Hechos 11 Septuaginta en Español (Jünemann, 1992) | 30 versitos |
1
Vocación de los gentiles
Y oyeron los apóstoles y los hermanos los que estaban por la Judea, que también las gentes recibieron la palabra de Dios.
2 Y, cuando subió Pedro a Jerusalén, disceptaban contra él los de la circuncisión,
3 diciendo: que «entraste a varones que prepucio tienen y comiste con ellos».
4 Y, empezando Pedro exponíales todo, diciendo:
5 «Yo estaba en ciudad de Yope orando, y vi, en éxtasis, visión: descendiendo cierto recipiente como un lienzo grande, con cuatro puntas bajando del cielo, y vino hasta mí:
6 en el cual fijándome, contemplaba y veía los cuadrúpedos de la tierra, y las fieras y los reptiles; y los volátiles del cielo.
7 Y oí también una voz, diciéndome: «Levantándote, Pedro, mata y come».
8 Y dije: «Jamás, Señor; pues común e inmundo nunca ha entrado en mi boca».
9 Y respondió, por vez segunda, voz del cielo: «Lo que Dios ha purificado, tú no comuniques».
10 Y esto aconteció hasta tres veces; y fue retirado de nuevo todo ello al cielo.
11 Y he aquí, al punto, tres varones detuviéronse en la casa en que estábamos, enviados de Cesarea a mí.
12 Y dijo el Espíritu a mí venir con ellos, nada trepidando. Y vinieron conmigo también estos seis hermanos, y entramos en la casa del varón;
13 y refiriónos cómo vio al ángel en su casa, parado y diciendo: «Manda a Yope y haz venir a Simón, el sobreapellidado Pedro;
14 quien hablará palabras a ti en que salvarás tú y toda tu casa».
15 Y, al empezar yo a hablar, cayó el Espíritu, el Santo, sobre ellos, así como también sobre nosotros al principio.
16 Y acordéme de la palabra del Señor: como decía: «Juan ciertamente bautizó con agua; vosotros, empero, seréis bautizados en Espíritu Santo».
17 Si, pues, el igual don dióles Dios como también a nosotros, creyendo en el Señor Jesucristo, yo ¿quién era —poderoso a estorbar a Dios?»
18 Y, oyendo esto, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: «¡Con que, también a las gentes Dios el arrepentimiento para la vida ha dado!»
19 Mientras tanto, los diseminados por la tribulación la hecha bajo Esteban, atravesaron hasta Fenicia, y Chipre y Antioquía, a nadie hablando la palabra sino solamente a judíos,
20 Y había algunos de ellos, varones cipriotas y cirenenses; los que, viniendo a Antioquía, hablaban también a los helenos, evangelizando al Señor Jesús.
21 Y era mano del Señor con ellos; y mucho número, el creyente, convertíanse al Señor.
22 Y oyóse la palabra en las orejas de la Iglesia, la que había en Jerusalén, acerca de ellos; y enviaron a Bernabé hasta Antioquía;
23 quien, llegado y viendo la gracia la de Dios, gozóse; y exhortaba a todos, en el propósito del corazón permanecer en el Señor;
24 pues era varón bueno y lleno de Espíritu santo y fe. Y añadióse turba bastante al Señor.
25 Y, salió a Tarso, a buscar a Saulo; y, hablando, condujo a Antioquía.
26 Y acontecióles también un año entero conversar en la Iglesia y enseñar turba bastante; y llamarse primeramente en Antioquía los discípulos: cristianos.
27 En los mismos días descendieron de Jerusalén profetas a Antioquía;
28 y, levantándose uno de ellos, por nombre ágabo, manifestó por el Espíritu, que hambre grande debía de haber sobre todo el orbe; la cual hubo bajo Claudio.
29 Y de los discípulos, según abundaba alguno; —determinó cada cual de ellos, para servicio (a) enviar a los que habitaban en la Judea— hermanos;
30 lo que también hicieron, enviando a los ancianos, por mano de Bernabé y Saulo.


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Fuente: Jünemann (1992)

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Notas

Hechos 11,29
29 a. Socorro.