Lucas 13 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 35 versitos |
1 Se presentaron por este mismo tiempo algunos que le refirieron el caso de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus víctimas. *
2 Y respondiendo les dijo: ¿Creéis que estos galileos, por haber padecido esta desgracia, fueron más pecadores que todos los demás galileos?
3 No, os lo aseguro; antes, si no hiciereis penitencia, todos igualmente pereceréis.
4 O aquellos dieciocho sobre quienes se desplomó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los otros habitantes de Jerusalén?
5 No, os lo aseguro; antes, si no hiciereis penitencia, todos igualmente pereceréis.
6 Y proponía esta parábola: Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Vino a buscar fruto en ella y no lo halló.
7 y dijo al viñador: Ya van tres años desde que vengo a buscar fruto en esta higuera y no lo hallo. Córtala; ¿para qué, además, ha de esterilizar la tierra?
8 El, respondiendo, le dice: Señor, déjala este año todavía, y entre tanto cavaré en torno de ella y echaré abono;
9 y si diere fruto en adelante..., que si no, la cortarás.
10 Estaba enseñando en una sinagoga un día de sábado,
11 Y he aquí una mujer que tenía un espíritu de enfermedad hacía dieciocho años, y estaba encorvada y no podía absolutamente levantar la cabeza. *
12 En viéndola Jesús, la llamó y la dijo: Mujer, estás libre de tu enfermedad.
13 Y puso sus manos sobre ella. Y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.
14 Interviniendo el arquisinagogo, enojado de que Jesús hubiera curado en sábado, decía a la turba: Hay seis días para trabajar: en éstos, pues, venid y haceos curar, pero no en día de sábado.
15 Respondióle el Señor y dijo: Hipócritas, cualquiera de vosotros en sábado, ¿no desata a su buey o su asno del pesebre y lo lleva a abrevar?
16 Y a ésta, que es hija de Abrahán, a quien ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no era razón desatarla de esta cadena en día de sábado?
17 Y diciendo él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios, y toda la muchedumbre se gozaba de todos los hechos gloriosos obrados por él.
18 Decía, pues: ¿A qué es semejante el reino de Dios? ¿Y a qué lo compararé?
19 Es semejante a un granito de mostaza, que tomándolo un hombre lo echó en su huerta, y creció y se hizo árbol grande, y las aves del cielo se cobijaron en sus ramas. *
20 Y añadía: ¿Con qué compararé el reino de Dios?
21 Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y metió en tres satos de harina, con que toda la masa fermentó.
22 Y pasaba por ciudades y aldeas enseñando y caminando hacia Jerusalén. *
23 Y le dijo uno: Señor, ¿son pocos los que se salvan? El les dijo:
24 Procurad con empeño entrar por la puerta estrecha, porque muchos, os lo aseguro, tratarán de entrar, y no lo lograrán. *
25 Una vez que el amo de casa se levante y cierre la puerta, si os quedáis afuera, por más que os pongáis a golpear la puerta, diciendo: «Señor, ábrenos», él os responderá diciendo: «No sé de dónde sois vosotros ».
26 Entonces comenzaréis a decir: «Comimos y bebimos en tu presencia y enseñaste en nuestras plazas».
27 Y os dirá: «No sé de dónde sois; apartaos de mí todos los que obráis la iniquidad» (Sal 6:9).
28 Allí será el llanto y el rechinar de los dientes, cuando viereis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y a vosotros echados afuera.
29 Y vendrán del oriente y del poniente, del septentrión y del mediodía, y serán admitidos al banquete en el reino de Dios.
30 Y mirad que hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.
31 En aquel mismo punto se le acercaron algunos fariseos, diciéndole: Retírate y marcha de aquí, porque Herodes te quiere matar.*
32 Díjoles: Id y decid a ese zorro: «Mira, lanzo demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana y al tercer día se acaba conmigo. *
33 Es menester, con todo, que hoy y mañana y el día siguiente siga yo mi camino, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén». *
34 ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata los profetas y apedrea a los que le han sido enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la clueca a su pollada debajo de las alas, y no quisisteis! *
35 He aquí que vuestra casa se os deja. Y os certifico que no me veréis ya hasta que venga el día en que digáis: «Bendito el que viene en el nombre del Señor» (Sal 117:26).

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Introducción a Lucas




EVANGELIO DE
SAN LUCAS

EL AUTOR. — Un antiquísimo prólogo a los Evangelios escribe: «Lucas, de nación siró, antioqueno, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, después siguió a Pablo». En el libro de los Hechos, sin nombrarse, habla repetidas veces de sí usando el plural «nosotros». La primera mención de este «nosotros» ocurre ya, probablemente (según el llamado texto occidental), en Hch_11:27-28 , por estas palabras: «Por aquellos días bajaron de Jerusalén unos profetas a Antioquia, y había grande alegría. Estando nosotros reunidos, levantándose uno de ellos por nombre Agabo…». Esto acontecía hacia el año 40. Y si así es, San Lucas pertenecía a la primera generación de los fieles antioquenos, amaestrados, si no conquistados, por Bernabé. En otras tres ocasiones habla de sí el autor de los Hechos: en el viaje de Tróade a Filipos, durante la segunda misión de San Pablo ( Hch_16:10-17 ); en e' viaje de Filipos a Jerusalén, al fin de la tercera misión ( Hch_20:5-15 ; Hch_21:1-18 ), y en el viaje de Cesárea a Roma ( Hch_27:1-44 ; Hch_28:1-16 ). Durante su primera prisión romana dos veces menciona San Pablo a San Lucas, llamándole su colaborador y médico querido ( Col_4:14 ; Flm_1:24 ). Y en su última prisión, en vísperas de su martirio, recuerda el Apóstol, agradecido, que «sólo Lucas está con él» ( 2Ti_4:11 ).

Su OBRA. — El evangelista médico pudo haber hecho con Bernabé o con Pablo, cuya predicación oral se proponía consignar por escrito, lo que Marcos había hecho no mucho antes con San Pedro: reproducirla simplemente. Mas su cultura helénica le inspiró otros pensamientos, humanamente más altos.

Lucas no había visto al Señor: para conocer su obra y su doctrina hubo de apelar a informaciones ajenas. Y lo hizo en grande escala. Lo que uno ignoraba o no recordaba, lo sabía o recordaba otro. La base o punto de referencia de todos estos datos recogidos era la catequesis oral de Bernabé y de Pablo, que era para Lucas la fuente principal de sus informaciones. Tal es en Lucas la manera característica de enfocar el Evangelio oral: no como obra ya hecha y acabada, sino como documento informativo o fuente de una obra más vasta.

Ya en este acopio de datos y uso de las fuentes se muestra Lucas original. Adquiere nuevo relieve esta originalidad con la composición u ordenación sistemática del material recogido, con las notas cronológicas, que conectan la vida del Salvador con la historia universal; con la sobria elegancia de su lengua y estilo, unida a la más escrupulosa fidelidad en reproducir los documentos históricos.

Otras cualidades pudieran mencionarse que caracterizan la obra de San Lucas, entre las cuales no ocupa el último lugar aquel espíritu de suavidad y delicadeza que le ha merecido el título de
Scriba mansuetudinis Christi.

DESTINATARIOS Y OBJETO. — San Lucas dedica su Evangelio al «excelentísimo Teófilo» (1:3), hombre ilustre recién convertido al cristianismo; pero en realidad se dirige a las iglesias fundadas por San Pablo, principalmente a los fieles venidos de la gentilidad, pero sin olvidar a los judíos. El fin que se propone en la redacción de su Evangelio exprésalo él mismo en el prólogo: «para que reconozcas la firmeza de las enseñanzas que recibiste» (1:4). Más generalmente, la tesis del tercer Evangelio es la universalidad de la salud por Cristo; es el tema de la Epístola de San Pablo a los Romanos: El Evangelio «es una fuerza de Dios ordenada a la salud para todo el que cree» (1:16). Si el Evangelio de San Mateo podría llamarse mesiánico; el de San Marcos, taumatúrgico; el de San Juan, teológico; el de San Lucas es el soteriológico por antonomasia.

ORDEN. — Promete San Lucas escribir su Evangelio «por su orden» (1:3). Este «orden», acorde generalmente con el de San Marcos, es, sin duda, cronológico; mas no es esto precisamente lo que él quiere expresar, sino más bien, como él mismo lo declara en el prólogo, «el trabajo de coordinar [sistemáticamente] una narración»
(1:1). Semejante ordenación lleva consigo algunas veces ciertas inversiones cronológicas. Las más características son ciertas anticipaciones en razón de concluir o redondear una materia antes de pasar a otra diferente. Ejemplo típico de este procedimiento de anticipación es la relación de la prisión de Juan Bautista (3:19-20) antes del relato del bautismo de Jesús (3:21-22), en que ya no se menciona a Juan.

LA LENGUA. — El griego usado por San Lucas es más castizo y elegante que el de los otros evangelistas. Su prólogo es un período cuadrimembre, harmónicamente construido, que recuerda el de Dioscórides a su obra médica. Pero más que por su relativa elegancia interesa la lengua de San Lucas en cuanto es sello de autenticidad y garantía de verdad y escrupulosidad histórica. Su tecnicismo médico señala como autor al «médico querido», compañero de San Pablo. Sus frecuentes términos paulinos delatan al discípulo y colaborador del grande Apóstol. Razón, pues, tiene la tradición cristiana cuando afirma que el autor del tercer Evangelio es Lucas, el médico y discípulo de San Pablo. Más interesantes son todavía los numerosos aramaísmos , que tan rudamente contrastan con el lenguaje que usa San Lucas cuando escribe por su cuenta. Estos aramaísmos son efecto de su escrupulosa fidelidad en utilizar los documentos o en traducir las informaciones oídas en arameo. El tránsito brusco del elegantísimo prólogo a los aramaísmos de los dos primeros capítulos acreditan la verdad histórica del tercer Evangelio.

Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Lucas 13,1-2

Dos hechos trágicos recientes: uno que le refieren, otro que él mismo recuerda, dan pie al Maestro para declararles que las víctimas de estas tragedias no eran más pecadores que los demás; que toda la nación es pecadora y que, si no hiciere pronta penitencia, perecerá. La inminencia del castigo divino se pinta con vivos colores en la parábola de la higuera estéril.


Lucas 13,11

La ENFERMEDAD era una parálisis agitante (o enfermedad de Parkinson). La expresión ESPÍRITU DE ENFERMEDAD, comparada con lo que después (Luc_13:16) se dice, que a esta mujer la ató Satanás, parece indicar que la enfermedad era efecto del influjo maléfico del demonio, pero no que la mujer estuviera propiamente endemoniada.


Lucas 13,19

La MOSTAZA o brassica nigra alcanza en Palestina las proporciones de un ÁRBOL GRANDE de hasta tres o cuatro metros de altura.

|| LAS AVES DEL CIELO que más acuden a la mostaza son los jilgueros, golosos de su semilla. Los rasgos particulares de la parábola en Lucas favorecen la hipótesis de que el Maestro repitió esta parábola, ya propuesta anteriormente. Lo mismo hay que decir de la parábola gemela de la levadura (Luc_13:20-21).


Lucas 13,22

Este viaje a Jerusalén, distinto del mencionado antes (Luc_9:51) y del que luego se mencionará (Luc_17:11), puede ser el emprendido para resucitar a Lázaro (Jua_11:7). De todos modos, estas tres marchas no son, en el plan de Jesús, sino tres etapas del que él consideraba como el viaje definitivo para consumar en Jerusalén la obra de la redención.


Lucas 13,24-30

El Maestro, sin responder a la curiosidad del rabino, le advierte que no todos los judíos ni solos ellos serán los que se salven. Le enseña, además, el modo de salvarse: esfuerzo personal y diligencia, pues la puerta es estrecha y llegará momento en que se cerrará. Al fin se anuncia proféticamente la entrada de los gentiles y cierta primacía sobre la masa de los judíos (Luc_13:29-30).


Lucas 13,31

RETÍRATE: no es difícil adivinar la intención de estos fariseos. Jesús se hallaba en la Perea, pero no estaba lejos de Jerusalén, adonde se dirigía. Trataban, pues, de disuadir a Jesús que fuese a Jerusalén, fingiendo designios homicidas de Herodes.


Lucas 13,32

DECID A ESE ZORRO: la respuesta de Jesús a los benévolos consejos de los astutos fariseos es la que debía ser; indirecta y enigmática. El zorro a quien han de llevar la respuesta no es tanto Herodes cuanto el inventor de la patraña.

|| HOY Y MAÑANA en el sentido indeterminado de un día y otro día .

|| AL TERCER DÍA: es decir, terminado este plazo, que no será muy largo.

|| SE ACABA CONMIGO: más literalmente, soy consumado: expresión enigmática de la muerte.


Lucas 13,33

Irónicamente dice: He de seguir MI CAMINO a Jerusalén, que tiene el monopolio de matar a los profetas.


Lucas 13,34-35

Esta sentida querella se halla en Mateo al fin de las invectivas dirigidas a los fariseos y escribas (Mat_23:37-39). Cuadra perfectamente en ambos contextos.