Lucas 2 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 52 versitos |
1 Aconteció que por aquellos días emanó un edicto de parte de César Augusto en que ordenaba que se inscribiesen en el censo los habitantes de todo el orbe.
2 Este primer censo se hizo siendo Quirino propretor de la Siria.*
3 Y se ponían todos en viaje para inscribirse, cada cual a su ciudad. *
4 Subió también José desde la Galilea, de la ciudad de Nazaret, a la Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él del linaje y familia de David, *
5 para inscribirse en el censo juntamente con María su esposa, que estaba encinta.
6 Y sucedió que estando ellos allí se le cumplieron a ella los días del parto,
7 y dio a luz su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le recostó en un pesebre, pues no había para ellos lugar en el mesón. *
8 Y había unos pastores en aquella misma comarca, que pernoctaban al raso y velaban por turno para guardar su ganado, *
9 y un ángel del Señor se presentó ante ellos, y la gloria del Señor los envolvió en sus fulgores, y se atemorizaron con gran temor.
10 Y les dijo el ángel: No temáis, pues he aquí que os traigo una buena nueva, que será de grande alegría para todo el pueblo:
11 que os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es el Mesías, el Señor. *
12 Y esto os servirá de señal: hallaréis al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre.
13 Y de improviso se juntó con el ángel gran muchedumbre del ejército celestial, que alababan a Dios y decían:
14 Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres del [divino] agrado. *
15 Y acaeció que, al partirse de ellos los ángeles al cielo, los pastores se decían unos a otros: Ea, pasemos hasta Belén y veamos este acontecimiento que el Señor nos manifestó.
16 Y se vinieron a toda prisa, y hallaron a María y a José, y al niño recostado en el pesebre.
17 Y habiéndole visto, dieron a conocer la declaración que se les había hecho acerca de este niño.
18 Y todos los que los oyeron se maravillaron de las cosas que les habían dicho los pastores.
19 Pero María guardaba todas estas palabras confiriéndolas en su corazón. *
20 Y se tornaron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que oyeron y vieron, conforme les habían sido anunciadas.
21 Y cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como había sido llamado por el ángel antes de que fuese concebido en el seno materno. *
22 Y cuando se les cumplieron los días de la purificación según la ley de Moisés (Lev 12:6), le subieron a Jerusalén para presentarle al Señor, *
23 según está escrito en la ley del Señor que «todo primogénito del sexo masculino será consagrado al Señor» (Ex 13:2; 12:15),
24 y para ofrecer como sacrificio, según lo que se ordenaba en la ley del Señor, «un par de tórtolas o dos palominos» (Lev 12:8; 5:11).
25 Y he aquí que había un hombre en Jerusalén por nombre Simeón. Y era este hombre justo y temeroso de Dios, que aguardaba la consolación de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre él; *
26 y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al fungido del Señor.*
27 Y vino al templo impulsado por el Espíritu. Y cuando sus padres introducían al niño Jesús para cumplir las prescripciones usuales de la ley tocantes a él,
28 Simeón le recibió en sus brazos y bendijo a Dios, diciendo:
29 Ahora dejas ir a tu siervo, Señor, según tu palabra, en paz;
30 pues ya vieron mis ojos tu salud, *
31 que preparaste a la faz de todos los pueblos:
32 luz para iluminación de los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.
33 Y el padre y la madre del niño estaban maravillados de las cosas que se decían de él. *
34 Y los bendijo Simeón, y dijo a María, su madre: He aquí que éste está puesto para caída y resurgimiento de muchos en Israel, y como señal a quien se contradice *
35 —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que salgan a luz los pensamientos de muchos corazones. *
36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, que era de edad muy avanzada. Habiendo vivido con su marido siete años desde que se casó, *
37 y quedando viuda, había llegado hasta los ochenta y cuatro años. La cual no se apartaba del templo, sirviendo a Dios en ayunos y oraciones noche y día.
38 Y a la misma hora, sobreviniendo, alababa también a Dios y hablaba de él a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
39 Y así que cumplieron todas las cosas ordenadas en la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.*
40 El niño crecía y se robustecía, llenándose de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él.
41 Iban sus padres cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
42 Y cuando fue de doce años, habiendo ellos subido, según la costumbre de la fiesta, *
43 y acabados los días, al volverse ellos, quedóse el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo advirtiesen sus padres.
44 Y creyendo ellos que él andaría en la comitiva, caminaron una jornada; y le buscaban entre los parientes y conocidos; *
45 y no hallándole, se tornaron a Jerusalén para buscarle.
46 Y sucedió que después de tres días le hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas;*
47 y se pasmaban todos los que le oían de su inteligencia y de sus respuestas.
48 Y sus padres, al verle, quedaron atónitos; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué lo hiciste así con nosotros? Mira que tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.
49 Díjoles él: ¿Pues por qué me buscabais? ¿No sabíais que había yo de estar en casa de mi Padre? *
50 Y ellos no comprendieron la palabra que les dijo.
51 Y bajó en su compañía y se fue a Nazaret, y vivía sometido a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
52 Y Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.*

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Introducción a Lucas




EVANGELIO DE
SAN LUCAS

EL AUTOR. — Un antiquísimo prólogo a los Evangelios escribe: «Lucas, de nación siró, antioqueno, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, después siguió a Pablo». En el libro de los Hechos, sin nombrarse, habla repetidas veces de sí usando el plural «nosotros». La primera mención de este «nosotros» ocurre ya, probablemente (según el llamado texto occidental), en Hch_11:27-28 , por estas palabras: «Por aquellos días bajaron de Jerusalén unos profetas a Antioquia, y había grande alegría. Estando nosotros reunidos, levantándose uno de ellos por nombre Agabo…». Esto acontecía hacia el año 40. Y si así es, San Lucas pertenecía a la primera generación de los fieles antioquenos, amaestrados, si no conquistados, por Bernabé. En otras tres ocasiones habla de sí el autor de los Hechos: en el viaje de Tróade a Filipos, durante la segunda misión de San Pablo ( Hch_16:10-17 ); en e' viaje de Filipos a Jerusalén, al fin de la tercera misión ( Hch_20:5-15 ; Hch_21:1-18 ), y en el viaje de Cesárea a Roma ( Hch_27:1-44 ; Hch_28:1-16 ). Durante su primera prisión romana dos veces menciona San Pablo a San Lucas, llamándole su colaborador y médico querido ( Col_4:14 ; Flm_1:24 ). Y en su última prisión, en vísperas de su martirio, recuerda el Apóstol, agradecido, que «sólo Lucas está con él» ( 2Ti_4:11 ).

Su OBRA. — El evangelista médico pudo haber hecho con Bernabé o con Pablo, cuya predicación oral se proponía consignar por escrito, lo que Marcos había hecho no mucho antes con San Pedro: reproducirla simplemente. Mas su cultura helénica le inspiró otros pensamientos, humanamente más altos.

Lucas no había visto al Señor: para conocer su obra y su doctrina hubo de apelar a informaciones ajenas. Y lo hizo en grande escala. Lo que uno ignoraba o no recordaba, lo sabía o recordaba otro. La base o punto de referencia de todos estos datos recogidos era la catequesis oral de Bernabé y de Pablo, que era para Lucas la fuente principal de sus informaciones. Tal es en Lucas la manera característica de enfocar el Evangelio oral: no como obra ya hecha y acabada, sino como documento informativo o fuente de una obra más vasta.

Ya en este acopio de datos y uso de las fuentes se muestra Lucas original. Adquiere nuevo relieve esta originalidad con la composición u ordenación sistemática del material recogido, con las notas cronológicas, que conectan la vida del Salvador con la historia universal; con la sobria elegancia de su lengua y estilo, unida a la más escrupulosa fidelidad en reproducir los documentos históricos.

Otras cualidades pudieran mencionarse que caracterizan la obra de San Lucas, entre las cuales no ocupa el último lugar aquel espíritu de suavidad y delicadeza que le ha merecido el título de
Scriba mansuetudinis Christi.

DESTINATARIOS Y OBJETO. — San Lucas dedica su Evangelio al «excelentísimo Teófilo» (1:3), hombre ilustre recién convertido al cristianismo; pero en realidad se dirige a las iglesias fundadas por San Pablo, principalmente a los fieles venidos de la gentilidad, pero sin olvidar a los judíos. El fin que se propone en la redacción de su Evangelio exprésalo él mismo en el prólogo: «para que reconozcas la firmeza de las enseñanzas que recibiste» (1:4). Más generalmente, la tesis del tercer Evangelio es la universalidad de la salud por Cristo; es el tema de la Epístola de San Pablo a los Romanos: El Evangelio «es una fuerza de Dios ordenada a la salud para todo el que cree» (1:16). Si el Evangelio de San Mateo podría llamarse mesiánico; el de San Marcos, taumatúrgico; el de San Juan, teológico; el de San Lucas es el soteriológico por antonomasia.

ORDEN. — Promete San Lucas escribir su Evangelio «por su orden» (1:3). Este «orden», acorde generalmente con el de San Marcos, es, sin duda, cronológico; mas no es esto precisamente lo que él quiere expresar, sino más bien, como él mismo lo declara en el prólogo, «el trabajo de coordinar [sistemáticamente] una narración»
(1:1). Semejante ordenación lleva consigo algunas veces ciertas inversiones cronológicas. Las más características son ciertas anticipaciones en razón de concluir o redondear una materia antes de pasar a otra diferente. Ejemplo típico de este procedimiento de anticipación es la relación de la prisión de Juan Bautista (3:19-20) antes del relato del bautismo de Jesús (3:21-22), en que ya no se menciona a Juan.

LA LENGUA. — El griego usado por San Lucas es más castizo y elegante que el de los otros evangelistas. Su prólogo es un período cuadrimembre, harmónicamente construido, que recuerda el de Dioscórides a su obra médica. Pero más que por su relativa elegancia interesa la lengua de San Lucas en cuanto es sello de autenticidad y garantía de verdad y escrupulosidad histórica. Su tecnicismo médico señala como autor al «médico querido», compañero de San Pablo. Sus frecuentes términos paulinos delatan al discípulo y colaborador del grande Apóstol. Razón, pues, tiene la tradición cristiana cuando afirma que el autor del tercer Evangelio es Lucas, el médico y discípulo de San Pablo. Más interesantes son todavía los numerosos aramaísmos , que tan rudamente contrastan con el lenguaje que usa San Lucas cuando escribe por su cuenta. Estos aramaísmos son efecto de su escrupulosa fidelidad en utilizar los documentos o en traducir las informaciones oídas en arameo. El tránsito brusco del elegantísimo prólogo a los aramaísmos de los dos primeros capítulos acreditan la verdad histórica del tercer Evangelio.

Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Lucas 2,2

ESTE PRIMER CENSO: llámase primero respecto de un segundo censo que unos diez años más tarde hizo el mismo Quirino. Otros traducen: «Este censo fue anterior al que se hizo…»: versión tal vez posible gramaticalmente, pero violenta. No dice S. Lucas que el primer censo fue hecho por el mismo Quirino, sino SIENDO QUIRINO PROPRETOR (o jefe militar). Lo cual pudo ser de una de tres maneras:
1) o siendo Quirino legado extraordinario de Augusto, como jefe militar de la expedición contra los homonadenses;
2) o siendo propretor de Siria por los años 11-10 a. de C, antes de Cayo Sentio Saturnino;
3) o desempeñando el mismo cargo después de P. Quintilio Varo, por los años 4-2 a. de C.


Lucas 2,3

SU CIUDAD: el empadronamiento se hizo no en las poblaciones del domicilio actual, según la costumbre romana, sino en el lugar de origen, conforme a usanza judaica.


Lucas 2,4

La distancia de Nazaret a Belén era de unos 120 kilómetros.


Lucas 2,7

PRIMOGÉNITO: término técnico que se aplica al hijo en quien se han de cumplir las leyes relativas a los primogénitos, respecto de las cuales es indiferente que al primogénito sucedan, o no, otros hermanos. Jesús, legalmente primogénito, fue realmente unigénito de María. El que María LE ENVOLVIÓ EN PAÑALES Y LE RECOSTÓ EN UN PESEBRE por sí misma, es claro indicio de que el sagrado parto se vio exento de los dolores anejos a los alumbramientos ordinarios. El pesebre se hallaba en la gruta próxima a Belén, a la cual se acogieron María y José por no hallar lugar conveniente y decoroso EN EL MESÓN público o caravanera.


Lucas 2,8

EN AQUELLA MISMA COMARCA. San Jerónimo localiza la aparición del ángel a los pastores en Migdal-Eder o Torre del Rebaño , a unos dos kilómetros al E.-NE. de Belén.


Lucas 2,11

SALVADOR, MESÍAS, SEÑOR: tres nombres gloriosísimos. SALVADOR, título fundamental, anuncia el nombre de Jesús y su misión salvadora; MESÍAS o Ungido expresa su realeza mesiánica; SEÑOR, su señorío trascendente y divino.


Lucas 2,14

Se corresponden perfectamente los tres elementos de cada uno de los dos hemistiquios: gloria y paz, Dios y los hombres, las alturas y la tierra . La GLORIA A DIOS y la PAZ o plenitud de bienes A LOS HOMBRES (literalmente en o entre los hombres ) compendian los frutos de la redención. LOS HOMBRES DEL [DIVINO] AGRADO son los israelitas, entendidos en el sentido de S. Pablo; no el Israel de la carne o de la ley, sino el Israel del espíritu o de la promesa (Gál_6:16).


Lucas 2,19

Esta observación del evangelista es doblemente reveladora. Por una parte, indica el espíritu atento y reflexivo de la Madre; por otra, señala discretamente la fuente de sus informaciones.


Lucas 2,21

La circuncisión legalizaba la situación de Jesús bajo doble respecto: como hijo de Abraham y como Redentor. Como «Descendencia de Abraham» por antonomasia, que había de concentrar en sí y recapitular toda la posteridad del gran patriarca y había de ser el depositario de la promesa, convenía llevase en su carne la marca de la circuncisión, por la cual los judíos quedaban legalmente constituidos hijos de Abraham. Y como Redentor, que había de morir en virtud de la ley de Moisés (Jua_19:7; Gál_2:19), debía recibir la circuncisión, por la cual el hombre quedaba sometido a la ley y a sus sanciones (Gál_5:3; Gál_4:4).


Lucas 2,22

SE LES CUMPLIERON LOS DÍAS DE LA PURIFICACIÓN (literalmente…LA PURIFICACIÓN DE ELLOS): aun cuando sola María debía ser purificada, el asunto de la purificación concernía también a José, que, como jefe de familia, debía cuidar del exacto cumplimiento de la ley que la imponía. En cuanto a María, aunque no estaba comprendida por la ley, convenía se sometiera a ella por dos motivos principales: para que la Virgen Inmaculada apareciese a los ojos de los hombres exenta de toda sombra de impureza legal y para que el cumplimiento de la ley fuese un velo que encubriese discretamente el de la concepción virginal.


Lucas 2,25

SIMEÓN: no consta que fuera sacerdote, ni menos que fuese el Simeón hijo de Hillel y padre de Gamaliel.

|| LA CONSOLACIÓN DE ISRAEL es la salud mesiánica.


Lucas 2,30-32

La SALUD mesiánica se presenta a los ojos de Simeón como universal y espiritual; no cual la imaginaban la mayoría de los judíos: nacional y carnal.


Lucas 2,33

ESTABAN MARAVILLADOS: no de las cosas mismas que se decían, sino de que inesperadamente las dijera aquel hombre desconocido.


Lucas 2,34

A MARÍA: a ella personalmente se dirige Simeón, conocedor tal vez de su maternidad virginal. Prevé el anciano que el Mesías sería ocasión de CAÍDA para los que no le recibiesen y principio de RESURGIMIENTO para los que creyesen en él; para los primeros, por su propia culpa; para los segundos, por la gracia de Dios. Será también el Mesías una SEÑAL A QUIEN SE CONTRADICE; es decir, no simplemente blanco de contradicción , sino una SEÑAL dada por Dios, la cual todos debían reconocer, y convertirse, pero que muchos habían de recusar y aun atacar.


Lucas 2,35

Y A TI MISMA UNA ESPADA TE TRASPASARÁ EL ALMA: es notable el paralelismo entre el Hijo y la Madre. Del Hijo se dice: HE AQUÍ QUE ÉSTE…; y de la Madre: Y A TI MISMA…Del Hijo: una SEÑAL A QUIEN SE CONTRADICE; de la Madre: UNA ESPADA TE TRASPASARÁ EL ALMA. La espada anunciada a la Madre es la repercusión dolorosa de las contradicciones del Hijo. «Justamente ha sido mirada la espada como símbolo del dolor de María en el momento de la Pasión» (LAGRANGE, Evangile selon Saint Luc , Luc_2:35). Las últimas palabras PARA QUE SALGAN A LUZ… empalman con el Luc_2:34, y con ellas se expresa el motivo por qué unos acogerán al Mesías y otros le repudiarán, según sean rectos o perversos los PENSAMIENTOS y sentimientos de sus CORAZONES.


Lucas 2,36-38

El desaliño de la frase en esta narración delata dos cosas: la utilización de una fuente aramea y la escrupulosidad con que S. Lucas reproduce sus fuentes.


Lucas 2,39

Esta vuelta a Nazaret puede coincidir con la referida por San Mateo, terminado el destierro de Egipto.


Lucas 2,42

La prótasis CUANDO FUE DE DOCE AÑOS tiene como apódosis QUEDÓSE EN JERUSALÉN. No se deduce, por tanto, de la narración de San Lucas que Jesús subiese entonces por primera vez a Jerusalén por la Pascua.


Lucas 2,44

Se supone fundadamente que el término de la primera jornada fue El-Bireh, a 15 kilómetros al N. de Jerusalén.


Lucas 2,46-48

DESPUÉS DE TRES DÍAS: al tercero de haber perdido al Niño.

|| LE HALLARON: no en un grupo de oyentes que escuchasen a un maestro, sino EN MEDIO DE LOS MAESTROS, es decir, en un grupo de rabinos que discutían entre sí. El Niño comenzó escuchando las discusiones; luego hizo algunas preguntas, tan atinadas, que los rabinos, maravillados, le hicieron a su vez otras, a las cuales respondió el Niño tan certeramente, que los dejó más asombrados todavía.


Lucas 2,49

EN CASA DE MI PADRE: tal es la interpretación que mejor ata con el contexto. Sonriendo amablemente, diría el Niño a la Madre: ¿Por qué me buscabais en otra parte, sabiendo que yo había de estar en mi casa? Otros interpretan: «¿No sabíais que yo había de ocuparme de las cosas de mi Padre?»


Lucas 2,52

El progreso de Jesús EN SABIDURÍA, si bien real, fue muy limitado. En cuanto Dios, claro está que no podía progresar. Aun en cuanto hombre, dotado de la visión intuitiva de Dios y del conocimiento infuso de todas las cosas desde el instante mismo de su concepción, tampoco progresó. Progresó, empero, en el conocimiento experimental y aun en el conocimiento racional, que su inteligencia humana iba adquiriendo con el progresivo desenvolvimiento de sus facultades orgánicas y con los datos cada vez más ricos de sus experiencias. De un modo análogo habrá que explicar el progreso EN GRACIA.