Marcos 13 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 37 versitos |
1 ° Y cuando salía del templo le dijo uno de sus discípulos: «Maestro, mira qué piedras y qué edificaciones».
2 Jesús le respondió: «¿Ves esos grandes edificios?; pues serán destruidos, sin que quede piedra sobre piedra».
3 Y sentado en el monte de los Olivos, enfrente del templo, le preguntaron Pedro, Santiago, Juan y Andrés en privado:
4 «Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas?, ¿y cuál será el signo de que todo esto está para cumplirse?».
5 Jesús empezó a decirles: «Estad atentos para que nadie os engañe.
6 Vendrán muchos en mi nombre, diciendo: “Yo soy”, y engañarán a muchos.
7 Cuando oigáis hablar de guerras y noticias de guerra, no os alarméis. Todo esto ha de suceder, pero no es todavía el final;
8 se levantará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá terremotos en diversos lugares, habrá hambres. Todo esto será el comienzo de los dolores.
9 Mirad por vosotros mismos. Os entregarán a los tribunales, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos.
10 Es necesario que se anuncie antes el Evangelio a todos los pueblos.
11 Pero cuando os conduzcan para entregaros, no os preocupéis por lo que habréis de decir; decid lo que se os inspire en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que habléis sino el Espíritu Santo.
12 Y entregará a la muerte el hermano al hermano y el padre al hijo, y se levantarán hijos contra padres y se darán muerte;
13 y seréis odiados por todos a causa de mi nombre, pero quien persevere hasta el fin se salvará.
14 Cuando veáis la abominación de la desolación erigida donde no debe (el que lee, que entienda), entonces los que viven en Judea huyan a los montes,
15 el que esté en la azotea no baje y no entre en casa a coger nada,
16 y el que esté en el campo no vuelva a recoger su manto.
17 ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
18 Orad para que no suceda en invierno.
19 Porque aquellos días habrá una tribulación como jamás ha sucedido desde el principio de la creación, que Dios ha creado, hasta hoy, ni la volverá a haber.
20 Si el Señor no acortase aquellos días, nadie podrá salvarse. Pero en atención a los elegidos que escogió se abreviarán.
21 Y si entonces alguno os dice: “El Mesías está aquí o allí”, no le creáis.
22 Porque surgirán falsos mesías y falsos profetas, que harán signos y portentos para engañar, si fuera posible, a los elegidos.
23 Pero vosotros estad atentos, que os he prevenido.
24 En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor,
25 las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán.
26 Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria;
27 enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca;
29 pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta.
30 En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda.
31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
32 En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre.
33 Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
34 Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
35 Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer:
36 no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
37 Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!».

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Introducción a Marcos

MARCOS

El Evangelio de san Marcos se abre con las siguientes palabras: Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios (Mar 1:1). Estas contienen ya en sí mismas un avance de lo que significa evangelio (proclamación de una buena noticia) y de su contenido, que es la persona de Jesucristo Hijo de Dios. La tradición ha identificado a este Marcos con Juan Marcos, sobrino de Bernabé, que acompañó a Pablo en sus viajes apostólicos (Hch 15:37-39). La composición de la obra suele datarse en torno al año 70 d.C., cuando todavía estaba en vida la generación apostólica. Este evangelio, dentro de su carácter principalmente narrativo, contiene una profunda dimensión teológica. Ya el mismo término «evangelio» indica que el contenido del relato es una proclamación de la salvación para la humanidad. Al presentar a Jesucristo como Hijo en el título de su evangelio, San Marcos nos remite desde el comienzo al misterio de Dios como Padre de Jesucristo. En la escena de Getsemaní, Cristo se dirige a él llamándolo Abba, Padre (Mar 14:36). Dios es también nuestro Padre (Mar 11:25: vuestro Padre del cielo). Al mismo tiempo, en las proclamaciones del Padre acerca del Hijo y en la concepción del reino de Dios, descubrimos que la cristología es el centro del segundo evangelio. Por otra parte, en el conjunto del Evangelio y especialmente en algunos momentos y detalles del mismo (predicciones de la pasión, juicio ante el sanedrín y ante Pilato, cartel sobre la cruz), se descubre un acento particular en la condición sufriente del Mesías e Hijo de Dios, Jesucristo.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Marcos 13,1-37*13 El discurso sobre el final es de difícil comprensión por dos razones: primero, porque combina dos perspectivas, las tribulaciones cercanas, que afectarán a la comunidad, y la parusía final del Hijo del hombre; además porque utiliza un lenguaje y unas imágenes apocalípticas, enigmáticas por naturaleza. Hay textos de estilo semejante en los profetas (véase Isa 24:1-23; Isa 25:1-12; Isa 26:1-21; Isa 27:1-13; Dan). En todo caso, el discurso no pretende ofrecer información detallada sobre el final, sino promover actitudes de vigilancia y cautela en los oyentes (Mar 13:33-37).