Marcos 14 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 72 versitos |
1 Era la Pascua y los Ázimos de allí a dos días. Y andaban los sumos sacerdotes y los escribas buscando manera cómo prenderle con astucia para matarle.
2 Porque decían: No durante la fiesta, no sea caso que se arme tumulto del pueblo.
3 Y estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, mientras estaba a la mesa, vino una mujer llevando un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo legítimo de subido precio; quebrando el alabastro, lo derramó sobre su cabeza. *
4 Había allí algunos que, llevándolo pesadamente, decían entre sí: ¿A qué viene ese despilfarro del perfume? *
5 Porque podía este perfume haberse vendido por más de trescientos denarios y darse a los pobres. Y trinaban contra ella.
6 Mas Jesús dijo: Dejadla en paz; ¿por qué la molestáis? Buena obra es la que ha hecho conmigo.
7 Pues a los pobres siempre los tenéis con vosotros, y siempre que quisiereis les podéis hacer bien; mas a mí no siempre me tenéis.
8 Lo que tuvo en su mano, hizo: se adelantó a perfumar mi cuerpo para la sepultura.
9 En verdad os digo, dondequiera que fuere predicado el Evangelio por todo el mundo, se hablará también de lo que ésta hizo, para memoria suya.
10 Y Judas Iscariote, uno de los Doce, se fue a los sumos sacerdotes para entregárselo.
11 Ellos, como lo oyeron, se alegraron, y le prometieron darle dinero. Y andaba buscando manera como entregarle en alguna buena coyuntura.
12 Y el día primero de los Ázimos, cuando sacrificaban la Pascua, dícenle sus discípulos: ¿Adonde quieres que vayamos a prepararte lo necesario para comer la Pascua?
13 Y envía dos de sus discípulos y les dice: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; id tras él; *
14 y dondequiera que entrare, decid al amo de casa: «El Maestro dice: ¿Dónde está mi estancia, en que coma la Pascua con mis discípulos?»
15 Y él os mostrará una sala superior, grande, provista de mesas y divanes, a punto ya. Y allí preparadnos lo necesario.
16 Y salieron los discípulos y se fueron a la ciudad, y lo hallaron como él les había dicho, y prepararon la Pascua.
17 Y llegado el atardecer, viene con los Doce.
18 Y estando ellos a la mesa y comiendo, dijo Jesús: En verdad os digo que uno de vosotros, el que come conmigo, me entregará,
19 Y empezaron a entristecerse y a decirle uno por uno: ¿Por ventura soy yo? Y otro: ¿Por ventura yo?
20 Mas él les dijo: Uno de los Doce, el que moja su bocado conmigo en el plato.
21 Porque el Hijo del hombre se va, según está escrito de él; mas ¡ay de aquel hombre por cuyas manos el Hijo del hombre es entregado! Mejor le fuera a aquel hombre si no hubiera nacido.
22 Y estando con ellos comiendo, tomando un pan, y habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, y dijo: Tomad; éste es mi cuerpo. *
23 Y habiendo tomado un cáliz y dado gracias, se lo dio, y bebieron de él todos. *
24 Y les dijo: Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. *
25 En verdad os digo que no beberé ya más del fruto de la vid hasta el día aquel en que la beba nuevo en el reino de Dios.
26 Y cantados los himnos, salieron al monte de los Olivos. *
27 Y les dice Jesús: Todos os escandalizaréis, porque escrito está: «Heriré al pastor, y las ovejas se dispersarán» (Zac 13:7);
28 mas después que hubiere resucitado, iré antes que vosotros a Galilea.
29 Mas Pedro le dijo: Aun cuando todos se escandalicen, pero yo no.
30 Y le dice Jesús: En verdad te digo que tú hoy, en esta noche, antes de cantar el gallo dos veces, tres veces me negarás.
31 Mas él, con sobrada porfía, decía: Aunque me viere en trance de morir contigo, no seré yo quien te niegue. Y otro tanto decían también todos los demás.
32 Y llegan a una granja cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: Sentaos aquí mientras hago oración.
33 Y lleva consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir espanto y abatimiento;
34 y les dice: Triste sobremanera está mi alma hasta la muerte; quedad aquí y velad. *
35 Y adelantándose un poco, caía sobre la tierra, y rogaba que, a ser posible, pasase de él aquella hora,*
36 y decía: Abba, Padre, todas las cosas te son posibles: aparta de mí este cáliz; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
37 Y viene, y los halla durmiendo, y dice a Pedro: ¡Simón! ¿Duermes? ¿No pudiste velar una hora?
38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu, sí, está pronto, mas la carne es flaca.
39 Y de nuevo habiéndose retirado, se puso a orar, repitiendo las mismas palabras.
40 Y volviendo los halló otra vez durmiendo, porque estaban sus ojos cargados. Y no sabían qué responderle.
41 Y viene tercera vez y les dice: Ya por mí, dormid y descansad... Ya está: llegó la hora; he aquí que es entregado el Hijo del hombre en las manos de los pecadores. *
42 Levantaos, vamos; mirad, el que me entrega está aquí cerca.
43 Y luego, estando él hablando todavía, se presenta Judas, uno de los Doce, y con él una turba con espadas y bastones, de parte de los sumos sacerdotes y de los escribas y tic los ancianos.
44 Había dado el que le entregaba una contraseña, diciéndoles: «A quien yo besare, él es; sujetadle y llevadle bien asegurado».
45 Y así que llegó, luego acercándose dijo: Rabí. Y le dio un fuerte beso.
46 Ellos le echaron las manos y le sujetaron.
47 Un cierto sujeto de los presentes, desenvainando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja. *
48 Y tomando la palabra Jesús, les dijo: ¡Como contra un salteador habéis salido con espadas y bastones a prenderme!
49 Cada día estaba yo con vosotros en el templo enseñando, y no me prendisteis, pero tenían que cumplirse las Escrituras.
50 Y abandonándole, huyeron todos.
51 Y un cierto joven le seguía envuelto en una sábana sobre el cuerpo desnudo, y le detienen; *
52 mas él, soltando la sábana, desnudo, se escapó.
53 Y de allí conducen a Jesús al sumo sacerdote, y se juntan todos los sumos sacerdotes y los ancianos y los escribas.
54 y Pedro, desde lejos, le fue siguiendo hasta entrar dentro del atrio del sumo sacerdote, y estaba sentado entre los criados, calentándose a la lumbre.
55 y los sumos sacerdotes y todo el sanhedrín buscaban contra Jesús algún falso testimonio para poder darle muerte, y no le hallaban:
56 porque muchos testificaban en falso contra él, y los testimonios no eran acordes.
57 Y algunos, levantándose, testificaban en falso contra él, diciendo:
58 Nosotros le oímos decir: Yo derribaré este santuario, hecho por mano de hombre, y en tres días edificaré otro no hecho por manos humanas.
59 Y ni aún así era acorde su testimonio.
60 Y levantándose el sumo sacerdote y adelantándose al medio, interrogó a Jesús, diciendo: ¿No respondes | nada? ¿Qué es lo que éstos testifican contra ti?
61 Mas él se mantenía callado y no respondía nada. De nuevo el sumo sacerdote le interrogaba y le dice: ¿Tú eres el Mesías, el Hijo del Bendito? *
62 Jesús dijo: Yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo entre las nubes del cielo (Sal 109:1; Dan 7:13).
63 Y el sumo sacerdote, rasgando sus túnicas, dice: ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?
64 Oísteis la blasfemia. ¿Qué os parece? Todos ellos le condenaron, diciendo ser reo de muerte.
65 Y comenzaron algunos a escupirle, y a envolverle el rostro, y a darle puñadas, y a decirle: Profetiza; y los criados le recibieron a bofetadas. *
66 Y hallándose Pedro abajo en el atrio, viene una de las muchachas del sumo sacerdote, *
67 y como vio a Pedro calentándose, mirándole fijamente, le dice: También tú andabas con el Nazareno, ese Jesús.
68 El negó, diciendo: Ni sé ni entiendo qué es lo que tú dices. Y salió fuera al vestíbulo, y un gallo cantó.
69 Y la muchacha, en viéndole, comenzó de nuevo a decir a los presentes: Este es de ellos.
70 Y él otra vez negaba. Y de allí a poco de nuevo los presentes decían a Pedro: Verdaderamente que eres de ellos, porque eres galileo.
71 El comenzó a echar imprecaciones y a jurar: No conozco a ese hombre que decís.
72 Y al punto cantó un gallo por segunda vez. Y recordó Pedro la palabra que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, tres veces me negarás». Y rompiendo en llanto, no cesaba de llorar. *

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Introducción a Marcos




EVANGELIO DE
SAN MARCOS

EL AUTOR. — Juan, apellidado Marcos ( Hch_12:12 ; Hch_12:25 ; Hch_15:37 ), o simplemente Juan ( Hch_13:5 ; Hch_13:13 ), era más generalmente designado por el apellido romano de Marcos ( Hch_15:39 ; Col_4:10 ; 2Ti_4:11 ; Flm_1:24 ; 1Pe_5:13 ). Era primo de Bernabé ( Col_4:10 ). Su madre se llamaba María, a cuya casa se dirigió San Pedro al ser liberado de la cárcel ( Hch_12:12 ). Esta casa, según todas las probabilidades, era el cenáculo, donde se celebró la última cena ( Mar_14:15 ; Luc_22:12 ) y adonde se recogieron los discípulos después de la ascensión del Señor ( Hch_1:13 ; Hch_2:2 ), y fue como la sede de la primitiva iglesia de Jerusalén ( Hch_4:23 ; Hch_4:31 ; Hch_5:42 ; Hch_12:12 ).

Se cree, a lo que parece con razón, que el joven «envuelto en una sábana» ( Mar_14:51-52 ) que en Getsemaní fue asido por los satélites y «desnudo se escapó de ellos», no era otro que el mismo Marcos, único que refiere este episodio. Acompañó con' Bernabé a Pablo en su primera misión ( Hch_13:5 ); mas pronto se retiró ( Hch_13:13 ). En la segunda misión, Bernabé quería llevarle otra vez consigo; pero Pablo no lo consintió. Entonces Bernabé, «tomando a Marcos» y separándose de Pablo, «se embarcó para Chipre» ( Hch_15:37-39 ). Más tarde se le halla con Pablo durante su primera prisión romana ( Col_4:10-11 ; Flm_1:24 ), y poco después con Pedro, que le llama cariñosamente «su hijo» ( 1Pe_5:13 ). Sobre él escribía Pablo durante su segunda prisión romana a Timoteo: «A Marcos tómale y tráele contigo, pues me va a ser útil para el ministerio» ( 2Ti_4:11 ). Según la tradición, Marcos fue quien, enviado por Pedro, fundó la iglesia de Alejandría. La misma tradición le llama «intérprete de Pedro».

Su OBRA. — La labor literaria de San Marcos en la composición de su Evangelio fue mínima. Sería, sin duda, exagerado decir que el segundo Evangelio es el disco fonográfico de la catequesis evangélica de San Pedro; pero tampoco puede negarse que las actividades que principalmente puso en juego el intérprete de Pedro fueron su memoria y su pluma. Con todo, la labor de San Marcos no fue puramente mecánica ni ininteligente. El, que, además de Pedro, había oído frecuentemente a Bernabé y a Pablo y se había ejercitado también en la predicación evangélica, se allanó modesta y abnegadamente a reproducir la predicación de Pedro en su forma romana. Esta humilde fidelidad, empero, no impidió que la catequesis de Pedro se matizase aquí y allá de ciertas reminiscencias paulinas.

DESTINATARIOS Y OBJETO. — San Marcos escribió su Evangelio movido por las instancias de los fieles de Roma, en su mayoría gentiles, que vivamente se lo rogaron, deseosos de conservar por escrito la predicación oral de San Pedro. Los frecuentes latinismos, además de otros indicios, confirman este origen romano del segundo Evangelio. Dirigido principalmente a gentiles, pone de relieve, más que la mesianidad la divina filiación de Jesús. De ahí la cabida que en él se da a la narración de los milagros, y singularmente a la expulsión de los demonios.

PLAN. — Ya los antiguos advirtieron la sencillez del plan seguido por San Marcos, ajeno enteramente a aquellas ordenaciones o composiciones sistemáticas que pusieron de su parte Mateo y Lucas. El plan de Marcos es puramente itinerario y, consiguientemente, cronológico. En esta fidelidad cronológica consiste en gran parte el valor que para nosotros tiene el segundo Evangelio. Marcos, combinado con Juan, ha de ser la base de la ordenación cronológica de los Evangelios.

INTEGRIDAD. — Algunos críticos han dudado de la autenticidad del llamado final de Marcos. La diferencia de estilo de los últimos versículos (16:9-20), que ha dado pie a estas dudas, se explica perfectamente. Hasta 16:8, Marcos reproduce la predicación de Pedro con su estilo popular, vivo y dramático; desde 16:9 escribe ya por su cuenta y con su estilo propio, que no es el de Pedro. Como la predicación oral no incluía el relato de la resurrección, San Marcos quiso añadirlo, para no dejar incompleto su Evangelio.

NOTA. — El comentario y notas al segundo Evangelio son más breves. Ulteriores explicaciones podrán hallarse en el lugar paralelo de San Mateo.




Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Marcos 14,3

UNA MUJER: María, la hermana de Marta y de Lázaro. Es muy probable que esta mujer no sea otra que María Magdalena.


Marcos 14,3-9

Este hecho, acaecido unos días antes, se refiere en este lugar por haber dado ocasión a la traición de Judas.


Marcos 14,4

El que inició la murmuración fue Judas (Jua_12:4).


Marcos 14,13-15

Con este modo enigmático de hablar se proponía Jesús que Judas no conociese de antemano el lugar de la cena y lo denunciase a los sanhedrítas.


Marcos 14,22

ESTE ES MI CUERPO: afirmación categórica de la presencia real de Cristo en la Eucaristía y de la conversión del pan en su cuerpo. Véanse las notas a San Mateo.


Marcos 14,23

Y BEBIERON…: afirmación anticipada de lo que sólo aconteció después de pronunciadas las palabras de la consagración del cáliz.


Marcos 14,24

MI SANGRE DE LA ALIANZA: la Eucaristía no sólo es sacramento, sino también verdadero sacrificio, sustancialmente idéntico al de la cruz.


Marcos 14,26

LOS HIMNOS eran los salmos que solían cantarse al fin de la cena pascual.


Marcos 14,34

TRISTE HASTA LA MUERTE: con tristeza que me causa angustias mortales y me pone en trance de muerte.


Marcos 14,35

CAÍA SOBRE LA TIERRA: el imperfecto «caía» es sumamente expresivo. Para orar, el Señor no se arrodilló pausadamente, sino que cayó de rodillas; y una vez arrodillado, el peso de la tristeza le fue inclinando hacia la tierra, hasta que por fin quedó postrado. Se ve que. Pedro, de quien procede el relato de San Marcos, fue siguiendo atentamente todos los pasos y movimientos de Jesús, hasta que se durmió.


Marcos 14,41

El tono irónico y familiar hace sumamente difícil la versión exacta de las expresiones originales. Comienza el Señor irónicamente: YA POR MÍ, O más literalmente, «desde este momento», DORMID cuanto queráis. Pero cambiando de tono, dice seriamente: YA ESTÁ: frase familiar, con que se significa que una cosa, terminados todos los preparativos o preliminares, está ya a punto.


Marcos 14,47

CIERTO SUJETO: San Pedro, al referir este hecho en los primeros tiempos de la predicación evangélica, tenia motivos para no decir que era él el autor de la hazaña.


Marcos 14,51

UN CIERTO JOVEN: según todas las probabilidades es el mismo evangelista San Marcos, en casa de cuyo padre parece haberse celebrado la última cena del Señor.


Marcos 14,61

Por escrúpulos, los judíos evitaban el pronunciar el nombre de Dios, que sustituían con otras denominaciones equivalentes, cual era esta de EL BENDITO.


Marcos 14,65

ALGUNOS: éstos, distintos de los criados, que luego se mencionan, debieron de ser de los mismos sanhedritas.


Marcos 14,66-72

Para apreciar la culpabilidad de Pedro no hay que olvidar que, si echó imprecaciones sobre sí, contra el buen Maestro no dijo una sola palabra; sólo afirmó y juró que él no le conocía.


Marcos 14,72

ROMPIENDO EN LLANTO…: aunque perifrástica, tal parece la versión exacta de las dos palabras originales.