1 Parábola del pastor que encuentra a su oveja [a] Todos los que cobraban impuestos para Roma, y otras gentes de mala fama, se acercaban a escuchar a Jesús. |
2 Y los fariseos y maestros de la ley le criticaban diciendo: –Este recibe a los pecadores [b] y come con ellos. [c] |
3 Entonces Jesús les contó esta parábola: |
4 ?¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla? [d] |
5 Y cuando la encuentra la pone contento sobre sus hombros, |
6 y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos y les dice: ?¡Felicitadme, porque ya he encontrado la oveja que se me había perdido!? [e] |
7 Os digo que hay también más alegría en el cielo por un pecador que se convierte, [f] que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse [g] . Parábola de la mujer que encuentra su moneda |
8 ?O bien, ¿qué mujer que tiene diez monedas [h] y pierde una, no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? |
9 Y cuando la encuentra reúne a sus amigas y vecinas y les dice: ?¡Felicitadme, porque ya he encontrado la moneda que había perdido!? [i] |
10 Os digo que así también hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se convierte.? Parábola del padre que recobra a su hijo |
11 Contó Jesús esta otra parábola: ?Un hombre tenía dos hijos. |
12 El más joven le dijo: ?Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.? Y el padre repartió los bienes entre ellos. [j] |
13 Pocos días después, el hijo menor vendió su parte [k] y se marchó lejos, a otro país, donde todo lo derrochó viviendo de manera desenfrenada. |
14 Cuando ya no le quedaba nada, vino sobre aquella tierra una época de hambre terrible y él comenzó a pasar necesidad. |
15 Fue a pedirle trabajo a uno del lugar, que le mandó a sus campos a cuidar cerdos. |
16 Y él deseaba llenar el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. [l] |
17 Al fin se puso a pensar: ?¡Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras que aquí yo me muero de hambre! |
18 Volveré a la casa de mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti, |
19 y ya no merezco llamarme tu hijo: trátame como a uno de tus trabajadores.? |
20 Así que se puso en camino y regresó a casa de su padre. ?Todavía estaba lejos, cuando su padre le vio; y sintiendo compasión de él corrió a su encuentro y le recibió con abrazos y besos. |
21 El hijo le dijo: ?Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco llamarme tu hijo.? |
22 Pero el padre ordenó a sus criados: ?Sacad en seguida las mejores ropas y vestidlo; ponedle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. [m] |
23 Traed el becerro cebado y matadlo. ¡Vamos a comer y a hacer fiesta, |
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y le hemos encontrado!? Y comenzaron, pues, a hacer fiesta. |
25 ?Entre tanto, el hijo mayor [n] se hallaba en el campo. Al regresar, llegando ya cerca de la casa, oyó la música y el baile. |
26 Llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba, |
27 y el criado le contestó: ?Tu hermano ha vuelto, y tu padre ha mandado matar el becerro cebado, porque ha venido sano y salvo.? |
28 Tanto irritó esto al hermano mayor, que no quería entrar; así que su padre tuvo que salir a rogarle que lo hiciese. |
29 Él respondió a su padre: ?Tú sabes cuántos años te he servido, sin desobedecerte nunca, y jamás me has dado ni siquiera un cabrito para hacer fiesta con mis amigos. |
30 En cambio, llega ahora este hijo tuyo, que ha malgastado tu dinero con prostitutas, y matas para él el becerro cebado.? |
31 ?El padre le contestó: ?Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. |
32 Pero ahora debemos hacer fiesta y alegrarnos, porque tu hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido y lo hemos encontrado.? ? [ñ]
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