Hechos 21 Nuevo Testamento (Bover-Cantera, 1957) 4ta Edición | 40 versitos |
1 Habiéndonos hecho a la vela, una vez arrancados de ellos, navegando con rumbo directo llegamos a Cos, y al siguiente día a Rodas, y de allí a Pátara. *
2 Y como hallamos una nave que hacía la travesía a Fenicia, a bordo de ella nos hicimos a la mar.
3 Después de avistar a Chipre y dejarla a la izquierda, proseguimos la navegación con rumbo a Siria, y arribamos a Tiro, pues allí la nave tenía que descargar su cargamento.
4 Habiendo hallado a los hermanos, nos detuvimos allí siete días; ellos, movidos del Espíritu, decían a Pablo que no pusiese pie en Jerusalén.
5 Y cuando hubimos pasado aquellos días, saliendo de allí, íbamos nuestro camino, acompañándonos todos con mujeres e hijos hasta las afueras de la ciudad, y puestos de rodillas, en la playa, después de hacer oración,
6 nos despedimos los unos de los otros y subimos a la nave; ellos se tornaron a sus casas.
7 Mas nosotros, acabando la navegación, de Tiro arribamos a Tolemaida, y habiendo saludado a los hermanos, nos detuvimos un día con ellos. *
8 Al día siguiente, partidos de allí, llegamos a Cesárea, y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los Siete, nos hospedamos en ella. *
9 Este tenía cuatro hijas vírgenes, que profetizaban. *
10 Como nos detuviésemos allí bastantes días, bajó de la Judea un profeta por nombre Agabo;*
11 y habiendo venido a nosotros, y tomado la faja de Pablo, atando sus pies y sus manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Al hombre cuya es esta faja, así le atarán en Jerusalén los judíos y le entregarán en manos de los gentiles.
12 Como esto oímos, le instábamos, tanto nosotros como los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén.
13 Entonces respondió Pablo y dijo: ¿Qué hacéis llorando y destrozándome el corazón? Que yo no sólo para ser encadenado, sino también para morir en Jerusalén estoy dispuesto por el nombre del Señor Jesús.
14 Y como él no se dejase persuadir, dejamos de insistir, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
15 Al cabo de estos días, hechos nuestros preparativos de viaje, subíamos a Jerusalén.
16 Vinieron también con nosotros de Cesárea algunos de los discípulos que nos condujesen a la persona en cuya casa nos habíamos de alojar, un tal Mnason de Chipre, antiguo discípulo. *
17 Llegados nosotros a Jerusalén, nos recibieron los hermanos con gozo.
18 Al siguiente día entraba Pablo con nosotros en casa de Santiago, y acudieron todos los presbíteros.
19 Y después de saludarles, refería una por una las cosas que por su ministerio había Dios obrado entre los gentiles.
20 Ellos, como lo oyeron, glorificaban a Dios, y le dijeron: ves, hermano, cuántas son entre los judíos las miríadas de los que han abrazado la fe, y todos son celadores de la ley;
21 y han sido informados acerca de ti que enseñes la apostasía de Moisés a todos los judíos diseminados entre los gentiles, diciendo que no circunciden a sus hijos ni observen los usos tradicionales.
22 ¿Qué hay, pues, que hacer? Inevitablemente, oirán que has venido.
23 Haz, pues, esto que te decimos. Tenemos aquí cuatro hombres que tienen un voto que cumplir; *
24 tomando a éstos contigo, purifícate con ellos, y hazles tú la costa para que rapen sus cabezas, y conocerán todos que de estas cosas de que han sido informados acerca de ti no hay nada, sino que procedes tú también guardando la ley. *
25 Y en cuanto a los gentiles que han abrazado la fe, nosotros les escribimos la resolución que tomamos do que se abstuviesen de lo inmolado a los ídolos, de la sangre, de lo estrangulado y de la fornicación.
26 Entonces Pablo, tomando consigo a los hombres, al siguiente día, purificado con ellos, entraba en el templo, para declarar el cumplimiento de los días de la purificación, a contar desde entonces hasta que se ofreciera por cada uno de ellos la ofrenda. *
27 Cuando estaban ya para cumplirse los siete días, los judíos venidos del Asia, habiéndole visto en el templo, revolvían toda la turba y echaron las manos sobre él, *
28 vociferando: Varones israelitas, venid a nuestro socorro: éste es el hombre que contra el pueblo, contra la ley y contra este lugar anda por todas partes enseñando a todos; y además hasta a unos gentiles ha introducido en el templo y profanado este santo lugar.
29 Era que habían visto anteriormente con él en la ciudad a Trófimo el de Efeso, a quien pensaban haber Pablo introducido en el templo.
30 Y se alborotó la ciudad entera, y hubo corridas y aglomeración del pueblo; y trabando de Pablo, le arrastraban fuera del templo, e inmediatamente fueron cerradas las puertas.
31 Y mientras ellos trataban de matarle, subió denuncia al tribuno de la cohorte de que toda Jerusalén estaba revuelta;*
32 el cual al instante, tomando consigo soldados y centuriones, se bajó corriendo a ellos. Ellos, en viendo al tribuno y a los soldados, cesaron de golpear a Pablo.
33 Entonces, llegándose el tribuno, asió de él y mandó le atasen con dos cadenas, y preguntaba qué hombre era aquél y qué había hecho.
34 Y en la turba, todos gritando, unos decían una cosa, otros otra. El, no pudiendo sacar en limpio la verdad a causa del tumulto, mandó le llevasen al cuartel.
35 Y cuando alcanzó las gradas, llegó la cosa a tal punto, que tuvo que ser llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la turba.
36 Porque le seguía la muchedumbre del pueblo gritando: ¡Quítale de en medio!
37 y cuando iba ya a ser introducido en el cuartel, Pablo dice al tribuno: ¿Se me permite tal vez decirte algo? El dijo: ¿Conoces el griego?
38 ¿No eres tú, por tanto, el egipcio que estos días pasados amotinó y sacó al despoblado a aquellos cuatro mil hombres de los sicarios?*
39 Dijo Pablo: Yo soy judío, tarsense, ciudadano de una ciudad no oscura de Cilicia. Ruégote me permitas hablar al pueblo.
40 Y habiéndole dado licencia, Pablo, de pie sobre las gradas, hizo señas con la mano al pueblo. Hecho gran silencio, les dirigió la palabra en lengua hebrea, diciendo: *

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Introducción a Hechos




HECHOS DE LOS
APOSTÓLES

AUTENTICIDAD. — El testimonio unánime y universal de los escritores eclesiásticos de los tres primeros siglos a favor de la autenticidad del libro de los Hechos como obra de San Lucas es una prueba documental cual no lo posee a su favor ningún escrito profano de la antigüedad, y que sólo puede compararse con la que acredita la autenticidad de los Evangelios o de las Epístolas de San Pablo. Y si callase la prueba testifical, bastaba la sola crítica interna para descubrir al verdadero autor de los Hechos. Los prólogos gemelos de las dos obras, y no menos la identidad de lenguaje, en la lexicografía, en la construcción, en los modismos, están diciendo a voces que el autor de los Hechos es el autor mismo del tercer Evangelio. Y los numerosos rasgos paulinos delatan la mano del fiel discípulo de San Pablo, como los frecuentes términos de medicina señala a Lucas el médico. HISTORICIDAD. — Los numerosísimos datos acumulados en la historia de los Hechos, el contacto constante con toda la vida social, política y religiosa de tantos pueblos diferentes y aun contrarios, nos permiten hoy día comprobar la verdad y fidelidad de la narración. Cuanto ha podido comprobarse, que es poco menos que todo, ha resultado rigurosamente exacto. Y es interesante que las dudas suscitadas contra algún pormenor de la narración de los Hechos han sido últimamente disipadas. Un ejemplo significativo. Habla Lucas de Sergio Pablo, procónsul de Chipre- Algunos críticos osaron atacar la exactitud de la expresión, afirmando que Sergio Pablo no fue procónsul, sino propretor. Pero las inscripciones recientemente descubiertas en Chipre hablan del procónsul Sergio Pablo. Y es tanto más admirable la exactitud de Lucas, por cuanto la provincia de Chipre sólo por breve tiempo fue senatoria (o gobernada por un procónsul), habiendo sido poco antes y poco después imperial (o regida por un propretor). Con igual precisión habla del procónsul de Acaya, de los asiarcas y del escriba de Efeso, de los pretores o estrategos de Filipos, de los politarcas de Tesalónica, del Primero de Malta. Y el largo viaje marítimo narrado en los dos últimos capítulos ha sido considerado por los técnicos como un portento de exactitud y precisión. TIEMPO DE SU COMPOSICIÓN. — El año en que se escribió el libro de los Hechos es la bate o punto de referencia para conocer la cronología de los tres primeros Evangelios. De ahí su importancia. Terminan los Hechos en el bienio de la custodia libera en que estuvo San Pablo durante los años 61-63 (o 60-62), sin mencionar la sentencia judicial, que fue entonces de absolución. Al fin, por tanto, de este bienio hubo de terminarse la composición de los Hechos. Como los Hechos comienzan refiriéndose al «primer tratado» (1:1), que es el tercer Evangelio, síguese de ahí que éste hubo de escribirse anteriormente, tal vez hacia el año 60. Por otra parte, sabemos por la tradición que los Evangelios de Mateo y Marcos son anteriores al de Lucas. Fueron, por tanto, escritos antes del año 60, verosímilmente hacia los años 50 y 55, respectivamente. EL TEXTO. — Unos pocos códices, llamados occidentales, representan un tipo de texto algo más largo que el de los códices orientales. Surge, pues, el problema: ¿cuál de los dos textos es el primitivo y genuino? ¿Hay interpolaciones en el texto occidental o más bien hay o misiones en el oriental ? No es posible dar una solución simple y tajante. Sólo en general puede decirse que, si algunas veces es el texto oriental quien abrevia indebidamente el texto primitivo, las más de las veces, empero, es el occidental quien lo interpola. Algunas de estas interpolaciones parecen ser anotaciones hechas al texto de Lucas por algunos que quisieron enriquecerlo con noticias personales que parecen fidedignas.



Fuente: Sagrada Biblia (Bover-Cantera, 1957)

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Notas

Hechos 21,1

COS: isla del mar Egeo, entre Patmos (al N.) y Gnído (al S.).

|| RODAS: isla al SO. de Caría.

|| PÁTARA: puerto de la Licia.


Hechos 21,7

En TOLEMAIDA acabaron la navegación: de allí siguieron por tierra.


Hechos 21,8

EVANGELISTA: predicador (ambulante) del Evangelio (o de la catequesis oral).

|| UNO DE LOS SIETE: diáconos.


Hechos 21,9

QUE PROFETIZABAN: que, dotadas del carisma de la profecía, contribuirían a la difusión y consolidación del Evangelio entre las mujeres. Es uno de los numerosos casos de acción católica femenina consignados en la Escritura.


Hechos 21,10

AGABO: parece ser el mismo de que se ha hablado en Hch_11:28,


Hechos 21,16

EN CUYA CASA NOS HABÍAMOS DE ALOJAR: no se ve claro si en alguna parada del viaje de 102 kilómetros) o bien en Jerusalén.

|| ANTIGUO DISCÍPULO: tal vez de los convertidos el día de Pentecostés.


Hechos 21,23

TIENEN sobre SÍ UN VOTO: parece era el del nazareato.


Hechos 21,24

PURIFÍCATE CON ELLOS: conságrate con ellos. No parece verosímil que Pablo hiciera el mismo voto. Para que pudiera decirse purificado o consagrado bastaba que se asociase o solidarizase con los que tenían el voto, haciéndoles las costas o tal vez, además, absteniéndose él libremente aquellos días de toda bebida fermentada.


Hechos 21,26

EL CUMPLIMIENTO DE LOS DÍAS…: es decir, el plazo en que terminaba la obligación del voto, que, por lo que a continuación se dice, parece eran siete días.


Hechos 21,27

VENIDOS DEL ASIA: para celebrar la fiesta de Pentecostés. El hecho de que reconocieron a Trófimo prueba que algunos de ellos eran de Efeso.


Hechos 21,31

EL TRIBUNO con la COHORTE residía en la Torre Antonia, que tenía comunicación con el recinto del templo.


Hechos 21,38

EL EGIPCIO: revolucionario exaltado, que poco antes había soñado con apoderarse de Jerusalén, y fue fácilmente batido por las tropas.


Hechos 21,40

EN LENGUA HEBREA: en arameo.