Hechos 17 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 34 versitos |
1 Habiendo hecho el viaje pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalóniea, donde había sinagoga de judíos. *
2 Y, según su costumbre, Pablo entró en su reunión, y por tres sábados discutió con ellos a base de las Escrituras,
3 declarándolas y poniendo de manifiesto que el Mesías había de padecer y resucitar de entre los muertos, y que «tal es el Mesías, Jesús, a quien yo os anuncio».
4 Y algunos de entre ellos quedaron convencidos, y se pusieron en manos de Pablo y de Silas; y de los griegos adoradores de Dios, gran multitud; y de las mujeres principales, no pocas.
5 Llenos de envidia los judíos y echando mano de algunos hombres maleantes, gente del arroyo, y armando motines, alborotaron la ciudad; y presentándose en la casa de Jasón, los buscaban para llevarlos ante el pueblo;*
6 y no habiéndolos hallado, arrastraron a Jasón y a algunos hermanos ante los politarcas, vociferando: «Esos que han trastornado todo el mundo, también acá se han presentado, *
7 a los cuales Jasón ha acogido; y todos éstos obran contra los edictos del César, diciendo que hay otro rey, Jesús».
8 Y alborotaron al vulgo y a los politarcas, que esto oían;
9 y habiendo recibido fianza de Jasón y de los demás, los soltaron.
10 Los hermanos inmediatamente, de noche, hicieron salir a Pablo y a Silas para Berea. Ellos, en llegando, se fueron a la sinagoga de los judíos.
11 Estos eran de mejor natural que los de Tesalóniea, y así acogieron las palabras con toda prontitud de ánimo, escudriñando diariamente las Escrituras, a ver si esto era así.
12 Muchos, pues, de entre ellos creyeron, y de las mujeres griegas distinguidas y también de los hombres, no pocos.
13 Mas en cuanto supieron los judíos de Tesalóniea que también en Berea había sido anunciada por Pablo la palabra de Dios, fueron también allá, y agitaron y alborotaron las turbas.
14 Al punto entonces los hermanos hicieron salir a Pablo, para que se fuese hasta el mar; y se quedaron allí Silas y Timoteo. *
15 Los que conducían a Pablo le llevaron hasta Atenas, y habiendo recibido para Silas y Timoteo orden de que cuanto antes se viniesen a él, se partieron.
16 Ya en Atenas, mientras los aguardaba, se irritaba el espíritu de Pablo en su interior, viendo cómo estaba llena de ídolos la ciudad.
17 Discutía, pues, por una parte, en la sinagoga con los judíos y con los adoradores de Dios, y en el ágora cada día con los que allí se encontraban.
18 Por otra parte, algunos también de los filósofos epicúreos y estoicos trababan conversación con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir ese bufón?; mas otros: Parece ser anunciador de divinidades extranjeras. Porque les anunciaba a Jesús y la resurrección. *
19 Y asiendo de él le llevaron al Areópago, diciendo: ¿Podríamos saber cuál es esa nueva doctrina que tú enseñas? *
20 Porque nos metes por los oídos ciertas cosas extrañas. Deseamos, por tanto, saber qué quieren ser estas cosas.
21 Los atenienses todos y los forasteros domiciliados en ninguna otra cosa se ocupaban sino en decir o en oír la última novedad.
22 De pie Pablo en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todas cosas os veo respetuosos, como nadie, de lo divino.
23 Porque, pasando y considerando atentamente vuestros monumentos sagrados, me encontré también con un ara, en la cual se leía esta inscripción: AL DIOS DESCONOCIDO. Lo que, pues, sin conocerlo, veneráis, esto os anuncio yo. *
24 El Dios que hizo el mundo y todo cuanto hay en él, éste, que es el Señor de cielo y tierra, no tiene su habitación en templos fabricados,
25 ni es servido de manos humanas, como sí de algo necesitara, él que a todos da vida, respiración y todas las cosas;
26 e hizo, procedentes de uno solo, toda raza de hombres, destinados a habitar sobre toda la haz de la tierra —habiendo establecido fijamente los tiempos y los linderos de su habitación—, *
27 con el fin de que buscasen a Dios—si es que por ventura le buscaban a tientas y le hallaban—, por más que no se halla lejos de cada uno de nosotros.
28 Porque en él vivimos, nos movemos y existimos, como algunos también de vuestros propios poetas lo han dicho: «Pues de él también linaje somos». *
29 Siendo, pues, como somos, linaje de Dios, no hemos de pensar que lo divino sea algo semejante a oro o plata o piedra, escultura labrada por el arte y la fantasía de un hombre.
30 Dios, pues, habiendo disimulado los tiempos de la ignorancia, ahora intima a los hombres que todos en todo lugar se arrepientan, *
31 por cuanto ha señalado el día en que va a juzgar al mundo según justicia, por medio de un hombre a quien ha destinado, poniendo al alcance de todos la fe con el hecho de haberle resucitado de entre los muertos. *
32 En cuanto oyeron resurrección de muertos, unos se burlaban, otros dijeron: Te oiremos hablar de esto todavía otra vez. *
33 Con esto Pablo salió de en medio de ellos.
34 Algunos hombres, empero, adhiriéndose a el, creyeron, entre los cuales también Dionisio el Areopagita, y una mujer por nombre Dámaris, y otros con ellos. *

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Introducción a Hechos




HECHOS DE LOS
APOSTÓLES

AUTENTICIDAD. — El testimonio unánime y universal de los escritores eclesiásticos de los tres primeros siglos a favor de la autenticidad del libro de los Hechos como obra de San Lucas es una prueba documental cual no lo posee a su favor ningún escrito profano de la antigüedad, y que sólo puede compararse con la que acredita la autenticidad de los Evangelios o de las Epístolas de San Pablo. Y si callase la prueba testifical, bastaba la sola crítica interna para descubrir al verdadero autor de los Hechos. Los prólogos gemelos de las dos obras, y no menos la identidad de lenguaje, en la lexicografía, en la construcción, en los modismos, están diciendo a voces que el autor de los Hechos es el autor mismo del tercer Evangelio. Y los numerosos rasgos paulinos delatan la mano del fiel discípulo de San Pablo, como los frecuentes términos de medicina señala a Lucas el médico. HISTORICIDAD. — Los numerosísimos datos acumulados en la historia de los Hechos, el contacto constante con toda la vida social, política y religiosa de tantos pueblos diferentes y aun contrarios, nos permiten hoy día comprobar la verdad y fidelidad de la narración. Cuanto ha podido comprobarse, que es poco menos que todo, ha resultado rigurosamente exacto. Y es interesante que las dudas suscitadas contra algún pormenor de la narración de los Hechos han sido últimamente disipadas. Un ejemplo significativo. Habla Lucas de Sergio Pablo, procónsul de Chipre- Algunos críticos osaron atacar la exactitud de la expresión, afirmando que Sergio Pablo no fue procónsul, sino propretor. Pero las inscripciones recientemente descubiertas en Chipre hablan del procónsul Sergio Pablo. Y es tanto más admirable la exactitud de Lucas, por cuanto la provincia de Chipre sólo por breve tiempo fue senatoria (o gobernada por un procónsul), habiendo sido poco antes y poco después imperial (o regida por un propretor). Con igual precisión habla del procónsul de Acaya, de los asiarcas y del escriba de Efeso, de los pretores o estrategos de Filipos, de los politarcas de Tesalónica, del Primero de Malta. Y el largo viaje marítimo narrado en los dos últimos capítulos ha sido considerado por los técnicos como un portento de exactitud y precisión. TIEMPO DE SU COMPOSICIÓN. — El año en que se escribió el libro de los Hechos es la bate o punto de referencia para conocer la cronología de los tres primeros Evangelios. De ahí su importancia. Terminan los Hechos en el bienio de la custodia libera en que estuvo San Pablo durante los años 61-63 (o 60-62), sin mencionar la sentencia judicial, que fue entonces de absolución. Al fin, por tanto, de este bienio hubo de terminarse la composición de los Hechos. Como los Hechos comienzan refiriéndose al «primer tratado» (1:1), que es el tercer Evangelio, síguese de ahí que éste hubo de escribirse anteriormente, tal vez hacia el año 60. Por otra parte, sabemos por la tradición que los Evangelios de Mateo y Marcos son anteriores al de Lucas. Fueron, por tanto, escritos antes del año 60, verosímilmente hacia los años 50 y 55, respectivamente. EL TEXTO. — Unos pocos códices, llamados occidentales, representan un tipo de texto algo más largo que el de los códices orientales. Surge, pues, el problema: ¿cuál de los dos textos es el primitivo y genuino? ¿Hay interpolaciones en el texto occidental o más bien hay o misiones en el oriental ? No es posible dar una solución simple y tajante. Sólo en general puede decirse que, si algunas veces es el texto oriental quien abrevia indebidamente el texto primitivo, las más de las veces, empero, es el occidental quien lo interpola. Algunas de estas interpolaciones parecen ser anotaciones hechas al texto de Lucas por algunos que quisieron enriquecerlo con noticias personales que parecen fidedignas.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Hechos 17,1

ANFÍPOLIS (en el golfo de Estrimón, hoy Orfani) distaba de Filipos 48 kilómetros.

|| APOLONIA (al N. de la península Calcídica) distaba de Anfípolis 46 kilómetros y medio.

|| TESALÓNICA, hoy Salónica (en el golfo del mismo nombre), distaba de Apolonia 57 kilómetros.


Hechos 17,5

JASÓN: hospedador de Pablo y Silas. No parece hay motivo suficiente para identificarlo con el Jasón de que se habla en Rom_16:21.


Hechos 17,6

POLITARCAS: así se denominaban los supremos magistrados de Tesalónica, como ha podido comprobarse por las inscripciones.


Hechos 17,14

Timoteo había vuelto entre tanto de Filipos, dejando allí sólo a Lucas.


Hechos 17,18

Se imaginaron los atenienses que la RESURRECCIÓN de que hablaba Pablo seria una nueva divinidad por ellos desconocida. Ni es inverosímil que los atenienses, tan ligeros como supersticiosos, entendieran tan disparatadamente las palabras del Apóstol.

|| La palabra BUFÓN responde al griego spermologos , que no significa sembrador de palabras , como traduce la Vulgata, sino recogedor de semillas o granos , y se decía de los holgazanes, que para vivir sin trabajar se iban por los mercados para recoger lo que se caía por los suelos; y se aplicaba a los parásitos, charlatanes y otra gente de semejante ralea.


Hechos 17,19

EL AREÓPAGO o Collado de Marte era una colina situada al O. de Atenas, en que antiguamente se reunía el tribunal supremo, que fue también denominado Areópago. Se discute si Lucas entiende por Areópago la colina o el tribunal. Lo segundo parece más probable.


Hechos 17,23-31

Este discurso es un portento de fina habilidad. Tomando pie, en el exordio, de la proverbial religiosidad de los atenienses y del ara AL DIOS DESCONOCIDO, establece la proposición: «Este Dios desconocido es el que yo vengo a anunciaros». Dos partes tiene, o había de tener, el discurso, truncado por la frívola incomprensión de aquellos epicúreos y estoicos. La primera es una síntesis de la Teodicea cristiana, antiepicúrea y antiestoica. En ella no tanto se propone demostrar la existencia de Dios, ya admitida por sus oyentes, cuanto su unidad, personalidad y espiritualidad, su acción creadora y su providencia. La segunda parte había de ser una amplia declaración de la revelación cristiana, que no quisieron oír aquellos filósofos .


Hechos 17,26

LOS TIEMPOS: son, según unos, las edades y épocas de la historia humana; según otros, los períodos de las estaciones anuales. La primera interpretación cuadra mejor con el contexto.

|| LOS LINDEROS: las fronteras naturales de las naciones.


Hechos 17,28

Dos citas de poetas griegos hay en este versículo: una implícita y otra explícita. La primera es una reproducción casi literal de un hexámetro de Epiménides. La segunda cita es el final de otro hexámetro de los Fenómenos , de Arato.


Hechos 17,30

LOS TIEMPOS…EN TODO LUGAR: estos dos elementos, cronológico y topográfico, corresponden a los dos análogos señalados en el versículo Hch_17:26.


Hechos 17,31

Doloroso contratiempo fue para Pablo no haber podido siquiera pronunciar el nombre de Jesús, que tenía a flor de labios. Mas no sin fruto. Esta decepción acabará de afianzar en su espíritu aquella verdad, trágicamente luminosa: «¿Por ventura no entonteció Dios la sabiduría de este mundo?» (1Co_1:20-21).


Hechos 17,32

TE OIREMOS OTRA VEZ: fórmula irónica de cortesía, con que significaban a Pablo que ya tenían bastante con lo dicho.


Hechos 17,34

AREOPAGITA: miembro del tribunal del Areópago.