Juan  20 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 31 versitos |
1 Por la mañana del primer día de la semana, cuando aún estaba oscuro, fue Mariam magdalena a la tumba y observó que la piedra había sido removida de la tumba.
2 Entonces corrió, y yendo a Simón Cefas y al otro discípulo a quien Jesús amaba, les dijo: Se han llevado a nuestro Señor de la tumba y no sé dónde lo han colocado.
3 Entonces Simón y el otro discípulo salieron y fueron a la tumba,
4 y corrieron juntos, pero el otro discípulo corrió más rápido que Simón, y llegó primero a la tumba,
5 y, asomándose, miró las telas de lino colocadas allí, pero no entró.
6 Enseguida, después de él, llegó Simón, y entrando a la tumba, miró las telas de lino colocadas allí,
7 pero el sudario que había estado atado a su cabeza no estaba con las telas de lino, sino enrollado y colocado en un lugar aparte.
8 Luego entró también el discípulo que había llegado primero a la tumba, y viendo, creyó,
9 porque todavía no habían comprendido las Escrituras, que Él habría de resucitar de entre los muertos.
10 Después los discípulos regresaron a su lugar.
11 Pero Mariam se encontraba de pie llorando junto a la tumba. Y mientras lloraba observó hacia el interior de la tumba,
12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas que estaban sentados uno a la cabecera y el otro a los pies, donde había sido colocado el cuerpo de Jesús.
13 Ellos le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Ella les respondió: Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han colocado.
14 Cuando dijo esto, volteó detrás de sí y vio a Jesús que estaba de pie, pero no sabía que era Jesús.
15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas? Pero ella creyó que era el hortelano, y le dijo: Señor mío, si tú te lo llevaste, dime dónde lo colocaste y yo iré y me lo llevaré.
16 Jesús le dijo: ¡Mariam! Ella volteó y le dijo en hebreo: ¡Rabuli! (que significa Maestro).
17 Jesús le dijo: No me toques, pues todavía no he ascendido a mi Padre. Pero ve a mis hermanos y diles: “Asciendo a mi Padre y a su Padre, a mi Dios y a su Dios”.
18 Entonces fue Mariam magdalena a anunciar las buenas nuevas a los discípulos de que había visto a nuestro Señor, y que Él le había declarado estas cosas.
19 Al llegar la tarde de ese primer día de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se hallaban los discípulos por miedo a los judíos, llegó Jesús, y poniéndose en medio de ellos, les dijo: La paz sea a ustedes.
20 Habiendo dicho esto, les mostró sus manos y su costado, y los discípulos se regocijaron al ver a nuestro Señor.
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: La paz sea a ustedes. Tal como me ha enviado mi Padre, también yo los envío a ustedes.
22 Y habiendo dicho esto, les sopló y les dijo: Reciban el Espíritu Santo.
23 Si perdonan los pecados a alguno, le serán perdonados, y si a alguno se los retienen, le serán retenidos.
24 Pero Tomás, llamado el Gemelo, uno de los doce, no se encontraba allí con ellos cuando llegó Jesús.
25 Entonces los discípulos le dijeron: ¡Vimos a nuestro Señor! Pero él les dijo: Si yo no veo en sus manos las marcas de los clavos y meto mis dedos en ellas, y meto mi mano en su costado, no creeré.
26 Ocho días más tarde estaban de nuevo dentro, y Tomás con ellos, y vino Jesús, y estando las puertas cerradas, se puso en medio, y les dijo: La paz sea a ustedes.
27 Y dijo a Tomás: Mete aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente.
28 Tomás, en respuesta, le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!
29 Jesús le dijo:¿Ahora que me has visto has creído? Dichosos los que sin haberme visto creyeron.
30 También muchas otras señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están escritas en este libro,
31 pero ciertamente estas cosas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida eterna en su Nombre.

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Introducción a Juan 

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