1 Consejos Mientras muchísimas personas rodeaban a Jesús y se atropellaban unas a otras, él les dijo a sus discípulos: «Tengan cuidado de las mentiras que enseñan los fariseos. Ellos engañan a la gente diciendo cosas que parecen verdad. |
2 Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse. |
3 Lo que ustedes digan en la oscuridad, se sabrá a plena luz del día; lo que digan en secreto, lo llegará a saber todo el mundo. |
4 A quién debemos tenerle miedo »Amigos míos, no tengan miedo de la gente que puede quitarles la vida. Más que eso no pueden hacerles. |
5 Tengan más bien temor de Dios, pues él no sólo puede quitarles la vida, sino que también puede enviarlos al infierno. A él sí deben tenerle miedo. |
6 »Cinco pajaritos apenas valen unas cuantas monedas. Sin embargo, Dios se preocupa por cada uno de ellos. |
7 Lo mismo pasa con ustedes: Dios sabe hasta cuántos cabellos tienen. Por eso, ¡no tengan miedo! Ustedes valen más que muchos pajaritos. |
8 Hablar de Jesús »Si ustedes les dicen a otros que son mis seguidores, yo, el Hijo del hombre, les diré a los ángeles de Dios que ustedes en verdad lo son. |
9 Pero si le dicen a la gente que no son mis seguidores, yo les diré a los ángeles de Dios que ustedes no lo son. |
10 »Si ustedes dicen algo contra mí, que soy el Hijo del hombre, Dios los perdonará. Pero si dicen algo malo en contra del Espíritu Santo, Dios no los perdonará. |
11 »Cuando los lleven a las sinagogas, o ante los jueces y las autoridades, para ser juzgados, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a defenderse. |
12 Porque en el momento preciso, el Espíritu Santo les dirá lo que deben decir.» |
13 El rico tonto Uno de los que estaban allí le dijo a Jesús: —Maestro, ordénale a mi hermano que me dé la parte de la herencia que me dejó nuestro padre. |
14 Jesús le respondió: —A mí no me corresponde resolver el pleito entre tu hermano y tú. |
15 Luego miró Jesús a los que estaban allí, y les dijo: «¡No vivan siempre con el deseo de tener más y más! No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz.» |
16 Y enseguida Jesús les puso este ejemplo: «Las tierras de un hombre muy rico habían dado una gran cosecha. |
17 Era tanto lo que se había recogido, que el rico no sabía dónde guardar los granos. |
18 Pero después de pensarlo dijo: “Ya sé lo que haré. Destruiré mis viejos graneros, y mandaré a construir unos mucho más grandes. Allí guardaré lo que he cosechado y todo lo que tengo. |
19 Después me diré: ¡Ya tienes suficiente para vivir muchos años! ¡Come, bebe, diviértete y disfruta de la vida lo más que puedas!” |
20 »Pero Dios le dijo: “¡Qué tonto eres! Esta misma noche vas a morir, y otros disfrutarán de todo esto que has guardado.” |
21 »Así les pasa a todos los que amontonan riquezas para sí mismos. Se creen muy ricos pero, en realidad, ante Dios son pobres.» |
22 Las preocupaciones Después Jesús les dijo a sus discípulos: «No se pasen la vida preocupados por lo que van a comer o beber, o por la ropa que van a ponerse. |
23 La vida no consiste sólo en comer, ni el cuerpo existe sólo para que lo vistan. |
24 »Miren a los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen graneros para guardar las semillas. Sin embargo, Dios les da de comer. ¡Recuerden que ustedes son más importantes que las aves! |
25 »¿Creen ustedes que por preocuparse mucho vivirán un día más? |
26 Si ni siquiera esto pueden conseguir, ¿por qué se preocupan por lo demás? |
27 »Aprendan de las flores del campo: no trabajan para hacerse sus vestidos y, sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón, con todas sus riquezas, se vistió tan bien como ellas. |
28 »Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! |
29 »No se desesperen preguntándose qué van a comer, o qué van a beber. |
30 Sólo quienes no conocen a Dios se preocupan por eso. Dios, el Padre de ustedes, sabe que todo eso lo necesitan. |
31 »Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey. Todo lo demás, él se lo dará a su debido tiempo. |
32 La riqueza verdadera »¡No tengan miedo, mi pequeño grupo de discípulos! Dios, el Padre de ustedes, quiere darles su reino. |
33 Vendan lo que tienen, y repartan ese dinero entre los pobres. Fabríquense bolsas que nunca se rompan, y guarden en el cielo lo más valioso de su vida. Allí, los ladrones no podrán robar, ni la polilla podrá destruir. |
34 Recuerden que la verdadera riqueza consiste en obedecerme de todo corazón. |
35 Los sirvientes (35-36) »Ustedes tienen que estar siempre listos. Deben ser como los sirvientes de aquel que va a una fiesta de bodas. Ellos se quedan despiertos, con las lámparas encendidas, pendientes de que su dueño llame a la puerta para abrirle de inmediato. |
37 (37-38) ¡Qué felices serán cuando llegue el dueño a la casa, en la noche, o en la madrugada! Les aseguro que el dueño hará que sus sirvientes se sienten a la mesa, y él mismo les servirá la comida. |
39 »Si el dueño de una casa supiera a qué hora se va a meter un ladrón, lo esperaría para no dejarlo entrar. |
40 Ustedes deben estar listos, porque yo, el Hijo del hombre, vendré a la hora que menos lo esperen.» |
41 Pedro entonces le preguntó: —Señor, ¿esa enseñanza es sólo para nosotros, o para todos los que están aquí? |
42 El Señor Jesús le respondió: —El sirviente responsable y atento es aquel a quien el dueño de la casa deja encargado de toda su familia, para que les sirva la comida a tiempo. |
43 ¡Qué feliz es el sirviente si su dueño lo encuentra cumpliendo sus órdenes! |
44 Les aseguro que el dueño hará que ese sirviente administre todas sus posesiones. |
45 Pero supongamos que el sirviente piensa: “Mi amo salió de viaje y tardará mucho en volver”, y entonces comienza a golpear a los otros sirvientes y sirvientas, y a comer y a beber hasta emborracharse. |
46 Cuando vuelva su amo, en el día y la hora en que menos lo espere, lo castigará como se castiga a los sirvientes que no obedecen. |
47 »El sirviente que conoce las órdenes de su dueño y no las cumple, recibirá un castigo severo. |
48 Pero el sirviente que, sin saberlo, hace algo que merece castigo, recibirá un castigo menor. Dios es bueno con ustedes, y espera que ustedes lo sean con él. Y así como él se muestra muy generoso con ustedes, también espera que ustedes le sirvan con la misma generosidad. |
49 Jesús advierte a sus discípulos »Yo he venido para encender fuego en el mundo.[1] ¡Y cómo me gustaría que ya estuviera ardiendo! |
50 Pero primero tengo que pasar por una prueba muy difícil, y sufro mucho hasta que llegue ese momento. |
51 ¿Creen ustedes que vine para establecer la paz en este mundo? ¡No! Yo no vine a eso. Vine a causar división. |
52 En una familia de cinco, tres estarán en contra de los otros dos. |
53 El padre y el hijo se pelearán, la madre y la hija harán lo mismo, y la suegra y la nuera serán enemigas. |
54 Las señales de Dios Jesús le dijo a la gente: «Cuando ustedes miran hacia el oeste, y ven una nube en el cielo, dicen: “¡Va a llover!”; y en verdad llueve. |
55 Y si ven que sopla viento desde el sur, dicen: “¡Va a hacer calor!”; y así pasa. |
56 ¿A quién tratan de engañar? A ustedes les basta mirar el aspecto del cielo y de la tierra para saber si el tiempo será bueno o malo. ¡Pero miran lo que yo hago, y no son capaces de entender que son señales de Dios! |
57 Paz con el enemigo »Elige hacer lo correcto. |
58 Si alguien te acusa de hacer algo malo en su contra, arregla el problema con esa persona antes de que te entregue al juez. De lo contrario, el juez le ordenará a un policía que te lleve a la cárcel. |
59 Te aseguro que sólo saldrás cuando hayas pagado hasta el último centavo.» |