Mateo 5 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 48 versitos |
1 Y al ver las muchedumbres, subióse a la montaña; y como se hubo sentado, se le llegaron sus discípulos. *
2 Y desplegando sus labios, les enseñaba, diciendo: *
3 Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. *
4 Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. *
5 Bienaventurados los que están afligidos, porque ellos serán consolados. *
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. *
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los que hacen obra de paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los perseguidos por razón de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. *
11 Bienaventurados sois cuando os ultrajaren y persiguieren y dijeren todo mal contra vosotros por mi causa;
12 gózaos y alborozaos, pues vuestra recompensa es grande en los cielos. Que así persiguieron a los profetas que os precedieron.
13 Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se volviere sosa, ¿con qué se la salará? Para nada vale ya sino para ser tirada fuera y ser hollada de los hombres.
14 Vosotros sois la luz del mundo. No puede esconderse una ciudad puesta sobre la cima de un monte.
15 Ni encienden una lámpara y la colocan debajo del celemín, sino encima del candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.
16 Que alumbre así vuestra luz delante de los hombres, de suerte que vean vuestras obras buenas y den gloria a vuestro Padre, que está en los cielos.
17 No penséis que vine a destruir la Ley o los Profetas: no vine a destruir, sino a dar cumplimiento. *
18 Porque en verdad os digo: antes pasarán el cielo y la tierra que pase una sola jota o una tilde de la ley, sin que todo se verifique. *
19 Por tanto, quien quebrantare uno de estos mandamientos más pequeños, y así enseñare a los hombres, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; mas quien obrare y enseñare, éste será considerado grande en el reino de los cielos. *
20 Porque os certifico que, si vuestra justicia no sobrepuja a la de los escribas y fariseos, no esperéis entrar en el reino de los cielos.
21 Oísteis que se dijo a los antiguos (Ex 20:13...): No matarás; y quien matare; será sometido al juicio del tribunal.*
22 Mas yo os digo que todo el que se encolerizare con su hermano, será reo delante del tribunal: y quien dijere a su hermano «raca», será reo delante del sanhedrín; y quien le dijere «insensato», será reo de la gehena del fuego.*
23 Si, pues, estando tú presentando tu ofrenda junto al altar te acordares allí de que tu hermano tiene algo contra ti,
24 deja allí tu ofrenda delante del altar y vete primero a reconciliar con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda.
25 Sé condescendiente al concertarte con tu contrincante, presto, mientras vas con él en el camino, no sea caso que el contrincante te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te echen en la cárcel;
26 en verdad te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último ochavo.
27 Oísteis que se dijo (Ex 20:14): No cometerás adulterio.
28 Mas yo os digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla, ya en su corazón cometió adulterio con ella.
29 Que si tu ojo derecho te es ocasión de tropiezo, arráncalo y échalo lejos de ti, porque más te conviene que perezca uno solo de tus miembros y que no sea echado todo tu cuerpo en la gehena.
30 Y si tu mano derecha te sirve de tropiezo, córtala y échala lejos de ti, porque más te conviene que perezca uno solo de tus miembros y que no se vaya todo tu cuerpo a la gehena.
31 Se dijo también (Dt 24:1): El que despidiere a su mujer, déle libelo de repudio.
32 Mas yo os digo que todo el que despidiere a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace cometer adulterio; y quien se case con una repudiada comete adulterio. *
33 Asimismo oísteis que se dijo a los antiguos (Ex 20:7...): No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos.
34 Mas yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, pues es trono de Dios;
35 ni por la tierra, pues es escabel de sus pies; ni por Jerusalén, pues es la ciudad del «Gran Rey»;
36 ni jures tampoco por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello.
37 Sino sea vuestro lenguaje: «Sí» por sí, «No» por no; y lo que de esto pasa proviene del malvado. *
38 Oísteis que se dijo (Lev 24:19-20): Ojo por ojo y diente por diente.
39 Mas yo os digo que no hagáis frente al malvado; antes si uno te abofetea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
40 y al que quiere ponerte pleito y quitarte la túnica, entrégale también el manto;
41 y si uno te forzare a caminar una milla, anda con él dos;
42 y a quien te pidiere, da; y a quien quisiere tomarte dinero prestado, no le esquives.
43 Oísteis que se dijo (Lev 19:18): Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. *
44 Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen,
45 para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos; por cuanto hace salir su sol sobre malos y buenos y llueve sobre justos e injustos.
46 Porque si amareis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿Acaso no hacen eso mismo también los publícanos?
47 Y si saludareis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen eso mismo también los gentiles?
48 Seréis, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.

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Introducción a Mateo




DE LOS EVANGELIOS
EN GENERAL

NOMBRE. — Evangelio primitivamente significó albricias; luego pasó a significar la misma buena nueva. En sentido cristiano significó la Buena Nueva por antonomasia, «el mensaje de la salud» humana ( Efe_1:13 ). TRIPLE FASE DEL EVANGELIO. — La Buena Nueva de Cristo presentó tres fases sucesivas: 1) su realización histórica; 2) su anuncio o divulgación; 3) su redacción escrita; es decir: 1) el Evangelio realizado; 2) el Evangelio predicado; 3) el Evangelio escrito. EL EVANGELIO ORAL. — La predicación apostólica hubo de ser, ante todo, apologética: había de probar que Jesús de Nazaret era el Mesías e Hijo de Dios. Los que creían en Jesu-Cristo, naturalmente concebían vivos deseos de conocer sus milagros y sus discursos. Espontáneamente se harían eco de aquellas palabras del Maestro: «Dichosos vuestros ojos, que vieron, y vuestros oídos, que oyeron» ( Mat_13:16 ). Tal fue el objeto de la catequesis evangélica: suplir la visión y audición personal. Para la realización de este ideal, el hombre apropiado era Pedro. Aunque desprovisto de cultura refinada, era hombre inteligente y despierto, que había observado atentamente cuanto Jesús había dicho y hecho y lo conservaba grabado en su memoria. Dos cosas hubo de hacer Pedro: seleccionar la materia y ordenarla. En cuanto a la selección, Pedro vio que lo que Jesús había enseñado y obrado por su propia iniciativa y conforme a un plan premeditado, se contenía principalmente en su predicación galilaica; lo demás, hasta el último viaje a Jerusalén, había sido más bien ocasional. Al ministerio galilaico se atuvo, por tanto. El orden fue el que debía ser. La predicación de Galilea había sido una serie de viajes y excursiones. Con sólo seguir este orden itinerario se tenía el orden deseado, que era indirectamente orden cronológico. Esta predicación oral, iniciada en Jerusalén y dirigida a los judíos, al ser trasladada más tarde a Antioquia y a Roma, hubo de adaptarse a la mentalidad de los nuevos oyentes, griegos o latinos. De ahí las tres formas o variedades del Evangelio oral: la jerosolimitana, la antioquena, la romana. De ellas procedieron los Evangelios escritos. LOS EVANGELIO ESCRITOS. — Fueron cuatro los admitidos por la Iglesia: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. La diferente personalidad de los autores y su relación respecto del Evangelio oral determina el carácter o rasgos diferenciales de los cuatro Evangelios escritos. Para San Mateo, que era apóstol y conocía personalmente cuanto Jesús había dicho y hecho, el Evangelio oral fue simplemente una norma directiva, conforme a la cual él ordenó su propio Evangelio. Para San Marcos, simple auxiliar de Pedro, la labor redaccional se redujo a poner por escrito el Evangelio oral de Pedro. Para San Lucas es su fuente de información, la principal, sin duda, a base de la cual él ordena las múltiples y variadas informaciones que va recogiendo. Para San Juan es algo puramente extrínseco; algo que él no quiere tocar, si ya no es, raras veces, para completarlo, precisarlo o explicarlo. EL PROBLEMA SINÓPTICO. — El hecho de utilizar como fuente común el Evangelio oral establece entre los tres primeros evangelistas notables afinidades, en virtud de las cuales han sido denominados Sinópticos. Pero la distinta manera de utilizarlos da origen a diferencias no menos notables. El conjunto de estas afinidades y diferencias revela una concordia discordante o una discordia concordante, que constituye el problema sinóptico. Las soluciones dadas a este problema se reducen a tres tipos principales: la que busca la solución en la misma predicación oral, la que apela a documentos escritos interpuestos y la que combina ambos elementos de solución. La solución de un problema tan complejo parece no puede ser sencilla, y por ende se busca generalmente en la combinación de múltiples elementos. AUTENTICIDAD, INTEGRIDAD, HISTORICIDAD. — La autenticidad de los Evangelios está garantizada por una prueba documental, cual no puede presentarla a su favor, ni remotamente, ningún otro escrito de la antigüedad. La integridad substancial, exenta de notables alteraciones y especialmente de interpolaciones, la han puesto en evidencia las numerosísimas y esmeradísimas ediciones que hace más de cuatro siglos vienen haciéndose de los Evangelios: ediciones hechas con los criterios más opuestos y rígidos, todas, sin embargo, substancialmente concordes. No es menos patente su historicidad. Es tan manifiesto el tono de lealtad y sinceridad con que hablan los evangelistas, y se muestran tan bien informados en aquello que narran, que es imposible no darles entera fe. Además, la conformidad de unos con otros y la exactitud reconocida de todo cuanto ha podido comprobarse por otras fuentes, corroboran su testimonio. Y esto que todos generalmente admiten cuando se trata de hechos puramente naturales, vale igualmente cuando se trata de los milagros. LENGUA Y CRONOLOGÍA. — A excepción de San Mateo, que escribió en arameo, los demás evangelistas escribieron en griego. En cuanto al tiempo de su composición, es enteramente cierto que los tres primeros Evangelios se escribieron antes del año 63, y el cuarto, a fines del siglo I. Mayores precisiones no pasan de ser probables. Es posible que San Mateo escribiese su Evangelio hacia el año 50, San Marcos hacia el año 55, San Lucas hacia el 60, San Juan hacia los años 95-100. La versión griega de San Mateo, única que se conserva, debió de hacerse entre los años 60 y 70. COMPARACIÓN DE LOS CUATRO EVANGELISTAS. — Es interesante comparar los rasgos comunes y los diferenciales de cada evangelista. Ninguno de ellos hace literatura o escribe como literato; pero todos, si no es Marcos, hacen obra literaria, tanto más apreciable cuanto menos resabiada de retórica académica. La obra de Marcos pertenece a la literatura oral o hablada; la de los demás, a la literatura escrita. La de Marcos podría calificarse de infraliteraria; la de los otros tres, de literaria, si no se prefiere calificarla, a lo menos la de Juan, de supraliteraria. Desde el punto de vista histórico, la obra de Marcos pertenece a la historia popular; la de Mateo, a la historia erudita semítica; la de Lucas, a la historia erudita helénica; la de Juan, a la historia filosófica o trascendental. El rasgo distintivo de Marcos es la viveza fresca y espontánea; el de Mateo, la coherencia y precisión algo esquemática; el de Lucas, la delicadeza y suavidad penetrante; el de Juan, la elevación y luminosidad. Sobrepuestas las cuatro narraciones, Mateo da la línea, Marcos el colorido, Lucas los matices, Juan la luz. Marcos suministra el elemento humano, Mateo el elemento judaico, Lucas el elemento helénico, Juan el elemento divino. De ahí resulta la imagen única en la historia: la del judío, que supera el judaísmo; la del hombre, que supera la humanidad; la del Hombre-Dios, Jesús de Nazaret, el héroe y protagonista de la cuádruple narración que forma los cuatro libros del único Evangelio, el libro más hermoso que jamás se ha escrito.

EVANGELIO DE
SAN MATEO

EL AUTOR Y SU OBRA. — Además de su doble nombre de Mateo y Leví, dos datos interesan especialmente: su apostolado y su anterior oficio de publicano. De ahí el doble sello personal que imprimió a su obra. Como apóstol podía conocer el material evangélico tan bien como Pedro o poco menos. Consiguientemente, primero en su Evangelio oral y luego en su Evangelio escrito, pudo proceder con una libertad y seguridad que no tenían ni Marcos ni Lucas. Si Mateo mantuvo en sus líneas generales el plan prefijado por San Pedro, en la ejecución pudo añadirle lo que en cada caso juzgase conveniente, sacado del tesoro riquísimo de su experiencia y de su memoria. Pero además, por sus hábitos anteriores, era entre los apóstoles el hombre indicado para redactar por escrito el Evangelio oral. Mientras que los principales apóstoles, Pedro, Juan, Santiago, Andrés, habían sido hombres de redes y de anzuelos, San Mateo había sido hombre de pluma. DESTINATARIOS Y OBJETO. — Los destinatarios del primer Evangelio fueron los judíos de Palestina. En su Evangelio escrito, lo mismo que en su Evangelio oral, San Mateo se dirige a los judíos creyentes, esto es, a los que, previamente convencidos de la mesianidad de Jesús por el hecho de la resurrección, habían abrazado la fe cristiana; mas no por esto pierde de vista a los judíos incrédulos, con el fin de prevenir contra ellos y sus falacias a los creyentes. La tesis fundamental del primer Evangelio, la mesianidad y divinidad de Jesús de Nazaret, es substancialmente la misma que la de los otros evangelistas. Tres rasgos, empero, caracterizan peculiarmente a San Mateo: las frecuentes citas del A. T., la extensión y preponderancia dada a los discursos de Jesús y la mención explícita de la Iglesia y del primado de Pedro. ORDEN DEL PRIMER EVANGELIO. — San Mateo no siempre mantiene el orden cronológico. Dónde se hallan estas inversiones aparece fácilmente comparándole con San Marcos y San Lucas. Mientras en los capítulos 14-18 coincide con los paralelos de los otros dos sinópticos, en cambio en los precedentes capítulos 5-13 discrepa de ellos. En estos nueve capítulos, por tanto, hay que buscar las inversiones cronológicas. Para hacerse cargo de lo que representan estas inversiones, conviene analizar el contenido de esta parte sistemática de San Mateo. Comprende estas siete secciones:
A (5-7) Sermón del monte. B (8-9) Serie de milagros. C (10) Instrucciones misionales. D (11) Actitud reprobable de los judíos. E (12:1-21) Choque con los fariseos. F (12:22-50) Calumnias farisaicas. G (13) Parábolas del reino de los cielos. Las secciones A D F G proceden rectilíneamente; las transposiciones sólo se hallan en las secciones B C E. La más llamativa es la sección B, recopilación de hechos en gran parte ocasionales. La sección C, que debía seguir a G, es una anticipación. La sección E, que debía preceder a A, es un retraso motivado por la afinidad con F. A esto se reducen las inversiones de San Mateo: a una recopilación de hechos dispersos (B), una anticipación (C) y un ligero retraso (E). PLAN. — El primer Evangelio se divide en-tres partes desiguales: 1) la infancia; 2) la vida pública; 3) la consumación.

Dentro de la vida pública pueden distinguirse estos cinco períodos: 1) Periodo de preparación: investidura del Mesías (3-4). 2) En Galilea: el Mesías mal acogido (5-13). 3) Al N. y al E. de Galilea: la Iglesia en perspectiva (14-18). 4) Camino de Jerusalén (19-20). 5) En Jerusalén: entrada triunfal del Mesías (21-25).



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Mateo 5,1

Este vers. es como el marco en que está encuadrado el sermón de la Montaña. No es muy seguro que la MONTAÑA sea el llamado Monte de las Bienaventuranzas (Qurn Hattin): podía ser alguna de las colinas próximas a Cafarnaúm.

|| SE LE LLEGARON SUS DISCÍPULOS: antes del sermón, Jesús eligió los doce apóstoles. Los oyentes fueron no sólo los discípulos habituales, sino también otros ocasionales.


Mateo 5,2

LES ENSEÑABA: la reproducción del evangelista es sólo un compendio. Este compendio no es un esquema o sinopsis, sino una selección de las principales sentencias del Maestro, literalmente reproducidas. El tema fundamental del sermón es la justicia del reino de Dios , propuesta bajo tres aspectos diferentes. Tras un prólogo (Mat_5:3-16), que termina con el enunciado del tema (Mat_5:17-20), se declaran las tres propiedades de la justicia mesiánica: su integridad objetiva y subjetiva (Mat_5:21-48); la rectitud de intención con que debe practicarse (Mat_6:1-18); su intensidad absorbente (Mat_6:19-34). Siguen, a modo de epílogo, varios avisos más prácticos (Mat_7:1-27).


Mateo 5,3

La plenitud de esta bienaventuranza recae sobre los que son a la vez POBRES en la realidad y también EN EL ESPÍRITU. Tal fue la pobreza de Cristo.


Mateo 5,3-12

Hay que tener presente el carácter mesiánico de las bienaventuranzas, que son como un programa del reino de Dios. En cada una de ellas resaltan dos elementos: una disposición moral o situación aflictiva y una recompensa celeste. Las situaciones aflictivas no deben entenderse en sentido puramente material ni tampoco exclusivamente espiritual. La sola pobreza efectiva carece de suyo de valor moral, y la sola pobreza espiritual fácilmente es ilusoria.


Mateo 5,4

La mansedumbre evangélica rebasa la mansedumbre filosófica. Son MANSOS no sólo los que reprimen la ira, sino también los que sufren la adversidad con resignación.

|| POSEERÁN EN HERENCIA LA TIERRA: alusión a la Tierra de promisión , figura de la verdadera tierra de los vivientes.


Mateo 5,5

LOS QUE ESTÁN AFLIGIDOS o los que lloran son los que, padeciendo alguna tribulación, la sufren con paciencia.

|| CONSOLADOS: con la doble consolación de la esperanza, bálsamo de la tristeza presente y perspectiva de goces eternos.


Mateo 5,6

HAMBRE Y SED DE JUSTICIA: es el deseo ardiente de la justicia y santidad propia del reino de los cielos. Es probable que el Maestro enunciase esta bienaventuranza más espiritual en función de otra más realista, la falta de sustento corporal.

|| SERÁN SACIADOS: es frecuente en el Evangelio representar la bienaventuranza celeste bajo la imagen de un convite.


Mateo 5,10

La persecución padecida por la justicia es título que otorga a los justos injustamente perseguidos el derecho de ciudadanía en el reino mesiánico.


Mateo 5,17

No VINE A DESTRUIR…: el objeto de su venida no fue negativo (DESTRUIR), sino constructivo (DAR a las cosas su debido CUMPLIMIENTO).


Mateo 5,18

UNA JOTA O UNA TILDE: el texto griego tiene: una yota o un cuernecillo ; el original arameo tendría: una yod o un ápice . La yota era en el alfabeto griego la letra más pequeña, como lo era en el arameo la yod en tiempo de Jesu-Cristo. El cuernecillo o ápice son aquellos trazos menudos que distinguen dos letras parecidas.


Mateo 5,19

ESTOS MANDAMIENTOS MÁS PEQUEÑOS: son los perfiles de la justicia, expresados antes bajo la imagen de una yota o una tilde: las filigranas morales,


Mateo 5,21

A LOS ANTIGUOS: a los israelitas en el Sinal.

|| TRIBUNAL: es el tribunal local, que constaba de veintitrés jueces.


Mateo 5,22

MAS YO OS DIGO: se declara Jesús legislador, no como Moisés, mero transmisor de disposiciones ajenas, sino como autor soberano de la ley.

|| RACA es lo mismo que huero , en el sentido de cabeza huera o casquivano .

|| SANHEDRÍN: era el tribunal supremo, al cual estaban reservadas las causas más atroces.

|| INSENSATO: traducción del hebreo nabal , que significa, además del trastorno mental, la depravación del sentido moral y la impiedad.

|| GEHENA (= Ghe-Hinnom): así se llamaba el valle que corre al S. de Jerusalén, que, por el recuerdo de los sacrificios humanos ofrecidos allí al ídolo de Moloc, se convirtió en lugar execrable, al cual iban a parar todas las inmundicias. Las hogueras que para eliminar esas inmundicias allí ardían eran símbolo del fuego infernal.


Mateo 5,32

Dos cosas enseña el Maestro:
1) que no es licito al marido despedir a la mujer, fuera del caso de adulterio cometido por ella:
2) que aun entonces no queda disuelto el vínculo conyugal.


Mateo 5,37

«SÍ» POR SÍ, «NO» POR NO: para afirmar basta decir «Sí»; para negar, «No».

|| DEL MALVADO: es decir, del espíritu del mal, que es el malo por antonomasia.


Mateo 5,43-48

Este pasaje, una de las páginas más bellas del Evangelio, es una apremiante recomendación del amor a los enemigos, en que culmina el gran precepto de la caridad fraterna. Habla el Maestro de la abundancia del corazón. Divídese esta sección en dos partes.
En la primera (Mat_5:43-45), a la ley antigua se contrapone la ley nueva del amor, cuyo motivo fundamental es la imitación del Padre celestial.
En la segunda (Mat_5:46-48) se proponen dos razones complementarias, el interés y el pundonor espiritual, y termina con una invitación a la suprema perfección moral: ¡sed perfectos, como Dios es perfecto!