador llevaron a Jesús hacia el Pretorio , y toda la compañía de soldados se reunió alrededor de Él,
28 y desnudándolo, lo vistieron luego con un manto escarlata.
29 Luego entretejieron una corona de espinas, y se la colocaron en la cabeza, y en su mano derecha una caña, y se arrodillaban ante Él, y escarneciéndolo, decían: ¡Salve, oh rey de los judíos!
30 Le escupían la cara, y quitándole la caña le golpeaban la cabeza,
31 y mientras se mofaban de Él, le quitaron el manto, y poniéndole sus ropas, lo llevaron para crucificarlo.
32 Al salir, encontraron a un varón de Cirene de nombre Simón, que fue obligado a cargar su cruz,
33 y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota , que traducido significa La Calavera,
34 le dieron a beber vinagre mezclado con hiel, pero después de probarlo Él se negó a beberlo,
35 y después de crucificarlo repartieron sus vestidos echando suertes,
36 y sentados, lo vigilaban allí.
37 Luego le colocaron sobre la cabeza una inscripción con la causa de su muerte: ÉSTE ES JESÚS, REY DE LOS JUDÍOS.
38 Y crucificaron junto con Él a dos ladrones: uno a su derecha y otro a su izquierda.
39 Y los que pasaban lo insultaban, y meneando la cabeza,
40 decían: Tú que derribas el templo y en tres días lo reedificas, si eres el Hijo de Dios, líbrate a ti mismo y baja de la cruz.
41 También de igual modo se mofaban los principales sacerdotes, junto con los escribas, los ancianos y los fariseos,
42 diciendo: Salvó a otros, ¿no podrá salvarse a sí mismo? Si es el Rey de Israel, que baje ahora de la cruz para que veamos y creamos en Él.
43 HA PUESTO SU CONFIANZA EN DIOS; QUE LO LIBRE AHORA SI SE HA COMPLACIDO EN ÉL, porque dijo: “Soy el Hijo de Dios”.
44 Y los ladrones que estaban crucificados junto con Él lo insultaban también de igual manera.
45 Y hubo tinieblas sobre toda la tierra desde las doce del día hasta las tres de la tarde.
46 Y cerca de las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz, diciendo: ¡EL, EL!, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?
47 Y algunos de los que estaban allí decían al escucharlo: A Elías ha llamado éste.
48 En ese momento corrió uno de ellos y tomó una esponja, y empapándola de vinagre, la colocó en una caña y le daba para que bebiera.
49 Pero los otros decían: Deja; veamos si Elías acude a librarlo.
50 Entonces Jesús, clamando de nuevo en alta voz, expiró.
51 Y al instante el velo del templo se rasgó en dos, de arriba hacia abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron,
52 y se abrieron las tumbas, y muchos cuerpos de santos que habían muerto, resucitaron
53 y salieron, y después de la resurrección de Jesús, entraron a la santa ciudad y se aparecieron a muchos.
54 Entonces el centurión y los que estaban con él vigilando a Jesús, al ver el temblor y las cosas que acontecieron, tuvieron mucho miedo, y dijeron: En verdad éste era hijo de Dios.
55 Y muchas mujeres, las que habían ido en pos de Jesús desde Galilea para servirle, se encontraban allí, observando desde cierta distancia,
56 entre quienes se hallaban Mariam de Magdala, Mariam la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
57 Al atardecer, llegó cierto varón rico de Arimatea, cuyo nombre era José, que también se había convertido en discípulo de Jesús.
58 Éste acudió a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús, y Pilato mandó que se le entregara el cuerpo.
59 Luego José, tomando el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino,
60 y colocándolo en su tumba nueva que había excavado en una roca, hizo rodar una gran piedra y la colocaron a la entrada de la tumba, y se marcharon.
61 Y Mariam de Magdala y la otra Mariam, se encontraban allí sentadas frente a la tumba.
62 Al siguiente día, que es el día después de la preparación, se reunieron ante Pilato los principales sacerdotes y los fariseos,
63 y le dijeron: Señor nuestro, recordamos que aquel impostor decía cuando aún vivía que después de tres días resucitaría.
64 Por ello, ordena que vigilen la tumba hasta el tercer día, para que no vayan a venir sus discípulos por la noche y lo roben y digan al pueblo: “Resucitó de entre los muertos”, y el último engaño resulte peor que el primero.
65 Pilato les dijo: Ahí tienen una guardia; vayan a asegurarlo como saben.
66 Y ellos fueron y aseguraron la tumba. Y aparte de poner la guardia, sellaron la piedra.

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Introducción a Mateo

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Notas

Mateo 27,948 En el texto arameo sólo aparece el título profeta sin el nombre Jeremías. La referencia que hace Mateo en esta porción es al profeta Zacarías en Zac 11:12-13;, no al libro del profeta Jeremías. Gr. Entonces se cumplió lo dicho mediante Jeremías, el profeta, diciendo: ... Aquí se pudiera explicar que el autor hizo referencia al título del primer libro de los escritos proféticos en el Talmud de Babilonia, que en este caso era el de Jeremías.


Mateo 27,2749 Residencia oficial o palacio del gobernador de una provincia, en este caso de Poncio Pilato.
Mateo 27,3350 Aram., gagulta; latín, calvarium, que se traduce calavera.
Mateo 27,4551 Lit., desde la hora sexta hasta la hora novena.
Mateo 27,4652 Lit., hora novena.
Mateo 27,4653 Existen antiquísimas referencias a Dios con este vocablo (El), común a todas las lenguas semíticas. Ver nota a Gén 12:8.
Mateo 27,5254 Lit., dormido.
Mateo 27,2a 1Ti 6:13
Mateo 27,3a Jer 8:4;b Zac 11:13; Mat 26:15
Mateo 27,5a Hch 1:18
Mateo 27,8a Hch 1:19
Mateo 27,9a Zac 11:12;b Zac 11:13
Mateo 27,18a Hch 5:17; Hch 13:45
Mateo 27,19a Gén 20:6; Gén 31:11; Núm 12:6; Job 33:15; Mat 1:20; Mat 2:12
Mateo 27,25a Jos 2:19; Hch 5:28
Mateo 27,27a Hch 23:35
Mateo 27,30a Mar 10:34
Mateo 27,33a Heb 13:12
Mateo 27,34a Sal 69:21
Mateo 27,35a Sal 22:16;b Sal 22:18
Mateo 27,39a Sal 22:7; Sal 109:25; Mar 15:29
Mateo 27,40a Mat 26:61
Mateo 27,42a Jua 1:49
Mateo 27,43a Sal 22:8
Mateo 27,46a Sal 22:1
Mateo 27,48a Sal 69:21
Mateo 27,50a Heb 5:7
Mateo 27,53a 2Ti 2:18
Mateo 27,54a Mar 15:39; Luc 23:47
Mateo 27,60a Jua 11:38