Marcos 13 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 37 versitos |
1 Y cuando él salía del templo, dícele uno de sus discípulos: Maestro, mira qué tales piedras y qué tales construcciones. *
2 Y Jesús le dijo: ¿Ves esas grandes construcciones? No va a quedar piedra sobre piedra que no sea derruida.
3 Y como, llegado al monte de los Olivos, se hubiera sentado frente a frente del templo, le preguntaba en particular Pedro, y con él Santiago, Juan y Andrés:
4 Dinos: ¿cuándo será eso y cuál la señal cuando todas esas cosas estén para cumplirse?
5 Jesús comenzó a decirles: Mirad que nadie os seduzca.
6 Muchos vendrán en mi, nombre diciendo: «Yo soy»; y a muchos seducirán.
7 Y cuando oyereis guerras y noticias de batallas, no os alarméis: así tiene que suceder, mas no es todavía el fin.
8 Porque se alzará raza contra raza y reino contra reino; habrá terremotos por diferentes lugares, habrá hambres; preludio de los grandes dolores serán estas cosas.
9 ¡Ojo con vosotros mismos! Os entregarán a los sanhedrines, y, llevados a las sinagogas, seréis azotados, y compareceréis ante los gobernadores y reyes por causa de mí para dar testimonio ante ellos.
10 Y primero tiene que ser predicado el Evangelio a todas las gentes.
11 Y cuando os condujeren para entregaros, no andéis preocupados pensando de antemano qué habréis de hablar; sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; que no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
12 Y entregará a la muerte el hermano al hermano y el padre al hijo, y se alzarán hijos contra padres y les darán la muerte;
13 y seréis aborrecidos de todos a causa de mi nombre; mas el que sea constante hasta el fin, éste se salvará.
14 Y cuando viereis la abominación de asolamiento (Dan 9:27; 12:11) estar donde no debía—el que lee, entienda—, entonces los que estén en la Judea huyan a los montes *
15 y el que esté en la azotea no baje ni entre a tomar algo de su casa,
16 y el que hubiere ido al campo no torne atrás para tomar su manto,
17 ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que críen en aquellos días!
18 Rogad que no sea en invierno;
19 porque serán aquellos días tal tribulación cual no la ha habido semejante desde el principio de la creación, que Dios creó, hasta ahora, ni la habrá.
20 Y si no acortara el Señor esos días, no se salvará hombre viviente; mas en atención a los elegidos, que se eligió, acortó esos días.
21 Y entonces, si alguno os dijere: «Mira, aquí está el Mesías», o «allí está», no lo creáis.
22 Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y obrarán señales y portentos en razón de seducir, si posible fuera, a los elegidos.
23 Vosotros andad alerta: de antemano os lo he dicho todo.
24 Mas en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se entenebrecerá y la luna no dará su esplendor,
25 y las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que están en los cielos se tambalearán.
26 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en las nubes con gran poderío y gloria.
27 Y entonces enviará los ángeles, y congregará los escogidos de los cuatro vientos desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 De la higuera aprended esta parábola. Cuando ya sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, conocéis que está cerca el verano:
29 así también vosotros, cuando viereis realizarse estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
30 En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todas estas cosas se hayan realizado.
31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
32 Lo que toca a aquel día y aquella hora, nadie lo sabe, ni los ángeles en el cielo ni el Hijo, sino el Padre. *
33 Estad alerta, velad, pues no sabéis cuándo es el tiempo. *
34 Es como un hombre que, emprendiendo un viaje, dejó su casa y lo puso todo en manos de sus siervos, señalando a cada cual su labor, y al portero ordenó que velase.
35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo va a venir el dueño de la casa, si a primeras horas de la noche, o a la media noche, o al canto del gallo, o a la madrugada;
36 no sea que, llegando de improviso, os halle durmiendo.
37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: velad.

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Introducción a Marcos




EVANGELIO DE
SAN MARCOS

EL AUTOR. — Juan, apellidado Marcos ( Hch_12:12 ; Hch_12:25 ; Hch_15:37 ), o simplemente Juan ( Hch_13:5 ; Hch_13:13 ), era más generalmente designado por el apellido romano de Marcos ( Hch_15:39 ; Col_4:10 ; 2Ti_4:11 ; Flm_1:24 ; 1Pe_5:13 ). Era primo de Bernabé ( Col_4:10 ). Su madre se llamaba María, a cuya casa se dirigió San Pedro al ser liberado de la cárcel ( Hch_12:12 ). Esta casa, según todas las probabilidades, era el cenáculo, donde se celebró la última cena ( Mar_14:15 ; Luc_22:12 ) y adonde se recogieron los discípulos después de la ascensión del Señor ( Hch_1:13 ; Hch_2:2 ), y fue como la sede de la primitiva iglesia de Jerusalén ( Hch_4:23 ; Hch_4:31 ; Hch_5:42 ; Hch_12:12 ).

Se cree, a lo que parece con razón, que el joven «envuelto en una sábana» ( Mar_14:51-52 ) que en Getsemaní fue asido por los satélites y «desnudo se escapó de ellos», no era otro que el mismo Marcos, único que refiere este episodio. Acompañó con' Bernabé a Pablo en su primera misión ( Hch_13:5 ); mas pronto se retiró ( Hch_13:13 ). En la segunda misión, Bernabé quería llevarle otra vez consigo; pero Pablo no lo consintió. Entonces Bernabé, «tomando a Marcos» y separándose de Pablo, «se embarcó para Chipre» ( Hch_15:37-39 ). Más tarde se le halla con Pablo durante su primera prisión romana ( Col_4:10-11 ; Flm_1:24 ), y poco después con Pedro, que le llama cariñosamente «su hijo» ( 1Pe_5:13 ). Sobre él escribía Pablo durante su segunda prisión romana a Timoteo: «A Marcos tómale y tráele contigo, pues me va a ser útil para el ministerio» ( 2Ti_4:11 ). Según la tradición, Marcos fue quien, enviado por Pedro, fundó la iglesia de Alejandría. La misma tradición le llama «intérprete de Pedro».

Su OBRA. — La labor literaria de San Marcos en la composición de su Evangelio fue mínima. Sería, sin duda, exagerado decir que el segundo Evangelio es el disco fonográfico de la catequesis evangélica de San Pedro; pero tampoco puede negarse que las actividades que principalmente puso en juego el intérprete de Pedro fueron su memoria y su pluma. Con todo, la labor de San Marcos no fue puramente mecánica ni ininteligente. El, que, además de Pedro, había oído frecuentemente a Bernabé y a Pablo y se había ejercitado también en la predicación evangélica, se allanó modesta y abnegadamente a reproducir la predicación de Pedro en su forma romana. Esta humilde fidelidad, empero, no impidió que la catequesis de Pedro se matizase aquí y allá de ciertas reminiscencias paulinas.

DESTINATARIOS Y OBJETO. — San Marcos escribió su Evangelio movido por las instancias de los fieles de Roma, en su mayoría gentiles, que vivamente se lo rogaron, deseosos de conservar por escrito la predicación oral de San Pedro. Los frecuentes latinismos, además de otros indicios, confirman este origen romano del segundo Evangelio. Dirigido principalmente a gentiles, pone de relieve, más que la mesianidad la divina filiación de Jesús. De ahí la cabida que en él se da a la narración de los milagros, y singularmente a la expulsión de los demonios.

PLAN. — Ya los antiguos advirtieron la sencillez del plan seguido por San Marcos, ajeno enteramente a aquellas ordenaciones o composiciones sistemáticas que pusieron de su parte Mateo y Lucas. El plan de Marcos es puramente itinerario y, consiguientemente, cronológico. En esta fidelidad cronológica consiste en gran parte el valor que para nosotros tiene el segundo Evangelio. Marcos, combinado con Juan, ha de ser la base de la ordenación cronológica de los Evangelios.

INTEGRIDAD. — Algunos críticos han dudado de la autenticidad del llamado final de Marcos. La diferencia de estilo de los últimos versículos (16:9-20), que ha dado pie a estas dudas, se explica perfectamente. Hasta 16:8, Marcos reproduce la predicación de Pedro con su estilo popular, vivo y dramático; desde 16:9 escribe ya por su cuenta y con su estilo propio, que no es el de Pedro. Como la predicación oral no incluía el relato de la resurrección, San Marcos quiso añadirlo, para no dejar incompleto su Evangelio.

NOTA. — El comentario y notas al segundo Evangelio son más breves. Ulteriores explicaciones podrán hallarse en el lugar paralelo de San Mateo.




Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Marcos 13,1-37

Para la inteligencia de este discurso, que ha sido denominado Apocalipsis sinóptica , hay que tener presente su doble tema y su singular estructura literaria. El doble tema es la destrucción de Jerusalén y la parusía . Lo singular de la estructura es que desarrolla los dos temas alternativamente: primero, las señales precursoras y el hecho mismo (Mar_13:5-20, Mar_13:21-27); luego, el tiempo de cada uno de los dos acontecimientos (Mar_13:28-31, Mar_13:32-37). Véanse las notas al lugar paralelo de San Mateo.


Marcos 13,14

LA ABOMINACIÓN DEL ASOLAMIENTO parece referirse a las horrendas profanaciones del templo en los últimos días de Jerusalén.

|| EL QUE LEE: es una advertencia del Maestro al que lea la profecía de Daniel Dan_9:27; Dan_12:11.


Marcos 13,32

Cristo, aun como hombre, conocía AQUEL DÍA, pero no podía revelarlo a los hombres.


Marcos 13,33-37

Todo este discurso, más que una satisfacción de la curiosidad, es una exhortación a la vigilancia.